Que no faltará quien piense que es también la vergüenza de Francisco.
Del último Specola:
«El caso de hoy es, sin duda, el caso Zanchetta que persigue al Papa Francisco a lo largo de todo su pontificado. La Corte de Apelaciones confirmó la condena de Zanchetta, subrayando la importancia del testimonio de las víctimas y la correcta valoración de las pruebas. La decisión del Tribunal de Apelación hace definitiva la sentencia dictada en primera instancia. El 23 de julio de 2013, el Papa Francisco lo nombró obispo de Orán, porque eran muy buenos amigos, y recibió la ordenación episcopal el 19 de agosto. El 29 de julio de 2016, S.E. Mons. Zanchetta abandonó su diócesis, justificándose pocos días después con una carta en la que hablaba de un problema de salud no especificados. El 19 de diciembre de 2017, el Papa Francisco lo nombró asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, un cargo inexistente creado específicamente para él dentro del Estado Vaticano en septiembre de 2021. La situación se vuelve incómoda para el Vaticano que tuvo que intervenir en varias ocasiones, así el 4 de enero de 2019: «Durante la investigación, Monseñor Zanchetta se abstendrá de trabajar». En 2020, el obispo Zanchetta regresó al Vaticano para continuar su trabajo en APSA y de nuevo nos decían que esto “no interfiere de ninguna manera en las investigaciones”. Renunció al cargo en septiembre de 2021 y en 2022 se conoció la noticia del fallo de la justicia civil argentina contra el obispo Zanchetta, la Conferencia Episcopal Argentina expresó su cercanía a las víctimas junto a un “fuerte y sincero pedido de perdón”.
Todo se mueve en el entorno de amistades del Papa Francisco y el negacionista encubridor Monseñor Scozzina, amigo del Papa Francisco como Zanchetta, fue consagrado por otro íntimo amigo del Papa Francisco (y así vamos por tres), Monseñor Andrés Stanovnik, OFM. En la segunda audiencia del juicio de primer grado se supo que, Scozzina intentó orientar a los seminaristas, invitando a un abogado amigo suyo para que viniera a darle consejos antes de ir a la Fiscalía. Creían que él era su defensor y se lo encontraron en la Cámara como defensor de Zanchetta. Scozzina afirmó que había mantenido conversaciones formales con los denunciantes en la residencia del obispo y que pidió a quien tuviera algo que informar que lo hiciera por escrito para luego poder presentar los informes en Roma. En los fundamentos de la condena en primera instancia de Monseñor Zanchetta, la Corte argentina había destacado que la jerarquía de la Iglesia Católica Romana tenía conocimiento de los abusos sexuales de dos ex seminaristas que lo denunciaron, que manipuló la información y que la hizo pública sólo después de presentada la denuncia penal. Todavía estamos esperando saber dónde ha ido a parar el juicio canónico que el mismo Papa Francisco dice que había abierto y que se supone en curso ante la Congregación. Mucho nos tememos que seguiremos esperando».
Y, como siempre, un franciscano metido de lleno: Andrés Stanovnik. Cada es más difícil encontrar un franciscano decente.