La Dignitas Infinita y Santiago Martín

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Papa Francisco: Con Dios todo es posible y sin Él no nos curamos del pecado  | ACI Prensa

Una importante intervención. Más larga de lo que él acostumbra. Casi 23 minutos.

De las más positivas aunque manifestando que naturalmente no es perfecto el documento.

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Me parece que hay que escucharla porque vale la pena.

Destacaría dos aspectos que creo de interés. Lo «enfurecidos», es la palabra que emplea, que están los autoproclamados «amigos del Papa», con expresa y detenida mención entre ellos a Teresa Forcades y, por parte de Francisco, el apoyo que parecía prestarles con la repetición de audiencias plenas de sonrisas que ellos, y no solo ellos, interpretaban como respaldo del Papa a sus posiciones.

Se comprende la indignación ante desautorización tan manifiesta.

Que a no pocos ha sorprendido gratamente. Tal vez a bastantes sin declarados entusiasmos.

El péndulo es un artefacto necesario para el funcionamiento de algunos relojes antiguos, querer trasladarlo al gobierno de la Iglesia da muy mal resultado. Bien pues que se haya vuelto a la posición que nunca se debió abandonar, de hecho o en apariencia,  y esperemos que pendularmente no se vuelva ahora a la posición contraria. No hay prestigio que soporte tanta contradicción.

https://www.religionenlibertad.com/video/154896/furia-dignitas-infinita.html

 

Comentarios
4 comentarios en “La Dignitas Infinita y Santiago Martín
  1. Soy de los que piden poco o, mejor aún, cosas factibles. Le pido al próximo pontífice que deje de recibir en audiencia a los enemigos de la Iglesia, y lo hago por dos motivos: el primero, porque desprestigia al pontífice verlo rodeado de los amigos del Maligno; el segundo, porque no creo que el papa convierta en amigos a los peones de Satanás que van a verlo (y si no los convierte, ¿para qué recibirlos? ¿Para fotografiarse? Ya basta de farsas.).

  2. Querido Paco Pepe, no disponemos todavía de comentarios rigurosos del último bodrio del tándem Francisco-Tucho. Alguien ha comentado que lo de los cinco años refleja la labor de Ladaria en la preparación del texto. No me extrañaría. Ladaria no era muy fino a la hora de valorar el pecado original y la gracia. De hecho, algún comentarista aportado por usted denuncia esa laguna, la del pecado original, en el documento. Pero dada la ignorancia teológica contrastada de Francisco y la inclinación pornomística de Tucho lo del aprovechamiento de Ladaria entra dentro de lo verosímil. Recuerdo que me pilló en Oxford la elección de Francisco. Había una reunión sobre Fe y Ciencia. Del Vaticano vino un oficial del Dicasterio de la Fe que habló, en círculo privado, de la encíclica sobre el medio ambiente que estaba preparando dicha Institución a instancias de Ratzinger. El texto se lo apropió Francisco en su primera encíclica. Fue lo único bueno en lo doctrinal que ha realizado.
    Pero la Dignitas Infinita no está bien elaborada, ni justificadamente articulada. A diferencia de la Veritatis Splendor y otros documentos sobre moral de Juan Pablo II y Benedicto XVI, aquí domina la verborrea, la ausencia de claridad, el fuste intelectual. Las citas de Boecio o de santo Tomás son meros fuegos de artificio porque no los constituye en base o crisol de las diferentes presentaciones de la dignidad.
    Nadie ha reparado que lo que dice el documento puede valer lo mismo para las personas que para los animales. Parece que Tucho se hubiera subrepticiamente apuntado a la oposición de lo que los animalistas llaman especieismo. Muchos filósofos de esa corriente niegan la dignidad humana. Por una razón potísima: porque niegan que el hombre se distinto del animal. El fallo de Dignitas Infinita, ab origine, es no haber acertado, en filosofía moral, apuntalar la doctrina en la persona y, en teología moral, en la gracia del hombre nuevo.
    Santiago Martín respira porque quizá temía que se colara otro disparate de bulto como, por dignidad, bendecir los adulterios o las sodomías. Pero ha caído de bruces en la trampa de Tuyo cuando éste explicaba que la evolución del dogma era reconocer como bueno lo que antes se consideraba nefando. Expressis verbis. No se trataba de conocer mejor, sino de apartarse de la doctrina.

  3. El documento es una mierda desde el sofisma de su título, esperable vista la calaña de su autor. Aunque tenemos a los necios y tibios habituales para verle cosas buenas.

  4. Cuando el P. Santiago Martín, en el tercer punto de su exposición, trata de quien ha escrito «Dignitas Infinita», dice que ha sido Tucho y olvida que el documento fue preparado por Ladaria y su equipo; de ahí que no sea tan rupturista.

    Luego, al final del vídeo, el P. Santiago Martín menciona en varias ocasiones y con poco acierto la «evolución del dogma». Sin embargo, lo dogmas de fe no evolucionan; son inmutables. Lo que evoluciona es el conocimiento que tenemos de los dogmas en la medida en que profundizamos en ellos.

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