La manifestación de hoy en Madrid

http://www.abc.es/sociedad/20150314/abci-manifestacion-aborto-201503140809.html http://politica.elpais.com/politica/2015/03/14/actualidad/1426336141_853215.html Naturalmente estuve. Quien participa en un acto así no puede hacer cálculos de asistentes. Mucha gente. Muchos miles. ¿Centenares de miles de  ellos? Pues ya eso yo no podría decirlo. Y es posible que no. Ahora, si alguien dice que aquello eran unos centenares de personas es, con perdón, un cabrón. Y por supuesto que sin ninguna consideración denigrativa a la conducta de su pareja caso de que la tenga. De Sevilla a Cibeles la calle estaba macizada. Conforme nos acercábamos a la fuente de la diosa veíamos que el tramo desde ella a la Puerta de Alcalá, también. En la sombra, frío. En el sol, una delicia. Ancianos, medianos, jóvenes y niños. Siempre me ha pasmado la conducta de los niños, bebés no pocos, en estas manifestaciones.  Van felices, raro es ver a uno llorando, como si agradecieran a sus madres, con una consciencia que no pueden tener, el estar en este mundo y manifestándose. Un nieto mío, de ocho años, perdóname Javier si no tienes esos pero ya sabes que tu abuelo es despistado, en plena manifestación le dijo a su madre: Gracias, mamá, por no haberme abortado. Si es que esos enanos son mucho más listos de lo que pensamos. Y otro, comiendo después  en la Plaza Mayor, nos dijo que el aboto era mu malo. Y Ramón tiene dos años y medio. No sabéis el bien que hacéis a vuestros niños llevándoles a actos así. Evidentemente no se enteran de todo pero sí de no poco. Y ya que en el servicio de orden de la manifestación estuviera también la mayor de mis nietas, queridísima Marga, que me tienes asombrado por todo lo que te multiplicas al servicio de Dios y de su Iglesia y además con unas excelente notas, pues como para pensar que la manifestación, a la que no he contribuido en nada salvo con la presencia de mi mujer y la mía, era casi como si la hubiéramos organizado nosotros. Además de hacer lo que tenemos que hacer, que es acudir, la molestia lleva otras compensaciones. Te encuentras con amigos que además tienen una connotación especial. La de pensar lo mismo, o muy parecido. Que no ocurre con todos los amigos. Mi querido coronel, con quien he tenido tantas discusiones por accidentalidades pero que en lo sustancial coincidimos y que sabes que tanto quiero y admiro a alguien tan próximo a ti que uno de tus nietos lleva su apellido. Pero en esta ocasión, tal vez por el elevado número de los asistentes, no fueron tantos los encuentros con amigos de siempre. Es muy triste asistir a una manifestación de cien personas en las que ochenta son amigos. Afortunadamente no fue el caso. Mi querido fotógrafo de tantos actos en los que siempre estás con tu cámara prestando un servicio eclesial. Mi admiradísimo amigo neocatecumenal con quien tantas coincidencias tengo en tantas cosas y sobre todo en la admiración tuya y mía a una persona excepcional a quien tanto queremos. Por cierto, que ese matrimonio amigo tuyo con quien tanto hablamos, me pareció de diez. Como también  eran de diez los ojos de ella. Queridísimo también sacerdote que tienes una hermana que fue amiguísima, cuasi podríamos decir  hermana,  de una cuñada mía hoy fallecida y que ahora  es gran amiga de mi mujer. Siempre es un gusto encontrarte y sabes que te queremos. Seguro que me olvido de más saludos. A una religiosa simpatiquísima, en su congregación no creo que lleven el hábito, como ella, más de media docena, a un curilla con clergyman que por el aspecto juvenil debía haber sido ordenado ayer y que me apeó de mi error, con santo orgullo, ostensible, bendito sea Dios, cuando me dijo que era diácono y que sacerdote lo sería dentro de mes y medio. Y ahora un pueblo. Una señora, muy simpática, me abordó preguntándome si yo salía en Televisión. Alguna vez, le dije. Pues yo le he visto. ¿Y por qué no sale ahora en 13TV? Pues porque seguro que me tienen miedo. Estábamos en esa divertida charla en la que ella no entendía mucho seguramente por no expresarme yo con toda claridad cuando le pregunté de donde era. Y me dijo su pueblo. Con cuyo párroco tenía una comida pendiente que nunca terminaba de ocurrir. No por él ni por mí. Pero aquí está nuestro párroco, me dijo. Y era el de la comida pendiente. Hasta nos fotografiamos debajo de la pancarta de su pueblo. Pues benditos párrocos que vienen con su pueblo a manifestarse por la vida. Si nuestro común amigo no monta esa comida tantas veces dilatada me presento yo en tu pueblo y comemos los dos. Ya somos amigos. De verdad. Hemos ido a manifestarnos contra esa barbarie del aborto. Vale. Pero, además, yo procuro seguir las indicaciones del Papa de vivir feliz mi catolicismo. Disfrutándolo a tope en lo que quepa en este valle de lágrimas. Conviviendo alegría con los hermanos por el gratuito don de ser hijos de Dios. Y persona de escasísimas ambiciones, que sólo quiero el amor de los míos, pues Dios me ha dado, hasta el momento, una vida feliz. Y son ya casi 75 años de vida. Pues como para agradecérselo desde mis tremendas limitaciones. También hoy me ha dado una jornada dichosa. Y cuando llegue la adversidad, que tendrá que llegar alguna vez, que Él me conceda su gracia para sobrellevarla. Y algo de lo que debería tomar nota el PP. El ambiente de la manifestación no le era precisamente favorable. Pues que tome nota. Hay católicos que les votaron muchas veces que ya no van a hacerlo. ¿Cuánto supone eso? No lo sé. Pero me da la impresión de que no están para perder algunos miles de votos. Y esos ya los tienen perdidos. Esperanza Aguirre, que es de lo mejor y más inteligente que tiene el partido, con todas sus debilidades, está intentando recuperar esa fuga. No voy a decir que conmigo no lo va a conseguir porque yo no voto para la alcaldía de Madrid sino para la de Pozuelo. Pero mi opinión sobre el rajoyismo-arriolismo-villalobismo está en el Tenorio. Imposible las hais dejado para vos y para mí. Para vos no lo sé. Para mí, ciertamente.