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La deriva al caos de los dominicos de Vigo

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Ya sé que no me saldrá el cartel que me lo han enviado por correo así que os lo contaré.
Se trata de una conferencia que se celebrará el próximo viernes 13 de abril  en la parroquia del Cristo de la Victoria que regentan en Coya (Vigo) los dominicos. A las 19.30.
Su título, muy eclesial, es «Socialismo e Federalismo». Y viene encabezado el cartel por la Hoz y el Martillo.
Como subtítulo: «Charla sobre o modelo republicano do PCE. Eddy Sánchez (Director da FIM)».
La FIM es la Fundación de Investigaciones Marxistas.
Suscriben la convocatoria la FIM, con un icono de Carlos Marx y el Partido Comunista de Galicia con otra hoz y martillo.
La FIM, el PCG y hasta yo tenemos todo el derecho a convocar a la gente a la conferencia que se nos ocurra sobre cualquier tema que no sea delictivo. ¿Pero ya en una parroquia…?
Tengo el peor concepto de los dominicos de Coya, que deben ser como mucho tres o cuatro, y que me parecen un ectoplasma escandaloso en una diócesis bastante tranquila. De ellos no me extraña nada. Pero hay alguien que es responsable de las parroquias y que es el obispo diocesano. En este caso el de Tuy-Vigo, Don Luis Quinteiro, No tengo la menor duda de lo que piensa el obispo. Nada que ver con eso. Pero los obispos no están sólo para pensar. Tienen que regir. O tendrían.
El dolce far niente de buena parte de nuestra jerarquía nos está llevando a este abandono masivo de fieles, unos indignados y otros no motivados. Acabo de hablar de deserciones de los fieles en la declaración de renta ante actuaciones episcopales y clericales. ¿No habrá muchos en Tuy-Vigo indignados con esa utilización de parroquias al servicio del Partido Comunista? Seguro que sí. Y tal vez con esto haya algunos más que se decidan a no marcar la x.
Esa conferencia no se puede celebrar en una parroquia. En otros sitios no de la Iglesia sin el menor problema.
Señor obispo de Tuy-Vigo, tiene en su diócesis un problema grave con una parroquia impresentable. Y su deber episcopal es resolverlo. Para eso está. Y sabe que hoy eso gracias a internet está ya en boca de muchos. Que le están esperando. Porque Coya existe al permitirlo el obispo. No yo.

 

Comentarios
10 comentarios en “La deriva al caos de los dominicos de Vigo
  1. Caballero Jorge: Me permito aclararle que el Noviciado Dominicano de la Provincia de San José en Usa, se encuentra ubicado en el Convento de Santa Gertrudis en Cincinatti, en el Estado de Ohio. Es un tiempo de una total incomunicación, salvo con Dios y los referentes de vida comunitaria y formación litúrgica, bíblica y en las tradiciones y constituciones de la Orden.
    Al final del Noviciado emiten los votos simples en ese mismo lugar.
    La Revista Dominicana Journal, con más de un siglo de existencia, ponderada por Monseñor Fulton Shen, por el Cardenal O´Connor, por el Cardenal Dolan y por el Cardenal Wuerl, entre otros, como eficaz instrumento de evangelización y formación cristiana, corre a cargo de los Frailes Estudiantes de Washington, y la mayoría de sus intervinientes son Religiosos de votos solemnes.
    Y respecto a algún que otro comentario, decir que la figura llamada sinécdoque -tomar una parte por el todo- puede quedar muy bien en literatura, pero no en la vida real.

  2. Roberto:

    Pues si infovaticana permite composiciones de novicios dominicos en sus páginas (que por muy buenas gentes que sean no tienen la cualificación de los verdaderos colaboradores), apechugamos, saltamos y listo.

  3. Roberto: Si tropiezo con algo que creo cansino, simplemente paso página sin hacer alharacas. No todo se va a reducir a eructos patentizadores de una visceralidad revoluta. Me refiero sólo a algunos casos. Pero creo que los comentarios deberían tener algo más de contenido, basado en datos y conducido por la lógica formal.

  4. Hace ya bastantes años que esa parroquia lleva esa deriva. Vean su perfil de facebook y lo que alli se dice para hacerse una mejor idea.

