| 22 marzo, 2018
Un amigo me envía esta noticia que es una gota más de esta agonía de la vida religiosa en España:
«E.l pasado Domingo, 18 de Marzo, víspera de San José, durante la Misa de 12,30h, la comunidad parroquial de San Antonio se despidió de las Esclavas de la Inmaculada Niña de Cádiz.
Durante la homilia, las palabras de acogida de nuestro párroco D. Óscar González, fueron de gratitud hacia estas religiosas por su labor social, destacando las virtudes de la congregación reflejadas en la Virgen y su labor de acogida a niños y adolescentes en situación de desamparado y exclusión social.
Una comunidad que durante algo más de medio siglo, han sabido dar a estos menores algo más que un hogar, donde han sido atendidos con todo el cariño del mundo por estas religiosas entregadas con alma, vida y oración por ellos.
Sin duda, en ellas, el amor misericordioso de Dios se hace visible.
En esta semana, motivadas por la escasez de vocaciones, dichas religiosas se ven obligadas a cerrar el centro gaditano y trasladarse a otros lugares donde proseguir con su labor.
Desde nuestra parroquia, junto a la imagen de la Divina Infantita que estas religiosas nos regalaron, rezamos por ellas y por su valiosa labor.
¡Dios les Bendiga y proteja!»
En 1980 eran 364 y tenían 31 casas. El 1 de enero de 2016 ya sólo quedaban 295 pero tenían ¡¡¡46!!! casas. 69 religiosas menos y 15 casas más. Me gustaría que alguien me lo explicara.
Y en 2025, serán cuatro viejas desdentadas y desmemoriadas, quizá con pañales y demencia senil.Si la higuera no da fruto, se corta y se quema.Su esterilidad las lleva a la agonía y a la defunción.
«Esclavas de la Inmaculada Niña». Con el debido respeto y la debida gratitud, también eran ganas de rizar el rizo en el carisma…