Se han reunido para preparar su próxima Asamblea general. No sale ni a uno por diócesis. Y hasta es posible que en la fotografía estén consiliarios. Que casi debe haber más que miembros. Lo de las pancartitas, naturalmente preparado, es una muestra en mi opinión de infantilismo. Fenómeno que suele darse en grupos irrelevantes. Que tienen que hacerse notar de algún modo porque de no ser así pasarían inadvertidos. Me parece recordar que esa instrumentalización de la pancarta la exhibió en varias ocasiones la exigua representación parlamentaria comunista que, de otro modo, nadie se daría cuenta de que ocupaban media docena de escaños. Los obreros católicos son hoy una entelequia sin justificación alguna. El obrero católico va a misa a cualquier iglesia y se sienta al lado del directos de un banco, de un registrador de la propiedad, de un comandante de artillería o de un pensionista sin que nadie sepa cual es la característica laboral de quien está a su lado y le da en su momento la paz. Sus hijos van a un colegio público o concertado y tiene por compañeros, y amigos, a hijos de quienes no son obreros. Y el ser el primero o el último de la clase, o el que mejor o peor juega al fútbol, no depende para nada de la cualificación laboral de sus padres. Y hasta hay obreros con un sueldo superior y una consideración en la empresa superior al de unos cuantos universitarios. Hoy la situación verdaderamente grave no es la de los obreros sino la de los parados, los emigrantes, las viudas de muchos pensionistas que tienen dificultades para comer… Ya quisieran ellos ser obreros. Y al no haber una situación opresora respecto a muchísimos no hay tampoco la más mínima conciencia de clase. Cosa que están comprobando los sindicatos que ven como sus afiliación se derrumba. Y hasta el Partido Socialista que era el Partido de los Obreros. Hemos visto estos días, con motivo de la patada en salva sea la parte que dieron a Tomás Gómez, numerosas imágenes de diversas agrupaciones socialistas madrileñas reunidas para elegir sucesor y candidato a la presidencia de la Autonomía madrileña. Eran todas penosas por el escaso número de asistentes y la edad de los mismos. Allí no estaban los obreros. Unos abueletes, sin duda respetables, de admirable fidelidad vital a esas siglas, asumida en no pocos con riesgo personal cuando eran jóvenes, y nada más. Es muy posible que la Iglesia tenga que volcarse hoy en una pastoral con los parados, con los emigrantes, con los marginados de esta sociedad, en una palabra, con los pobres. Pero lo de los obreros no tiene sentido y además es un fracaso. Eso ya no interesa a nadie salvo a algunos consiliarios anclados en el pasado. No hay que distinguir a nadie por obrero. Son unos hermanos más en la Iglesia y unos ciudadanos más en el Estado. Como los demás. Afortunadamente. Y, además, tienen tan clara la propia identidad particular de cada uno que en Francia no pocos de ellos votan a Marina Le Pen. http://www.revistaecclesia.com/reunion-de-la-hoac-para-preparar-la-xiii-asamblea-general/
La HOAC es un cadáver que cuanto antes lo entierren, mejor
| 24 febrero, 2015
Si el Sr. de la Cigoña es vida y la Hoac es el cadáver….me quedo con ese muerto tan vivo.
Nadie le dedica tantas y tantas líneas a algo que considera insignificante o «nada».
Supongo que le escocerá algo, pero el problema está en usted, no en la Hoac.
Siga en su torre tan fresco
Sr. de La Cigoña (por referirme a usted de algún modo)
No sé qué le pasa a usted con la JOC, la JEC o la HOAC, en este caso. Igual es simplemente que no les caen bien, pero muy a su pesar (por el tono de sus opiniones) son movimientos de Acción Católica y por tanto de la Iglesia.
La gente de la HOAC se ha reunido para preparar su próxima Asamblea general.
Y en esa foto de la Comisión General (uno de los órganos de la propia HOAC) efectivamente hay un militante por diócesis. Unas 50 personas.
No se preocupe que en la foto solo hay un consiliario, el general, un sacerdote encantador de la diócesis de Segorbe-Castellón.
Lo de las pancartas ¡claro que estaba preparado!, era una muestra de solidaridad con las mujeres trabajadoras que celebran su día el próximo día 8.
En la HOAC hay 1200 militantes (hombres y mujeres) repartidos en más de cuarenta diócesis de España. Nunca han pretendido alardear de ser más o menos de los que son.
Debería usted leerse el documento de «La pastoral obrera de toda la Iglesia» de la Conferencia episcopal española (http://www.conferenciaepiscopal.es/documentos/Conferencia/pdf/LIBRO22.PDF) en donde se habla del mundo obrero y precisamente es el mundo obrero hoy el que usted menciona: los parados, los emigrantes, las viudas de muchos pensionistas que tienen dificultades para comer, las familias de barrios ignorados, etc… y quien
La tarea de la HOAC es la evangelización del mundo obrero empobrecido que son precisamente los colectivos a los que usted se refiere. Negar la existencia del mundo obrero es negar la existencia de un conflicto social. Y por ahí sí que le interesa a usted ningunear Escuche lo que dicen los obispos a los movimientos http://www.conferenciaepiscopal.es/index.php/documentos-obrera/4230-mensaje-de-los-obispos-de-la-comision-episcopal-de-apostolado-seglar-con-ocasion-del-xx-aniversario-de-la-publicacion-del-documento.html y si no le gusta dígaselo a ellos. Cosa que tan bien hace, con tan poca caridad y de la que ha hecho usted su forma de vida. Quede usted con Dios.
