Periódicamente aparece la una o la otra. Por los más diversos motivos. Ahora, ante las elecciones, con motivo del aborto y el matrimonio homosexual. El arzobispo de Arequipa, monseñor del Río, salió a la palestra manifestando que no es lícito moralmente a un católico votar a un candidato que sostenga esos principios con lo que desató una más que notable oposición a su persona por los escandalizados sostenedores de lo que, pese a quien pese, es inadmisible para los católicos. Los arzobispos de Lima y Piura, cardenal Cipriani y monseñor Eguren, acudieron en defensa de su hermano de Arequipa señalando a los católicos lo fundamentado de la postura de este último pero muchos de sus colegas episcopales prefirieron callarse, que sin duda es más cómodo, aunque tenga a la Iglesia peruana postrada en la cobardía. Y alguno de ellos, como esa calamidad episcopal que es el jesuita emérito Chimbote, Bambarén, una verdadera desgracia tanto para la diócesis que tenga que soportarlo como para la Conferencia Episcopal que le corresponda, arremetió contra monseñor del Río por sostener la verdad católica. A sus 88 años, no pocos ya de emérito, una docena, sigue siendo una verdadera desgracia para aquella Iglesia. Y en la parte que le corresponda, para la universal. http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=26335
Las dos Iglesias peruanas: la del valor y la de la basura
| 05 abril, 2016