Importante testimonio de una religiosa del Verbo Encarnado que hay que conocer.
Instituto que curiosamente también está bajo sospecha vaticana. Con lo que no pocos están llegando a la conclusión de que solo son buenos los sospechados.
Y vil agente sospechador, uno de los principales, el nuevo arzobispo coadjutor de Mérida-Badajoz. Nombramiento absurdo donde los haya y que acredita que el Vaticano lo único que quería era deshacerse cuanto antes de ese esbirro incompetente en la persecución de los institutos religiosos de buena doctrina, como fallido secretario de la Congregación de Religiosos presidida por otro tan malo o incluso peor que Chámame Pepe.
Mérida-Badajoz tenía un arzobispo que ya había presentado la renuncia por cumplimiento de los 75 años el pasado enero. Lo normal sería sustituirlo por un nuevo prelado cuando el Vaticano lo considerase oportuno. Pero allí solo querían deshacerse del mediocre personaje del que por otra parte conocían todas sus carencias y descartándolo para Granada, Valladolid, Santiago y Madrid lo pasaporta a Mérida-Badajoz y no como arzobispo sino solo de coadjutor. Evidentemente son conscientes de la joya que envían.
Se comprende el nulo entusiasmo que tan esperpéntico nombramiento ha despertado en la archidiócesis.
Gran labor misionera del I.V.E, sin dudas. En África, un trabajo hormiga -por paciente y silencioso- pero gigantesco; en Siria e Irak, francamente heroico.
No digo esto solamente por orgullo de argentino, que también; lo digo porque los frutos son dignos del árbol del que se obtienen. Miserias y miserables hay en todos lados y, muchas veces, hacen más ruido que todos los buenos obreros de la viña, que tienen que pelear contra los tres enemigos a brazo partido (y encima poner el lomo para recibir los palos «fraternos» por ser fieles a la Iglesia).
Recemos por ellos y por la multitud de buenos misioneros, que no se hacen oir por «hazañas», sino que hacen en silencio lo que el Señor les manda.
Saludo cordial
Primero: coincido con lo que dice sobre monseñor Rodríguez, pero añado que sería peor que a monseñor Morga lo relevara alguien que, además de pésimo, tuviera sesenta años (se están dando casos de esto casi cada semana). Segundo: un modo de hacer visible el catolicismo en Oriente Medio sería «cardenalizar» a los patriarcas copto, melquita, armenio, etc. Tercero: en vez de lo segundo, se le da el capelo al patriarca latino de Jerusalén (que ni siquiera es israelí y que vive en un país que, comparado con los de su entorno, es un oasis para los cristianos). Cuarto: en Siria convivían bastante bien los diversos grupos cristianos (media docena como mínimo) con los grupos musulmanes, hasta que alguien (negro para más señas) decidió que el gobernante debía ser liquidado para llevar la democracia; resultado: guerra civil, millones de refugiados y exiliados, persecución a los cristianos y ninguna democracia. Esto es lo que hay.