Y desgraciadamente así es.
También señala la única salida. Con el Bautista clamando en el desierto la conversión. Esperemos que a él no le cueste la cabeza. Que a algunos les parece que es la solución a aplicar.
«La Iglesia, como cuerpo místico de Cristo y pueblo de Dios, está presente en medio del mundo desde la uniformidad en la verdad (doctrina) y la diversidad en lo opinable (controversias, debates teológicos). Siendo honestos no cabe duda y es algo evidente que la actual crisis del sinodalismo, propagada principalmente desde Alemania y sustentada por quienes de manera necia desean desvirtuar la Iglesia en una pseudo ONG al servicio del infausto «Nuevo Orden Mundial» y sus sucursales locales, busca una interesada confusión disfrazada de participación democrática y corresponsabilidad, con el fin de acomodarse a lo políticamente correcto. Es decir, mundanidad decadente que poco tiene de novedosa, lleva décadas mostrando sus amargos frutos de populismo secularizante. Y todo esto conduce a dos consecuencias ya muy presentes: la indiferencia dentro del menú emotivista dominante y la intrascendencia absoluta. Sólo hay que acudir a los datos estadísticos de bautizos, bodas, ordenaciones, etc. de donde se está imponiendo para certificarlo, al ser diluyente de la misión primordial de la Iglesia: anunciar a Cristo y la salvación de las almas.
Muy valiente, estando en esa diócesis tan atroz
¿Vive usted en esa diócesis? ¿Acaso tiene amigos de Almería, que frecuenten las iglesias, por supuesto?
Si no es el caso, cállese, porque la calumnia es un pecado grave.
Y no será tan atroz cuando hay curas como el que firma el artículo.