No ha sido muy dura. Lo peor para él me parece el reconocimiebo oficial de su culpa.
«Seguimos con cardenales y ya es público que el cardenal Jean-Pierre Ricard, de 79 años, arzobispo emérito de Burdeos, ha sido suspendido definitivamente de casi todo ministerio público, excepto en su diócesis de residencia, pocos meses después de la revelación de su conducta «reprobable» con una adolescente cuando era sacerdote en Marsella en los años 1980. La sentencia del dicasterio para la Doctrina de la Fe se remonta a la primavera de 2023 y no fue entonces objeto de comunicación pública, pero fue revelada por el diario La Croix el 27 de septiembre y confirmada por el obispo de Digne. Ricard fue elegido dos veces presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, en 2001 y luego en 2004. Pues Ricard continua a ser elector y elegible a pasar de la condena».
https://infovaticana.com/blogs/specola/rusia-ucrania-y-el-papa-francisco-el-castigo-de-ricard-la-perdida-del-sentido-la-ciencia-del-clima-el-proceso-becciu-ratzinger/
https://www.famillechretienne.fr/41326/article/le-cardinal-jean-pierre-ricard-suspendu-de-tout-ministere-public-sauf-dans-son
Elector por un año y elegible, también, pero con nulas posibilidades, salvo chifladura generalizada entre los purpurados. Francia no tendrá nuevos cardenales hasta el próximo consistorio (finales del 2024 o principios del 2025). No incluyo a los dos «regalitos» que se les vienen encima: un nuncio más caducado que un mazapán de tres años y un mindundi de Ajaccio que ni siquiera es francés. A París que le den morcilla (aunque reconozco que Ulrich es un espanto).