En las naciones de lengua española ciertamente de modo muy minoritario pero creciendo aunque sea muy poco a poco. No así en Francia, Estados Unidos, Inglaterra… donde su práctica está mucho más extendida.
Hoy os doy cuenta de la celebración en Chile del II Congreso Summorum Pontificum al que deseo el mayor éxito.
Uno no es birritual sino que prácticamente asisto al modo ordinario. Por razones de pura comodidad. Las dos misas me parecen santísimas y estoy convencido de que un católico puede asistir a cualquiera de los modos pues ambos renuevan incruentamente el sacrificio de Cristo en la Cruz. Otra cosa es el aprovechamiento espiritual de cada uno pero eso es cuestión de cada persona que debe optar por la que más le aproveche.
Creo también miserable el obstaculizar los deseos de los fieles que opten por el modo extraordinario pero me da la impresión de que eso ha decaído bastante aunque no del todo. Y felicito a los fieles que contra viento y marea han conseguido tener la misa de su preferencia. No comparto el criterio de algún lector que reprocha a los obispos no animarla. En mi opinión basta con que no la impidan abierta o solapadamente. Pienso que son los fieles que la deseen quienes deben reclamarla y el obispo atender a su petición siempre que el número de los peticionarios tenga una cierta entidad.
Sin embargo me alegra mucho el ver como se va extendiendo, aunque en mi patria sea con cuentagotas. Y también su aparición o consolidación en otras naciones. Y más si son patrias hermanas. Como Chile.
Felicito por tanto a los hermanos chilenos por este segundo Congreso en la seguridad de que será un bien para la Iglesia de aquella nación. Porque, y eso me parece también una realidad, los fieles adeptos al modo extraordinario son en general mejores católicos que muchos de los que asisten al modo ordinario. Y me explico:
En España, y supongo que en otras naciones, los que asisten al modo extraordinario son personas mucho más concientizadas de a lo que acuden, que lo han conseguido además con esfuerzo a veces heroico, sostienen con su dinero, su trabajo y su asistencia la misa que querían y salen de ella mucho más confirmados en su fe que muchos de los que asisten al modo ordinario en no pocos casos por simple rutina.
Quienes hemos asistido a los dos modos observamos más piedad, más recogimiento, más respeto al sublime misterio que ocurre en el altar en el modo extraordinario que en el ordinario. Pero no me parece que eso sea efecto de la misa, siempre que se celebre respetando la rúbrica y sin estupideces sino de la actitud de los oyentes. No tengo la menor duda de que bastantes se santifican en grado muy notable en la misa por el modo ordinario. En estas, por ejemplo, es muy distinta la actitud del pueblo que asiste a la que se celebra en unos Ejercicios Espirituales que la de una parroquia charanguera, con un cura showman y en la que muchos de los asistentes no se han confesado en meses o en años y sin embargo acuden a comulgar. Como también es distinta la actitud de las veinte o cien personas que van a misa un día de semana que la de las quinientas o hasta mil que se pueden ver en algunas iglesias en alguna misa de los domingos.
Me ha alegrado mucho la noticia del Congreso chileno y les felicito de corazón al tiempo que encomiendo a Dios su éxito.
http://asociacionliturgicamagnificat.blogspot.com.es/2016/06/ii-congreso-summorum-pontificum-chile.html
Es evidente que el número de fieles que asiste a la misa tradicional aumenta en España. De una manera muy lenta por variados motivos, pero aumenta. En Francia y en los países de lengua inglesa el aumento es bastante notable. Además, la media de edad de las personas que asisten a la misa tradicional es más bien baja y tienen una formación doctrinal superior a la media de los que asisten al Novus Ordo. De memoria le diré que esta liturgia se oficia en Tenerife, Gran Canaria, Mallorca, Madrid, Barcelona, Sevilla, Toledo, Málaga, Córdoba, Pamplona, Cantabria, Lugo, Jerez y seguro que se me queda algún lugar atrás. En Madrid, Toledo, Córdoba y Barcelona se celebra todos los días. De todos esos lugares, excluyendo las celebraciones de la FSSPX, creo que antes del Motu Proprio sólo se celebraba en Sevilla. Es evidente el aumento y todo ello a pesar de la nula promoción que, en general, hacen las Diócesis.
