Ahora han sido «cerca de seiscientas». «Según las organizadoras», Seguramente ni la mitad de la mitad. Grandioso solo ha sido el monumental fracaso. Que ha servido para acreditar que no son nadie, no importan a nadie, no mueven a nadie.
Eso ha sido el gran éxito de la minúscula revueltita. Demostrar a todo el mundo su nadedad.
Y el fracaso lo han compartido los medios que nos quisieron vender el trampantojo. Religión Digital, Vida Nueva…
No sé cuantas organizaciones, muchas, medios de comunicación, hasta la CONFER… y no llegaron a seiscientas personas sosteniendo una causa que parecía ser reclamación de toda la Iglesia. Y esa cifra, ridícula en cualquier revuelta, no la doy yo sino las que convocaron ese ridículo.