LA SENSATEZ VIENE DE AUSTRALIA

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Sínodo de la Sinodalidad 2023: Arzobispo señala que si una propuesta es  extraña al Evangelio, “no es del Espíritu Santo” | ACI Prensa

LA SENSATEZ VIENE DE AUSTRALIA

Hoy me entero, por Religión en Libertad, que llega desde muy lejos a un Vaticano sumido en la confusión del hagan lío, promovida por el padre del caos, una contundente dosis de sensatez y claridad, en las palabras de Anthony Fischer, arzobispo de Sydney, que sirven de título a una nota: “No podemos enseñar un catolicismo distinto en cada país”.

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Su voz, neta, clara, varonil, resonó en el Sínodo de la sinodalidad, en este “caminar juntos” ¿hacia dónde?, para marcar un camino, un rumbo seguro en línea recta para no extraviarnos y para superar el caos.

Este verdadero pastor nos enseña: “No podemos reinventar la fe católica ni enseñar un catolicismo diferente en los diversos países”.

Y se pregunta: ¿Podríamos, por ejemplo, imaginar una iglesia donde se ordenen mujeres en algunos países, pero no en otros o en la que se permitan matrimonios del mismo sexo en algunos países, pero no en otros, o en la que haya una cristología arriana en algunos países y una cristología nicena en otros? Su respuesta es contundente, porque en un pastor en serio preocupado por la salud religiosa y la salvación eterna de sus feligreses: Creo que no.

Sydney es una de las mayores diócesis católicas del mundo y tiene alrededor de 600.000 católicos. A ellos les pide “que se aferren al depósito de la fe y a la tradición apostólica, que es un enorme tesoro que hemos recibido de generación en generación, desde Nuestro Señor Jesucristo y sus apóstoles. Estamos aquí para trasmitirlo fielmente a las próximas generaciones”.

Australia es un lugar de encuentro de diversas culturas; en ella existen distintas formas de orar y diferentes formas de evangelizar y aún así, nos dice, “nos mantenemos unidos como uno en Cristo. Tenemos una única Iglesia, una única fe y queremos seguir celebrándola incluso en medio de nuestra diversidad cultutal”.

Ante propuestas confusas del Instrumentum Laboris, el arzobispo australiano defiende tener la misma fe, la misma moral, el mismo orden eclesial y esencialmente la misma liturgia, con espacio para diferentes tradiciones rituales.

Es muy interesante la descripción que este pastor hace de su arquidiócesis en la cual “hay católicos inmigrados o hijos de inmigrantes de todo el mundo, parroquias y comunidades de distintos ritos católicos maronitas (libaneses), melquitas (grecos católicos en árabe), caldeos (iraquíes y siríacos), ucraniamos (grecos católicos) y siro-malabares (rito católico de la India).

Ellos traen espiritualidades diferentes, una Misa diferente y formas de oración diferentes… tienen un orden eclesial diferente sin dejar de ser parte de la Iglesia católica.

Este es el tipo de diversidad que la Iglesia católica ya vive, sin rebajar la doctrina ni la moral.

Contra la estrechez mental de Francisco y su secuaz Roche, lamentable personaje, que persiguen a la Misa mal llamada de san Pío V y acosan a quienes la celebran, nos dice este gran arzobispo: “Puedes ir a una misa maronita y es muy diferente, y sin embargo, también sabéis que es lo mismo: es el Señor que viene a nosotros bajo los elementos del pan y el vino, pero que está realmente presente, su humanidad y divinidad para nosotros”. 

¿Quién es este gran arzobispo? Es dominico, pertenece a la Orden de los Predicadores fundada por santo Domingo de Guzmán y viste el hábito que honraron san Alberto Magno y su discípulo Tomás de Aquino.

Nació el 10 de marzo de 1960, es licenciado en historia y en derecho y doctor en bioética y filosofía por la Universidad de Oxford. Su consagración episcopal, tuvo como consagrante principal nada menos que a George Pell, otro grande, a quien Francisco no lo soportó a su lado, tal vez por su honestidad a toda prueba. Víctima de la mafia judicial que también existe en Australia, estuvo preso más de un año hasta la declaración unánime de su inocencia. Murió en Roma, en un contorno médico, por lo menos sospechoso.

Ante el panorama de la Iglesia argentina, ante la miseria y cobardía de un episcopado servil y cobarde, encabezado por un pobre hombre que Ojea pero no ve la realidad.

Esa realidad que nos golpea, es la de unI iglesia en liquidación, con parroquias vacías, seminarios vacíos, colegios abandonados, universidades católicas que hace tiempo han dejado de serlo, cómo nos hace falta un arzobispo, parecido al de Sydney, que hable cuándo debe hacerlo y que calle cuando debe guardar silencio,  que nos muestre la claridad del mensaje del Evangelio y nos libre de las citas cuerveras de las letras del descollante cantor, pero nunca doctor de la Iglesia, que se llamó Carlos Gardel. Para decirlo con “Cambalache”, otra vez “se ha mezclado la vida, y herida por un sable sin remache, ves llorar la Biblia contra un calefón”. 

Buenos Aires, octubre 18 de 2024.     Bernardino Montejano  

Comentarios
5 comentarios en “LA SENSATEZ VIENE DE AUSTRALIA
  1. No será cardenal. Al menos mientras Bergoglio sea Papa. Ahora se entiende aún más lo del capelo al ucraniano de Melbourne, doble bofetón, al arzobispo de Kiev y al arzobispo de Sidney. Y además, Radclift cardenal. El porteño es un killer.

  2. ¿Por qué cree usted que se negó el capelo hasta ahora y se le dio a un «joven» del rito oriental, ucraniano de nacimiento? Por ser bueno y, mientras ese señor de Roma ocupe el cargo, no habrá birrete para este buen dominico (de los pocos buenos que hay).

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