SR: ¿le parecen graciosos mis comentarios? Pues se lo voy a decir más claro y más serio: me importa un pimiento lo que usted crea o deje de creer; y sospecho que al resto de los comentaristas también. Como ya le he dicho, es usted quien tendría que demostrar lo contrario, pues es un hecho objetivo y comprobable por cualquiera que el número de Misas tradicionales que se oficia, tanto en el mundo, como en España, aumenta y, con ello, también el número de asistentes. Podría haberse molestado en copiar los templos donde se oficiaba hace diez años y compararlo con los actuales; así no le daría la pataleta ahora -una pataleta bastante ficticia, por otro lado-. Yo he ido añadiendo un templo tras otro a la lista de lugares donde se oficia en España, por lo que sé perfectamente de lo que hablo, como cualquiera puede comprobar en esta entrada del blog o en el enlace de la parte superior del mío -sin contar con Wikimissa-. Nadie ha hablado de velocidad; nadie ha dicho que el proceso sea rápido. Simplemente, aumenta. Y por cierto, no mienta, que es pecado: yo no me he «metido» -vaya lenguaje más infantil- ni con usted, ni mucho menos he «insultado» (sic) al Rito Romano -que es el mío-, ni a ningún otro. Si a usted le llevan los demonios por desconocer las rúbricas del Misal de Pablo VI, por ejemplo, no es culpa mía, sino suya. Yo no he dicho ninguna mentira. Decir la verdad no es insultar a ningún «rito» -el Novus Ordo no es ningún rito propio, por si tampoco lo sabía-. Quien no se respeta a sí mismo es usted, que no escarmienta. Ya he «intercambiado opiniones» muchas veces con usted para saber por dónde va. Así que, si quiere conservar «limpio» este otro nick, disimule un poco, que ya se le empieza a ver la patita -ya me entiende-.
CATHOLICVS, intentar desviar el tema y poner situaciones graciosas como la del medidor le hacen más gracioso, pero no demuestran lo que yo quiero que demuestre: que las Misas Vetus Ordo cada vez son más comunes y/o frecuentadas.
Usted puede creerse muy ingenioso diciendo que no quiere poner contadores a las puertas de Misa. Pero sigue usted esquivando la cuestión. ¿Cuánta gente va a Misa Vetus Ordo hoy día en España? ¿Va más o menos gente que hace tres, siete, veinte años? Usted no contesta, solo se mete conmigo, intenta hacerse el gracioso, y de paso insulta el Rito al que usted no va, con topicazos y falta de respeto.
Cuando me digan: «hace 10 años iban ~1000 personas a Misa Vetus Ordo en España, hoy un 50% más», me creeré que la Misa Vetus Ordo crece en España. Si no, es un burdo espejismo. De nada sirve que usted me lo asegure si no me trae ninguna fuente fiable, y solo se basa en su parecido. Vaya fuente de información. Como si yo digo que va mucha gente al Mercado a porque en el de mi barrio va mucha gente, si yo no traigo cifras que digan de los amplios beneficios de Mercadona, y de las muchas tiendas nuevas que abren cada año, mi opinión puede no ser acertada.
Es más, le pido que no me conteste si me va a contestar que hay dos nuevas Misas Vetus Ordo, que si la Forma Ordinaria es una feria, o que no le da la gana pasar lista en Misas.
SR: «no basta con que usted lo viva/sueñe, para decir cosas como: “la Forma Extraordinaria crece en España” hay que traer datos mucho más precisos que decir…» No le bastará a usted. ¿Qué necesita para convencerse? ¿Un documento con el nombre, apellidos y DNI de todos los asistentes a cada Misa tradicional? Si quiere ponemos hojas de firmas a la entrada de los templos, o pasamos lista antes de empezar la Misa, como en el colegio.
