| 22 diciembre, 2021
Pueden ser buenas, que debía ser lo habitual, lo eclesial, incluso lo caritativo, un bien para la diócesis y una ayuda para el nuevo obispo. Casos por ejemplo de Burgos, Iceta-Herráez, de Sevilla, Saiz Meneses-Asenjo, de Toledo, Cerro-Braulio
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Las hay también penosas, que constituyen un antitestimonio, un pésimo ejemplo para la diócesis y son generalmente efecto de un complejo de inferioridad del que llega, casi siempre muy comprensible. Madrid: Osoro-Rouco, Almería: Gómez Cantero-González Montes
Porqué será que apenas hay obispo, arzobispos y cardenales hoy en día venerables, siervos de Dios, beatos o santos.?.
No hay más que corporativismo pese a lo mal que puedan llevarse: mírese la diócesis de Zaragoza. Manuel Ureña, Vicente Jiménez y el actual Escribano: eso es como meter un gato en la jaula de un loro pero públicamente se cubren y hacen política religiosa.
Las cosas como son. Lo de Sevilla es ejemplar, ayuda mucho que el nuevo sonríe y se ríe
En el caso de madrid, más vergonzoso. Quién era Osoro, fue aupado por Rouco Varela hasta que le comieron el coco con el canelo de que iba a ser el hombre del Papa en España, y todo lo que había hecho de bueno en otras diócesis lo tiró por la borda en Madrid.
Las relaciones humanas son complicadas y los egos influyen. Rouco es un cardenalazo y Osoro un mindundi al que el capelo le queda kilométrico y al que se le encomendó vaciar de contenido la archidiócesis de Madrid siendo un fracaso continuo casi todo lo que hace o decide.
Admiro al Cardenal Rouco, pero hemos de reconocer que ha promocionado al episcopado a algunos sacerdotes que estaban mejor donde estaban.