La misa de hoy en TVE2

Se celebró en la parroquia madrileña de Nuestra Señora de las Delicias. En el día del Apostolado Seglar o eso me pareció entender. Hay ya tantos días de tantas cosas que uno ya no lleva la cuenta. Hoy es el día de la Venida del Espíritu Santo. Y punto. Lo demás, chorradillas. Aunque tengan buena voluntad.

Me voy a extender un poco más en los antecedentes de la misa cosa que no suelo hacerlo. En el programa previo de Últimas Preguntas, creo que se llama así, y que pienso que es irregular, con entrevistas excelentes, anodinas, soporíferas y pésimas, que de todo hay, hoy le tocó al obispo de Guadix, Don Ginés García Beltrán. Me parece un excelente obispo y además inteligente. Cualidades que no siempre concurren en un mismo semoviente episcopal. Y semoviente quiere decir que se mueve por sí mismo. Como los hombres, las mulas, las vacas y las gallinas. Que si uno no aclara no falta gilipínfano que quiera atribuirme lo que no he dicho.

Don Ginés estuvo como está siempre: muy bien. ¿Algo institucionista y optimista? Va de soi. El programa lo reclamaba. Y estoy seguro, con alegría por mi parte, de que pronto va a ser llamado a más importantes destinos. Aunque lo sienta por Guadix. Si a aquella diócesis le mandan otro parecido, aunque sea algo por debajo,  podría  felicitarse por un premio gordo de la lotería y un segundo premio. Que no suelen caer sucesivamente en pequeñas ciudades.

Luego hablaron dos responsables de Acción Católica infantil y juvenil. Ya en la introducción de la misa. Excelentes. Con un criterio acertadísimo de lo que es Acción Católica. Pulverizada cuando se pulverizó. Pues qué bien comenzaba todo esto.

Pero llegaba lo gordo. ¿Quién iba a celebrar la misa del Día del Apostolado Seglar? No es que estuviera con la escopeta cargada, tenía explosivos dispuestos para que volara incluso Infocatólica. No digo ya la parroquia de Delicias donde tantas misas oí cuando vivía en Paseo de la Chopera. Gracias a Dios no hubo lugar a que tuviera que apretar el detonador.

La misa le celebró el cardenal arzobispo de Madrid muy dignamente como todas las que celebra. Flanqueado por el párroco y por el director, creo, de Apostolado Seglar de la CEE y por dos jóvenes sacerdotes responsables, me pareció entender,  de A.C. El párroco y los dos jóvenes con alzacuello. Del mayor, bastante mayor le encontré, no se sabe porque el alba se lo ocultaba. Aunque siempre que le he visto en las inauguraciones de las Plenarias lo llevaba.

La iglesia con algunos huecos. Y con un público con media de no mayor edad. Ancianos y jóvenes y otros de edades intermedias. El coro aceptable. Nada de tachunda chunda. La comunión mitad mitad, tal vez incluso algo superior en la boca.

El cardenal, que estaba algo afónico, leyó su homilía, larga, hasta el punto de que la retransmisión  tuvo que suspenderse en la comunión, cosa que no suele ocurrir nunca, de la que a veces se salía para improvisar, y buena. Como suelen ser las suyas. Ya lo de la salida de no se sabe bien que encierro, me parece una pleitesía al jefe con poca base.  ¿No salieron los cristianos después de Pentecostés de su escondite? ¿O Domingo, Francisco e Ignacio? ¿Quedaron encerrados Javier, Brito o Teresa? ¿Y los miles y miles de religiosos, religiosas o sacerdotes seculares que desde España partieron a América, Asia o África? ¿Estaba encerrado en algún sitio Don Carlos Osoro que desde su Santander marchó a Orense, Oviedo, Valencia y Madrid? ¿Yo mismo, desde mi insignificancia, estoy encerrado en mi casa?

Muy bien está, Don Carlos, que nos anime a salir más a todos. Pero ese Mediterráneo está ya descubierto desde hace dos mil años? No se lo ha inventado el Papa Francisco.