  5. Ascendens

    Fray Brendan Baran OP
    03 de Abril de 2018

    En el Evangelio de hoy, Cristo le dice a María Magdalena: «Asciendo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios.»
    Como seguidores de Jesús, también debemos ir y viajar hacia Dios. Consideremos de qué maneras el cristianismo es semejante a un viaje.

    A veces, en la vida cristiana, parece que uno se embarca en un viaje de negocios internacional, al final del cual se encontrará con el consejero delegado de la compañía más importante del mundo.
    Si todo va bien, se puede obtener la mayor promoción imaginable. Pero primero hay que llegar a esta ciudad lejana, que implica una compleja planificación logística.
    Todo tiene que ir bien, pero implica complejidades increíbles, muchas regulaciones y muchas oportunidades para que las cosas salgan mal.

    El primer paso consiste en organizar los vuelos. Es un viaje importante, por lo que es mejor conocer todas las reglas del Contrato de transporte de la aerolínea.
    No te olvides de los trámites para obtener un pasaporte. Una vez en el aeropuerto, realiza la evaluación de seguridad y sigue todas las reglas de la TSA – Administración de Seguridad en el Transporte- y apréndete los artículos permitidos y restringidos.
    Todo parece muy estresante y agotador, y pensándolo bien, tal vez uno prefiera quedarse en casa.

    La vida cristiana no es un viaje de negocios, internacional y complicado, lleno de complejidades burocráticas, en el que debamos navegar a la perfección.
    Cuando alguna vez parece ser así, es señal de que algo va mal. En cambio, podríamos pensar en el ascenso cristiano al Padre como si estuviéramos escalando una montaña.
    Abraham, Moisés, Elías y el mismo Jesús ascendieron a las montañas para presentarse ante Dios Padre.
    Además, como no se trata de un un viaje de negocios, todos deseamos escalar montañas. ¿Por qué se construyen carreteras hasta la cima de los montes?
    Un alpinista puede ver su objetivo elevándose en el horizonte ante él, mientras que un viajante de negocios no puede ver su destino cuando está sentado en la sala de embarque.
    Es cierto que incluso en el alpinismo existen muchas posibilidades de error y de desvío del camino. Sin embargo, encontramos señales e indicadores útiles, que nos alejan de los callejones sin salida y nos orientan hacia nuestro destino.
    En la montaña no encontramos las reglas aparentemente arbitrarias de la aviación.

    La caminata por la montaña es ciertamente difícil, pero también es una oportunidad para el aprendizaje, la mejora y el disfrute.
    El Papa Pío XI, fue un ávido montañista, y escribió una vez sobre la escalada: «Mientras que la fuerza de uno se renueva y aumenta mediante el trabajo duro y la lucha para alcanzar las regiones más puras y enrarecidas del aire, también sucede que el alma, luchando con cada dificultad se vuelve más persistente en el manejo de las obligaciones y deberes de la vida.
    Y la mente, a través de la contemplación de la inmensa y hermosa panorámica desde las cumbres, se eleva más fácilmente hacia Dios, el Autor y Señor de la naturaleza.
    Estas analogías pueden ayudarnos a examinar cómo conceptualizar nuestra vida como cristianos.
    ¿Somos como el hombre de negocios que se somete a un viaje tedioso y llega a su destino por pura fuerza de voluntad?
    ¿O somos como el alpinista que busca aprender los matices de los senderos arbolados, entendiendo algo sobre nuestro destino y cómo llegar hasta allí?

    Jesús nos dice: «Asciendo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.» ¿Cómo seguiremos a Cristo yendo al Padre? Empecemos por atarnos nuestras botas de montaña.

  6. ¿Quién es este hombre?

    Fray Raymond La Grange OP
    04 de Abril de 2018
     

    Dios a menudo es acusado de esconderse. El creyente podría preguntarse por qué Dios no hace más milagros para refutar al escéptico. El incrédulo, por otro lado, puede justificar su incredulidad por la falta de milagros suficientemente obvios. ¿Por qué Dios no da más señales?

    En la lectura de hoy en la Misa, del tercer capítulo de los Hechos de los Apóstoles, Pedro y Juan pasan ante un lisiado. Pide limosna a los apóstoles, pero Pedro le dio algo de mucha mayor entidad.

