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La despedida que le hace Diego Lanzas al cardenal Cañizares

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Cardenal Cañizares: “Estamos ante una verdadera emergencia educativa”

Muy suscribible en casi todo.

Aunque yo pienso que el deterioro del cardenal, evidente, imponía el relevo.

¿Qué el Papa en bastantes ocasiones no cumple lo que promete? Pues también es cierto. Suele ocurrirle a las personas que dicen a todo el mundo, con la excepción de los tradicionalistas,  lo que quieren oír.

Y el malo de la película no es tanto Osoro, que ciertamente tiene sus defectos, como Omella. Aunque éste disimula más.

De los cuatro cardenales que teníamos con mando en plaza ya solo quedan dos. Y hoy se va el mejor de los cuatro.

Uno está ya muy tocado.

Queda el peor. Puede hacer muchísimo más daño a la Iglesia española. Su conjunción con Arana es tóxica. Y si a la pareja le dan la llave de los nombramientos, con seis obispados en estado de sede vacante y ocho con obispo pasado de fecha, que serán diez al finalizar el año, no cuento a Granada porque cuando lo pasaporten no dejará vacante, el destrozo puede ser irreparable.  ç

A mí si me dieran a escoger entre Omella y Osoro, no lo dudaría. El madrileño.

 

Comentarios
8 comentarios en “La despedida que le hace Diego Lanzas al cardenal Cañizares
  1. En cuanto al Cardenal Cañizares, ha sido gran una decepción. Recuerdo las expectativas que generó su nombramiento como Prefecto del Culto Divino; se hablaba del Pequeño Ratzinger pero, al final… fuese y no hubo nada. Él mismo se retrató al renegar de haberse puesto la capa magna en Griciliano cuando cambiaron los aires en Roma. Sus alardes de súbito francisquismo daban grima.

  2. «A mí si me dieran a escoger entre Omella y Osoro, no lo dudaría. El madrileño.»

    Pues Osoro causa mucho más rechazo entre el clero madrileño que Omella entre el clero barcelonés. Además, el maño ha promovido promociones episcopales muy buenas, como las de Vilanova o D. Abilio, mientras que los nombramientos episcopales promovidos por Osoro son pésimos o, en el mejor de los casos, mediocres.

    1. Si, estoy con usted Hermenegildo. En contraposición a los buenos obispos promovidos por Omella, por poner un ejemplo de un obispo deplorable promovido por Osoro, Mons. de las Heras, claretiano, penoso de Mondoñedo-Ferrol y hoy de León y perteneciente a la desastrosa comisión de nombramientos del Nuncio y muy probable candidato a Madrid, entre otros, y Mons. García Cadiñanos burgalés que no entró con buen pie obispo de Mondoñedo promovido por D. Fidel y con aprobación de Omella que lo conocía por Cáritas.

  3. Cañizares fue bueno en unas cosas : no era catalanista , no fomentó las misas en valenciano, que no tienen demanda, criticó las leyes de aborto, eutanasia, lgtbi y negó una vez que Vox fuera fascista , pero en lo demás concuerdo con el comentario de Joaquín . Y añado que se echó en los brazos del PP de Camps y Rita

    1. Las misas en valenciano no tienen demanda en la capital, hasta ahí cierto. Pero en muchas poblaciones mayoritariamente valencianohablantes si no hay demanda es por haberse acostumbrado (ya más de 50 años) los fieles a que la Iglesia hable una lengua que no es la suya materna. Que en esas parroquias se hiciera alguna, ALGUNA, misa en valenciano no creo que fuera ningún mal. Poder rezar en la lengua que escuchaste a tus padres (y no a tus profesores) y en la que predicaron santos como el propio patrón diocesano san Vicente Ferrer no me parece tan descabellado, la verdad.

  4. Yo no comparto para nada la valoración tan positiva que hace de Cañizares. Sí, a veces dice cosas buenas pero a la hora de la verdad bien que se arrastra ante el poder político, sea cual sea (véase su amistad con el impresentable Bono o la no menos impresentable Tere Fernández de la Vega). Cura ultraprogre en su juventud, no fue un formador especialmente brillante en el Seminario madrileño y como obispo no ha hecho nada reseñable ni en Ávila, ni en Granada, ni en Toledo (aparte de meterle constantemente el dedo en el ojo a Rouco) ni en Valencia, ni tampoco hizo nada reseñable en Roma, adonde además nunca quiso ir y de donde huyó siempre que pudo. Tampoco olvido aquella bochornosa intriga eclesial que acabó con la destitución de Reig como obispo de Cartagena, ni tampoco su desafortunada intervención en los nombramientos episcopales de Braulio Rodríguez para Toledo (Rouco quería a Ureña, mucho mejor) y quizá de Osoro para Valencia (estoy seguro de que Rouco quería a Catalá o Reig, muchísimo mejores que el pasiego). No, Cañizares representa un tipo de obispo que ha hecho casi tanto daño como los ultraprogres posconciliares: el obispo sin personalidad, que se limita a gestionar la decadencia, que habla mucho (y dice cosas buenas) pero a la hora de la verdad se achanta.

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