Cualquier persona puede entender que si cada vez hay más lugares donde la Misa tradicional es oficiada, y no disminuyen los templos donde ya se oficia, lógicamente cada vez también habrá más fieles que asistan a ella; salvo que usted crea que a los nuevos templos donde se oficia no va nadie -lo cual no podría demostrar, además de ser absurda tal creencia-. Es indiferente si la celebración es regular que mensual: va más gente a una Misa mensual, que a ninguna Misa mensual. Y todos sabemos que cuando no es regular puede ser: o bien por falta de sacerdotes preparados -probablemente porque el que lo está ya no da más de sí-, o por zancadillas más o menos encubiertas.
«No vale con decir: ‘estamos muy acurrucaditos aquí’. Tampoco me vale si dice: ‘pues adonde voy íbamos 30 y ahora creo que llegamos a 100’. Le vuelvo a decir lo mismo: no le valdrá a usted. Si en un templo comienza a oficiarse la Misa tradicional y al principio van pocos fieles, luego más, y después muchísimos más, hasta resultar totalmente lleno el templo, indica que cada vez asisten más fieles. ¿Usted no se lo cree? Pues ya sabe, lo que siempre le digo: vaya a contar con los dedos o use los famosos «medidores». No sólo puedo afirmar lo que he afirmado, sino que usted no puede demostrar lo contrario. A usted le corresponde la carga de la prueba, en todo caso -cosa que no hará, naturalmente-.
Y sobre «meterse con el Novus Ordo» (sic), ¿Qué significa éso exactamente? ¿Decir que las rúbricas del Misal de Pablo VI indican que el oficiante debe estar «ad Orientem» es «meterse con el Novus Ordo»? Será ignorancia suya, que no se ha molestado en mirar las rúbricas del Misa de Pablo VI, pues es un hecho objetivo, no una opinión. La opinión, la mía, es que es absurdo oficiar al revés -mirando a un inexistente público, pues no es un espectáculo-. ¿Eso es «meterse» con el Novus Ordo? Y que la música ratonera que se emplea espanta a los fieles, ¿es «meterse» con el Novus Ordo? Y así podría seguir hasta el infinito. Hágaselo mirar.
CATHOLICVS: no basta con que usted lo viva/sueñe, para decir cosas como: «la Forma Extraordinaria crece en España» hay que traer datos mucho más precisos que decir: en Jerez y en Lugo se empieza a celebrar la Forma Extraordinaria*. Que por cierto se celebran de manera mensual y esporádica respectivamente.
No vale con decir: «estamos muy acurrucaditos aquí». Tampoco me vale si dice: «pues adonde voy íbamos 30 y ahora creo que llegamos a 100».
Y sobre Hermenegildo, si no le parece odio, a lo mejor no se lo parece porque lo comparte. Y si no, ¿porqué no para de meterse con el Novus Ordo?
Sr: la Santa Misa tradicional sí está creciendo. En el mundo, indudablemente. Pero en España también. No sólo aumenta el número de fieles que asisten en los lugares donde ya se oficia -cada vez más apretados-, sino que también aumentan los lugares donde se oficia. Desde hace semanas Jerez de la Frontera y Lugo, que se suman a las ciudades que ya contaban con dicha celebración.
Que en los seminarios no haya aspirantes tradicionales es lógico: éstos se van a los seminarios que tienen los institutos tradicionales, pues en los más cercanos no hay peligro de que les enseñen nada de liturgia tradicional. Y si los fieles no organizan peregrinaciones -que sí los organizan: mire la última de Córdoba-, es porque asisten a las internacionales -Chartres o Roma-. No le veo el problema.
En cuanto a la polémica con Hermenegildo, yo no veo ningún «desprecio» suyo por la nueva Misa, sino más aprecio por la de siempre.
Luis Hernández: en España, hasta hace relativamente poco tiempo se veían menos abusos litúrgicos que en otras partes del mundo, es cierto. Pero poco a poco se vio cómo iban desapareciendo de la Misa la incensación, el lavabo, la comunión en la boca, los sacerdotes de los confesionarios… hasta llegar a auténticos abusos y prédicas totalmente heréticas -que yo he oído por mí mismo, no me lo han contado-.
En cuanto a la comodidad de los fieles, es normal que el 99% de ellos no se desplace a la otra punta de la ciudad, o incluso a otra ciudad o provincia para asistir a la Misa tradicional. Es un hecho que si no se oferta, la gente no va, le guste más o le guste menos.
