Yo a su lado debo ser una hermana de la Caridad.
He tenido muchas discrepancias con este mercedario que presidió la CONFER en uno de sus peores momentos si es que tuvo alguno bueno.
Pero he de reconocer que en la defensa de las jerónimas de Mallorca está dejando al obispo de chupa de dómine.
Aunque no entienda el mezclar a Iesu Communio en el lodazal al que son completamente ajenas. Bastante tienen con poner en marcha la fundación de Godella que se está retrasando por dificultades económicas. Que la archidiócesis de Valencia como institución y los católicos de la misma podrían resolver ya apenas sin enterarse.
Pero, a lo que iba, menudo golondrino le ha salido al obispo de Mallorca con Fernández Barrajón. Si es que no hay peor cuña que la de la misma madera.
http://blogs.periodistadigital.com/teselas.php/2018/02/16/p411014#more411014
La verdad es que no sé cómo se puede conjugar todo este tinglado con el tan cacareado eslogan de «ir a las periferias» o el de la «Iglesia en salida» o ese de «una Iglesia para los pobres». Creo yo que lo mejor que pueden hacer las monjas Jerónimas es acudir directamente al Papa Francisco, el cual está en el corazón de Mons. Taltavull, y al que cita «usque ad satietatem», y verán ellas que éste ya no les va a pedir más las llaves, después, claro está, de haber invocado a san Pedro, como «claviger coeli», y de las píldoras de «misericordia» que le administrará el Papa al propio Obispo. Por mucho menos, el Papa ha misericordiado a más de un pillo obispillo con cara de avinagrado.
Viva el Papa Francisco, la revolución cultural y la Iglesia en salida!!!
P. S. Que el último cierre la luz al salir…
«Cuanto más vacío habita en el corazón de la persona -dice Francisco [supongo que se refiere al Santo Padre y no al que habita en esta Torre]- más necesita objetos para comprar, poseer y consumir.» Palabras que firma monseñor Taltavull en la hoja parroquial de este domingo 25. Leídas por curiosidad después de hacerlo con el nuevo capítulo del caso de las Jerónimas. En fin, ya sabemos a qué atribuir según él, en su jerga (que remite al Papa), su empeño en obtener cosas que no tienen que ver con acaparar almas en el cielo y desgraciados remediados en el suelo. Mira que mandar a por las llaves de las monjas… No sé si lo sabe su madre, que alguna vez ha salido en la tele de las islas, porque se entera la mía de que hago algo parecido y me da de collejas hasta sacarme de la isla. Consideración, tacto… que son cosas que todavía quedan lejos de la humildad que predica en la hoja parroquial. Humildad… la de Cristo y sus santos. Y de sobriedad… si se refiere a la pobreza, ahí sigue teniendo los modelos, a los que tienden por voto las monjas jerónimas; si por el contrario se refiere a esa cosa mundana que hoy está de moda, recuerde que la predicaban hasta los revolucionarios más sanguinarios.
Estoy totalmente de acuerdo con Fernandez Barrajón. Taltavull quiere dar una imagen retocada de si mismo. De cara a la galería alardea de dialogante. Lo mismo hizo su antecesor Teodoro Úbeda de infausto recuerdo resucitado ahora por D. Sebastià. Ni uno tuvo, ni este otro tiene, la capacidad de dialogar. En Mallorca existen dos lineas de iglesia que gracias a D. Sebatià se van distanciando a velocidad de vértigo. No es ya la manida diferencia entre progres o carcas, no, es algo mucho más preocupante, la verdadera diferencia es la marcada por la amistad o enemistad con Taltavull. El menorquín tiene capacidad sintónica con los suyos, con los de su cuerda y edad. Esa empatía se torna causticidad, ira y enfado con los «otros». Dice querer ser obispo de todos, pero en eso miente a cada pedazo de palabra. Es posible que las disonancias entre el clero mallorquín no lleguen nunca a los medios, a fin de cuentas no suele ser habitual que un sacerdote manifieste en los medios su distanciamiento con el obispo. Sin embargo, temas como el de las Jerónimas, ofrecen un retrato sin retoques en el que aparece el Sebastià auténtico. La tiranía es un pecado muy feo, una actitud nada cristiana, y un antitestimonio para los creyentes. Taltavull está envenenando las pocas aguas que corren por el árido cauce de la Iglesia en Mallorca. De cara al exterior exige sencillez, hacia lo interno se comporta como un auténtico señor feudal. En fin, elevemos fervientes oraciones por la Iglesia en Mallorca y no perdamos la fe. Tempora bona veniant, a pesar del Sr. Obispo. Y por cierto… no sé que pensará el papa de todas estas maniobras episcopales para despojar a las monjas de sus bienes. No estaría nada mal saberlo.