Pues me da risa a mi eso «de la alegría del Evangelio» porque -seré más papista que el Papa- pero el Evangelio, es decir el que lo anunció (que si es más Papa que el papa), para nada habla en él de esa alegría, que deja para la Vida Futura. Allí se habla de que «vosotros lloraréis y gemiréis y el mundo se alegrará, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo» (pero en el futuro). Se habla de que «el Reino de los Cielos padece violencia y los que se hacen violencia lo arrebatan», o sea de esfuerzo, sufrimiento y violentarse contra lo que gusta o apetece. Y hay mas citas parecidas: «Si a mí me persiguieron también a vosotros os perseguirán», etc.
O sea que, salvo la alegría interior que da el Espíritu Santo y la paz con Dios y la conciencia, lo otro no se ve por ningún lado, como promesa inmediata. O al menos está mezclado.
Dando catequesis a jóvenes, siempre les reptio lo mismo: si eres católico no te va a ir mejor externamente que no siéndolo ( y a los católcios perseguidos en extremo me remito) porque si fuera ostensible el beneficio en la vida, la gente sería mayoritariamente buena y católica por los beneficios, no por agradar a Dios directamente. Dios cuida especialmente del hombre justo, pero no por caminos de molicie. En fin que lo de la alegría a «fortiori», no la veo. Aún cuando sea un camino lleno y plenificante, pero no a lo externo y aunque en lo externo tampoco sea un constante sufrimiento, pero todos debemos pasar por el doloroso río de la vía, en que el único puente es Cristo (Cfr. Santa Catalina de Siena, El Diálogo)
Como la Iglesia tiene buenos doctores, que alguno me saque del error si es que estoy en el. Eso sí, con argumentos sólidos, no con respuestas emotivo-irracionales.
Sólo el nombre de ‘obrero’ ya suena de alguien perdido en el tiempo. Hoy la mayoría son (somos) trabajadores. El mono azul no ocupa a casi nadie. La idea de ‘los obreros’ como clase es del pasado. Las fábricas han desaparecido y hoy se trabaja en PYME o, en el caso de ser grandes empresas (como un banco) en microcentros de trabajo. Todo muy lejos del concepto de ‘obrero’. Como señala en la entrada del blog, todos somos trabajadores y no nos caracterizamos por relacionarnos socialmente con los que tienen el mismo tipo de trabajo. Y muchos menos en el ámbito de la Iglesia!!!
Comparto que hoy la clave está en los parados, los emigrantes, los que tienen trabajos en los que se les explotan (media jornada de sueldo pero 7 u 8 horas de trabajo), horarios que les impiden una vida familiar…. El que quiera hacer labor social en el mundo laboral, ahí tiene el ‘tajo’.
Transcribo: Allí no estaban los obreros. Unos abueletes, sin duda respetables, de admirable fidelidad vital a esas siglas, asumida en no pocos con riesgo personal cuando eran jóvenes, y nada más.
DON FRANCISCO, esta usted de coña o es que tiene usted el sindrome de estocolmo ideológico de los abuelos del franquismo?.
¿que socialista ha tenido riesgo personal cuando eran jóvenes durante el franquismo? muy pocos, y casi siempre los que tuviesen delitos de sangre detras. La mayoría de los socialistas vivieron de p m en la dictadura y se han fabricado un pasado de represión. No hay mas que ver al Zarpas de la memoria histérica.
Conferencia de mons. Juan José Asenjo en las IX Jornadas de Pastoral Obrera en la diócesis de Córdoba
¿Es posible anunciar hoy la alegría del Evangelio al mundo obrero?
http://www.diocesisdecordoba.tv/conferencias/es-posible-anunciar-hoy-la-alegria-del-evangelio-al-mundo-obrero/
Conferencia completa de mons. Juan José Asenjo en las IX Jornadas de Pastoral Obrera.
¿Es posible anunciar hoy la alegría del Evangelio al mundo obrero?
http://www.diocesisdecordoba.tv/conferencias/es-posible-anunciar-hoy-la-alegria-del-evangelio-al-mundo-obrero/
Conferenica de D. Juan José Asenjo en Córdoba el pasado 5 de febrero.
http://www.diocesisdecordoba.tv/actualidad/ix-jornadas-de-pastoral-obrera/
No creí en esas cosas hace años y hoy no sólo sigo sin creer, sino que merecen un digno funeral y enterramiento.
Por cierto, muy sensata tu apreciación en el post de hoy.
Me comentaba un buen padre de familia lo sorprendido que se había quedado al oír a su nuevo párroco en las preces orar por los obreros explotados, estilo años setenta, y en una zona más de campo que de fabricas. Me decía también como este mismo párroco había transformado el decorado del templo y los locales, lleno de cartulinas y recortes multicolores más propio de una verbena que de un espacio para el recogimiento y la oración con Dios. Por lo comentado parece ser que son del grupo de esos frailes y curas que hoy rondan y pasan de los setenta años, tal vez muy parecido a los consiliarios que muestra usted en la foto; parecidos también a esos que en vez de decir: Sínodo diocesanos, organizan lo que denominan Asamblea Diocesana. Los hay que no se reciclan ni con un susto al borde de la tumba.