En cuanto a lo que dice del «Señor en el medio» para justificar la Misa «versus populum», no hay que olvidar que Cristo, como Víctima, se ofrece a Dios Padre, al que simbólicamente se dirige la mirada, también la del oficiante. De ahí que todos miren en la misma dirección. Sigue sin tener sentido que el cura oficie al revés, incluso contra las propias rúbricas del Novus Ordo, pensadas para hacerlo como siempre: ad Orientem. Tal innovación ha hecho que los fieles sí estén todo el tiempo mirando al sacerdote y se despisten del objeto de la Misa -Sujeto, en este caso-. Y ni menciono la música nueva, pensada para espantar al mayor número posible de fieles, como así ha ocurrido.
Lo que no puede ser es que la Misa a la que asiste la mayoría de los católicos -por imposición, no por devoción ni por elección personal-, se reduzca a una perorata socio-política del cura de turno, que abarque las dos terceras partes de la misma, cuando no el 90%. La gente se duerme, literalmente. A lo que se ha reducido la «participación activa» de los fieles es a leer las «peticiones» -muchas de ellas estarían mejor dirigidas a un sindicato o al gobierno-, y a que haya más «ministros extraordinarios de la Eucaristía» que puedan toquetear al Señor con las manos, la mayor parte de las veces de forma innecesaria, porque se quiere acabar antes.
Y el remate es el lamentable espectáculo -sí, sí: espectáculo- que se produce cuando toca «darse la paz», gesto ruidoso y vacuo, cuando no hipócrita, cargado de falsas sonrisas y poco más, que deberían eliminar cuanto antes, pues a veces -las más- es de vergüenza.
Yo, a diferencia de lo que le achaca a Hermenegildo, no afirmo que la cultura litúrgica del «pueblo» (los feligreses) se mida por el número de celebraciones Vetus Ordo: la cultura litúrgica del «pueblo» es directamente nula o casi nula, por falta de formación por parte de quienes deberían formar a ese «pueblo». El que sabe algo suele ser autodidacta, se trate de liturgia nueva o tradicional, aunque en este último caso, salvo que se trate de personas bastante mayores, tienen que serlo a la fuerza.
¡Manda narices! ¡»Realidad incontestable»! Ya hay que ser sectario. Que haya abusos litúrgicos es un hecho, pero no en todas las celebraciones Novus Ordo. Muchísimos sacerdotes celebran con gran dignidad la Misa por el Novus Ordo.
Y luego que si el Novus Ordo «está centrado en el hombre» porque el sacerdote mira a los feligreses. ¿Pues no se puede celebrar también de espaldas, si tanti le importa la posición del sacerdote?
Es que cada vez que escribe hace lo mismo: soltar odio hacia la extensa mayoría de la Iglesia Católica, que asiste al Novus Ordo. Es que no puede ni disimular ese sentimiento de superioridad, totalmente irracional, solo porque va a un Rito diferente. Cójase una Biblia, le recomiendo en español para que la entienda clarito, y lea que decía Cristo sobre esos sentimientos que usted expresa cada vez que escribe sobre el Novus Ordo.
Yo no he dicho que la cultura litúrgica de un pueblo se mida por el número de celebraciones Vetus Ordo, sino que el catolicismo español se caracteriza por una escasa cultura litúrgica, lo cual admite poca discusión. Y, por supuesto, esta realidad influye en el escaso aprecio de los fieles españoles por la forma extraordinaria.
En cuanto al papel de «showman» de muchos curas Novus Ordo, no se trata de desprecio, sino de una realidad incontestable.
Hermenegildo, como en aquel post de tema parecido hace menos de un mes, sigue despreciando a los sacerdotes que celebran el Novus Ordo. La otra vez eran «showman», ahora «hombre-espectáculo»… Veo que le es imposible disimular su desprecio hacia la Misa de Pablo VI.
Sobre el tema concreto de este post: el supuesto crecimiento de la Forma Extraordinaria. Don Francisco José pasó los horarios de misas tradicionales a nivel nacional… Cuento menos de 40 dominicales, de las cuales varias esporádicas y otras tantas solo ciertos domingos de mes. Afirmar que la cultura litúrgica de un pueblo se mide por el número de celebraciones Vetus Ordo es sencillamente un insulto.