    «No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te lo doy:
    En el Nombre de Jesucristo, Nazareno, levántate y anda.» (Act 3, 6).

    La capacidad de caminar es tan sólo un signo externo de algo mucho mayor, a saber: La Buena Nueva de la salvación a través de Jesucristo.
    Muchos testigos llegaron a creer en Cristo a través de este signo, poniendo a las autoridades del Sanedrín en un aprieto.
    No podían castigar a Pedro y Juan públicamente, ya que el ex lisiado caminó libremente para que todos lo vieran. En lugar de eso, advirtieron a los Apóstoles que no enseñasen en el Nombre de Jesús (esta advertencia, como era de esperar, no fue escuchada). Uno se pregunta cómo las autoridades, los hombres educados de Judea, pudieron aceptar el hecho del milagro pero rechazaron a los hombres que fueron instrumento del mismo.

    La lectura del Evangelio de hoy nos ayuda a iluminar esta aporía o aparente callejón sin salida.
    Jesús, después de Su Resurrección, se encontró con dos de sus discípulos en el camino a Emaús. Ocultando su identidad, fue y conversó con ellos. Con tristeza, le informaron que Jesús Nazareno, a Quien habían considerado el Redentor de Israel, había sido ajusticiado. Estaban aún más preocupados porque algunas mujeres habían ido a Su tumba por la mañana e informaron que el Cuerpo había desaparecido y los ángeles anunciaron que Jesús había resucitado.
    De hecho, el Cuerpo no estaba en ninguna parte. Jesús aún no reveló su identidad, pero respondió:

    «¡Qué necios sois!» ¡Qué lentos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!
    ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y entrase en Su gloria? «(Lucas 24, 25-26).

    Luego pasó a explicarles cómo Su muerte y resurrección fueron predichas en las Escrituras. La necedad de los discípulos no estribaba tanto en la duda del informe como en no comprender lo que se había revelado en las Escrituras.
    Sólo después de explicarles las Escrituras, Se reveló a Sí mismo al partir el pan con ellos. Los discípulos finalmente entendieron e inmediatamente regresaron a Jerusalén para contarlo a los demás.

    Incluso los devotos discípulos no podían tener conciencia por sí mismos de los eventos recientes. Ciertamente no eran hostiles a Jesús, ni estaban decididos a no creer lo que Él decía. Estaban abiertos a la fe, pero necesitaban escuchar la enseñanza del Mesías antes de poder entender. En este caso, la apertura a la enseñanza vino antes de la manifestación externa. Lo primero es claramente más sustantivo para la fe que lo segundo.

    En el caso de la curación del lisiado, los eventos se invierten. Primero viene el signo, y luego la predicación. Y luego las respuestas divergentes. Algunos se reúnen, escuchan la predicación de Pedro y creen. Otros conspiran para silenciar a los Apóstoles. La diferencia no fue que algunos creyeran que se había producido un milagro y otros no. Más bien, algunos estaban abiertos al mensaje, como los discípulos del camino de Emaús, mientras que otros eran duros de corazón, y ni siquiera consideraron la posibilidad de que Jesús fuera el Mesías. La disputa no es sobre el milagro, sino sobre la apertura a Jesús.

    Respecto a la fe no se trata principalmente de analizar noticias sobre milagros, al modo utlizado por las ciencias para analizar las observaciones empíricas.
    Los signos pueden indicarnos la fe que se transmitió, o eliminar los obstáculos al incrédulo. De hecho, Dios no habría obrado milagros sin más.
    Pero las señales nunca pueden reemplazar la apertura a la fe en la Persona de Cristo. La pregunta que subyace a la fe no es una evidencia: se trata del umbral para creer en los milagros. Más bien, la pregunta que enfrentamos es la misma que encaran los Apóstoles y sus contemporáneos: ¿Quién es este hombre?

  7. El sr. obispo de Tuy tiene cosas mucho más graves en las que «meditar», le salpica de lleno el caso de los miguelianos… por no hablar de lo que pasó con los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Vigo… Siempre mirando para otro lado y dejando gente en la cuneta… Por no decir diócesis enteras… Orense en bancarrota y rescatada por la Conferencia Episcopal… Seguimos…??? Eso sí, el balneario y las reverncias no las perdona…

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