| 12 abril, 2015
Tampoco me he inventado yo las fotografías. Son las que ellos ponen. En una página oficial: http://www.sjweb.info/curiafrgen/curia_gencouns.cfm Creo que vale la pena verles. Y luego las opiniones, cada uno las que quiera. Las mías no necesito repetirlas. Cierto que también los hay vestidos de curas. Hasta uno de Venezuela. Un aplauso por mi parte al venezolano. Del P. Lombardi no me esperaba otra cosa.
Yo diría que, incluso lo del traje -talar o no- es lo de menos. Lo verdaderamente lamentable es la situación de la S.J. en España, no sólo por la reducción acelerada de jesuitas, sino por el clima humano, espiritual y, en muchos casos, apostólico, que se respira. Hablan de misión, de vida comunitaria, de espiritualidad ignaciana. ¿Dónde está la vida comunitaria? ¿Dónde queda la vida de oración de muchos jesuitas? Los hay que, no sólo no celebran Misa cada día, sino que ni siquiera asisten. ¿Misión? En muchos casos, la que uno mismo se procura. Algún jesuita comenta abiertamente, que la situación es muy triste. Que tiene que abstraerse y, como la mayoría, «vivir su vocación», porque, además, nadie se interesa por la situación que viva otro, tanto si es buena como mala.
El canon 284 del Código de derecho canónico habla del modo de vestir de los clérigos. Este es su tenor literal:
Canon 284: Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar.
Para abundar más, la Congregación para el Clero aprobó el Jueves Santo de 1994 el Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros. El artículo 66 habla del traje de los sacerdotes:
Por esta razón, el clérigo debe llevar «un traje eclesiástico decoroso, según las normas establecidas por la Conferencia Episcopal y según las legítimas costumbres locales». El traje, cuando es distinto del talar, debe ser diverso de la manera de vestir de los laicos y conforme a la dignidad y sacralidad de su ministerio. La forma y el color deben ser establecidos por la Conferencia Episcopal, siempre en armonía con las disposiciones de derecho universal.
Por su incoherencia con el espíritu de tal disciplina, las praxis contrarias no se pueden considerar legítimas costumbres y deben ser removidas por la autoridad competente.
Exceptuando las situaciones del todo excepcionales, el no usar el traje eclesiástico por parte del clérigo puede manifestar un escaso sentido de la propia identidad de pastor, enteramente dedicado al servicio de la Iglesia.
En el derecho canónico tiene especial relevancia la costumbre, hasta el punto de que el canon 23 afirma que tiene fuerza de ley la costumbre que el legislador apruebe, de acuerdo con el propio Código. Existen tres tipos de costumbre, la que es de acuerdo con el derecho (secumdum legem), la que es extralegal (praeter legem) y la contraria al derecho (contra legem). La costumbre contra legem, bajo ciertas condiciones, puede prevalecer contra la ley escrita. A la luz de las notas anteriores, parece claro que la praxis de no llevar traje eclesiástico sólo puede ser considerada costumbre contra legem. Pero es posible plantearse si esta praxis contra legem puede prevalecer contra la ley escrita.
Según el canon 26, para que una costumbre prevalezca contra una ley, es necesario que se haya observado durante treinta años continuos y completos. Pero, de acuerdo con el canon 24 § 2, si la costumbre ha sido expresamente reprobada por el derecho, no puede adquirir fuerza de ley. En este caso parece que se puede incluir la praxis de no llevar traje eclesiástico dado que fue expresamente mencionada en 1994 y en 2013 como costumbre no legítima.
Queda una última precisión: esta norma obliga a los obispos, a los presbíteros y a los diáconos. No, en cambio, a los diáconos permanentes, de acuerdo con el canon 288. Sin embargo, se debe tener en cuenta que puede haber legislación particular sobre el traje eclesiástico en los diáconos permenantes. En algunos lugares se les pide que usen el traje eclesiástico cuando ejercen su ministerio.