Desprecio y desprecio.
Luis Hernández: la Misa «Novus Ordo» está pensada en forma de diálogo entre el celebrante y los fieles y, en la práctica, el cura hace todo pensando en las personas que tiene delante, hasta el punto de que en ocasiones se convierte en un verdadero «hombre-espectáculo».
Hermenegildo, igual tiene que ver con otro par de cosas. En España sí hay parroquias que funcionan notablemente bien, probablemente no la mayoría, y la ruptura con la Tradición fue más localizada -que no menos intensa- que en Francia. Es decir, que en muchas parroquias se mantuvo una línea no distante de la ortodoxia eclesial. También le doy la razón en la comodidad de los fieles.
Y creo que le erra en cuanto al efecto de la misa sobre los fieles. En el Novus Ordo, uno no está mirando al cura ‘per se’ ni el sacerdote está atento a los fieles cuando consagra. Es porque el Señor está en medio y es a Él a quien se adora. En uno y otro rito. Que el sacerdote esté de cara o de espaldas, si celebra como el canon manda, no tiene importancia alguna. Es más, si el fiel se dispersa, tiene que ver más con su formación que con la forma del rito en sí. Otra cosa es que a usted le ayude más uno que otro
SR: la asistencia a Misa tradicional es directamente proporcional a la cultura litúrgica del catolicismo patrio.
Ante tema tan delicado, siempre aclaro lo mismo: comparto la posición del Blogger al 100% respecto a los dos ritos.
Pero, al menos desde mi experiencia, la asistencia a la misa extraordinaria no está creciendo ni con cuentagotas. Al menos en los últimos años en Madrid la forma extraordinaria no han aumentado las parroquias que celebren habitualmente esa forma, ni en los seminarios hay una notable proporción de seminaristas tradicionalistas. Tampoco se celebra esta Forma en núcleos urbanos que no sean capitales de provincia. Ni veo que en nuestro país los tradicionalistas organicen actos multitudinarios como la pereginación francesa que compartió hace poco el Blogger.
Sean realistas, en España la asistencia al Rito Extraordinario es muy minoritaria. Vale ya de presumir de crecimientos que no corrobora ningún dato. Que en una iglesia «tradi» se junten 800 personas el día del Señor no es mérito, en muchas de Madrid lo vemos eso cada domingo. Cuando me traigan datos fiables me lo creeré, pero por ahora eso de que el Rito Extraordinario se extiende me parece una sensación falsa. Además, como ambos ritos me gustan, me da exactamente igual que crezca uno o que desaparezca el otro o que se multipliquen por 5.
«Quienes hemos asistido a los dos modos observamos más piedad, más recogimiento, más respeto al sublime misterio que ocurre en el altar en el modo extraordinario que en el ordinario. Pero no me parece que eso sea efecto de la misa, siempre que se celebre respetando la rúbrica y sin estupideces sino de la actitud de los oyentes».
En buena parte, sí es efecto de la Misa, ya que un rito centrado en Dios, como la Liturgia tradicional, invita más a la piedad y al recogimiento que un rito centrado en el hombre, como el Novus Ordo.
En la Misa tradicional todo el protagonismo es para Dios; el celebrante no mira a los fieles ni intenta por lo tanto interactuar con ellos. Se convierte en servidor de unas rúbricas concretas y precisas, que no dejan espacio a la creatividad ni al subjetivismo del sacerdote.
«No comparto el criterio de algún lector que reprocha a los obispos no animarla. En mi opinión basta con que no la impidan abierta o solapadamente. Pienso que son los fieles que la deseen quienes deben reclamarla y el obispo atender a su petición siempre que el número de los peticionarios tenga una cierta entidad».
Paco Pepe: no pidamos heroicidades a los fieles; ¿cómo vamos a pretender que los fieles pidan algo que desconocen y que los pastores soslayan como si de un tabú se tratara? Hay que tener mucha personalidad para nadar contra el «status quo» y entre los católicos practicantes abundan los fieles clericales que no se salen de lo que el cura de turno les marca.