| 01 mayo, 2023
Ya hay alguna congregación religiosa que reconoce la tristísima realidad. Se han muerto. Han arrojado ya la toalla.
El artículo de Bruno Moreno anticipa el cercanísimo final de un inmenso y absurdo trampantojo que cada vez les va a dar más vergüenza sostenerlo. Todo es una gran mentira porque la enorme mayoría de las órdenes y congregaciones religiosas ya se ha muerto.
<
Pues muera esa » iglesia » loca,
tan desnortado y demente
que,Celestina indecente,
tiene vergüenza tan poca.
Ya hicieron su experimento,
pero no con gaseosa;
y a resultas de tal cosa,
se ha llegado a este esperpento.
Lo han intentado.Más…¿qué?.
Anteponer sus demencias
a Quien,pues es Trascendencia,
todo lo Sabe y lo Ve.
Seguir no a Aquél que es Camino;
sino a un mundo prisionero
de satán, que es el barquero
que lleva a un negro destino.
Se acaba,sí. Sin futuro,
pues tan mortal es la herida
que no cabe más salida
que el finiquito más crudo…
en realidad es la iglesia progre-bergogliana la que se muere y por ende no tiene futuro alguno. game over!
Lo lógico sería que esta congregación se fusionara con otra similar. Anunciar «urbi et orbi» que se van a dejar morir es, como mínimo, una absoluta falta de elegancia. Fusionadas también morirían, pero se notaría menos. Se diría que su final anunciado es desfachatez.
No es la iglesia del futuro, es la del presente: ¡no se puede parar la primevera en primavera!, López Vidal dixit. Tras el invierno nuclear que preludia la falsa primavera venida de la mano del todavía pontífice, la Iglesia de Cristo repuntará con mucha más fuerza, una vez purificada tras la desaparición de sus enemigos internos.
Aún hay esperanza, hoy, día de San José Obrero, 16 jóvenes han hecho la entrada en las Hijas del Amor Misericordioso. Hay 4 postulantes más. Ya son 83, la media de edad 30 años
Aquí la celebración, sencilla pero hermosa
https://youtube.com/live/shAM7Xcf2pE
En los años 1950 -1960 iban a los seminarios muchos chicos. Pero, un tanto por ciento bastante elevado de esos seminaristas iban a los seminarios sin ninguna motivación religiosa. Iban porque sus padres sabían que en sus pueblos, a esos chicos les esperaba la vida dura y mísera de sus antepasados: la agricultura y cuidar de 4 cerdos y 16 gallinas . Y que , en cambio, en los seminarios iban a adquirir estudios que podían desembocar en el sacerdocio en algunos casos , y en otros muchos casos, en tener acceso , de manera bastante fácil a ser maestros o licenciados en algo de letras (Filosofía , Historia, Filología) y , de esta manera, dejar atrás un futuro atados a la agricultura más dura y a la climatología . Por eso estaban llenos los seminarios. Algunos llegaban a ser buenos sacerdotes, otros se iban en cuanto descubrían que ya habían estudiado años y años de manera gratuita o casi gratuita y que tenían posibilidades laborales con esos estudios. Y que ya el arado y la posible peste porcina no era su futuro.
Lo que dices es verdad y, como bien dices, también salieron buenos curas. Los demás no perdieron el tiempo y lo que quiero decir es que todos los ex-seminaristas han guardado un recuerdo entrañable de su paso por el seminario. En muchos casos la amistad entre los del mismo curso ha durado toda la vida y el afecto hacia los profesores también, ahora ya no queda ni uno o casi, de profesor, y pronto se irán marchando los ex-. Lo lamentable es que la inmensa mayoría de estos ex- se han alejado de la práctica religiosa, sobre todo los que más años estudiaron, por culpa del modernismo que empezó a introducirse en la Iglesia y en aquellos seminarios en primer lugar. Y quiero decirles, yo soy uno, algo muy trascendental. A menudo son los que habrán dicho, junto con los monaguillos: «yo ya tengo muchas misas por adelantado, estuve tantos años yendo a mis cada día!!!». Pues bien, todo este bagaje ahora no les sirve para nada si mueren sin la gracia de Dios, que ellos recuerdan bien lo que significa. Pero, en realidad aquellas misas y rosarios, y ejercicios mensuales, etc. son un tesoro que el Se´ñor guarda para liberarlo si se confiesan y vuelven a practicar la fe. Aquellos méritos los van a recuperar, no empezarán de 0, pero si no se convierten, cambian de vida, lo habrán perdido todo. Volver a los sacramentos no cuesta nada, aunque de momento les parezca que no creen. Pronto verán como reverdece el árbol Os lo dice uno de ellos de la promoción del 59 de Urgel, autor de Recuperar la fe en dos días. Amén.
Creo recordar que el País Vasco, al menos en Guipuzcoa, el único centro donde se daban clases en vascuence era el Seminario, por lo que muchos padres muy nacionalistas separatistas enviaban allí a sus hijos, lo que es una de las razones por lo que hubo tantos curas filoetarras.
La Iglesia del futuro no se muere, se muere (y gracias a Dios) los desbandados postconciliares, las congregaciones y órdenes que, infiltradas o contaminadas por el marxismo, modernismo (esos que ahora son vejestorios «progres») los amanerados del lobby gay… Esos, que oficialmente están dentro, son los que se extinguen. Miremos las congregaciones que van en auge y tienen vocaciones jóvenes. Estas poseen vocaciones porque sus mayores son fuertes pilares de la Iglesia. Los fieles a Cristo, no perecen, se extinguen los que colgaron hábitos y cambiaron doctrina… Tenemos en el campo de la enseñanza una cantidad enorme de congregaciones que ya no enseñan porque literalmente murieron y no precisamente «con las botas puestas».
Totalmente de acuerdo con el comentario anterior,se mueren las congregaciones que no han sido fieles a su carisma,cuanto antes desaparezcan menos daño seguirán haciendo.