Un episodio más de esta trágica sangría que está haciendo desaparecer la vida religiosa de España. Ahora unas religiosas, deshabitadas, se van de la localidad burgalesa de Melgar. Con sentimiento de la población, donde muchos años hicieron una admirable labor, pero impelidas por la edad. Quedaban cinco, la mayor de 93 años y la más joven de 73. Una comunidad imposible.
El repliegue no supone un refuerzo a otras comunidades. Lo dice muy bien la noticia: se van «para estar mejor atendidas». La de 73 años todavía podrá hacer algo donde vaya aunque evidentemente no por mucho tiempo. Tal vez alguna más y por menos años. Las demás, para estar mejor atendidas.
Penosa realidad, actualísima, de la que nadie se enteraría si no es lector de este humilde Blog. Porque lo que se impone es ocultar la tremenda hemorragia. Que no haya quien se entere. Como si eso arreglara algo. El maravilloso posconcilio ha traído la muerte de la vida religiosa. Masculina y femenina. Aunque nadie quiera reconocerlo.
Estas religiosas en 1973 eran 4.281 y seguro que ya menos que algunos años antes. El 1 de enero de 2016 sólo quedaban ya 1.610. Y en su gran mayoría ancianas. Se han dejado en el camino, en esa espléndida primavera, tres mil religiosas. Y eso va a más. Irremisiblemente. Pues hora sería ya que se reconociera la equivocación. Pero antes muertas que humildes. Vendrán muchos más cierres.
Los jesuitas cierran su universidad belga. http://www.lanuovabq.it/it/articoli-belgio-chiude-l-universita-dei-gesuiti-20307.htm
La de más a la izquierda ya se marchó antes, con las demás hermanas, de Zizur Mayor, Navarra. A la pobre le toca ir cerrando conventos. Tiene que ser muy triste para ella.
que la ultima apague la luz.