Uno: lo que a usted le dé risa puede imaginarse por donde me lo paso. Me trae sin cuidado que se carcajee o se eche a llorar. Aquí nadie ensalza al repugnante Maciel, del que por cierto hay bastantes fotografías de riguroso paisano. Y muchos de los pederastas van también de paisano en exclusiva. Yo tengo todo el derecho del mundo, y de la Iglesia, a manifestar como prefiero el atuendo de curas y religiosas. Y usted también. En eso tenemos libertad. Como a mí me puede gustar Van der Weyden y a usted Picasso. A lo que no tiene derecho ninguno es a sr un sofista. Y lo es con Maciel y Arrupe. A mí Arrupe no me repugna, aunque le crea en buena parte responsable del evidente hundimiento de la Compañía de Jesús. Maciel me resulta totalmente asqueroso. ¿Y usted me lo señala como mi modelo de sacerdote? ¿Cómo prefiere que califique su actitud? ¿Cabronada? ¿Hijo putez? ¿Qué es usted más tonto que Abundio?
Racayú: le veo mucho más moderado y por eso he dejado de borrarle. Mientras siga así no tendrá problemas con mi tecla de suprimir. De lo que usted dice discrepo abiertamente en una cosa y concuerdo en otra. Dice usted que le gusta ver en el sacerdote alguien como usted pero si es usted católico sabrá que no es alguien como usted. Porque usted no puede convertir el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo ni perdonar los pecados. Si no es usted católico está de más en este Blog porque nuestras discrepancias son tantas que discutiríamos en casi todo. Y yo no me curro un blog para discutir con ateos, budistas, protestantes o seguidores del Real Madrid. Estos últimos tendrían cabida ciertamente en cuanto católicos, los que lo sean, pero no para discutir sobre Ronaldo o Casillas.
Estoy de acuerdo con usted en lo del hábito y el clergyman. No es un dogma de fe y yo también he conocido malos sacerdotes con clergyman y buenos de paisano. Aunque en distintas proporciones. El 80% de los de paisano son malos o mediocres y el 80% de los de sotana o clergyman son mediocres o buenos.
¡Con lo estupendamente bien vestido de clergyman o sotana que iba, por ejemplo, Maciel! ¡Dónde va a parar, hombre! O Arrupe, el mayor demoledor, según ustedes que llevaba un clergyman impecable.
Sus argumentos dan la risa, señores, y llevados al absurdo dejan en evidencia sus contradiciones.
Está claro que a ustedes no les gusta que los curas se vistan de personas y prefieren los de sotana y alzacuellos (que no se empezó a usar hasta el siglo XIX, y fue un invento anglicano, aunque había cosas parecidas antes pero bueno).
Nada hay en el evangelio que obligue a ello y si la Iglesia lo impuso en su día está igualmente legitimada a «desobligarlo».
Ciando determinado sacerdotes no lo usan es porque pueden y ya está.
Yo confío más en una persona que se viste parecido a mi que en otra que se viste diferente. Vamos que prefiero a un igual que a un «distinto».
Pero cada cual que viva como quiera.
Conozco curas con sotana y alzacuellos que son fantásticos y a otros con vestimenta normal que lo son igualmente.
El hábito no hace al monje y aunque la mona se vista de seda…..
Y es que la sabiduría popular es eso, muy sabia
el primero es el jesuita peruano Miguel Cruzado
Son los encargados de poner la dimamita en DEMOLICIONES CHUCHI , DC (Anteriormente Compañía de Jesús, SJ)
Ni se santiguan siquiera antes de la explosión y la traca final. Peones Penosos de la demolición eclesial
Curiosamente hay dos bigotones en el monstruario fotográfico: el venezolano y el filipense, digo filipino. No merecen más la pena.
Pues en la página que Vd. enlaza aparecen las fotos de 13 consejeros: 6 de ellos llevan «clergyman». Vd. solo ha puesto la foto de dos de estos 13 consejeros. Veo que Vd. ha tenido que ir hasta el final de la página para seleccionar su primera foto, la del jesuita que lleva camisa y jersey azules.