La crisis de los religiosos (IV) (2018)

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Menesianos (Hermanos de la Instrucción Cristiana): En 1973 eran 1.773, cuarenta años después apenas quedaban 863 y eran 12 menos que el año anterior. Se han dejado en el camino el 52% de sus religiosos. Como poco. Pues seguramente antes de 1973 fueran más. Y lo que digo de los menesianos vale para todos aquellos de los que tome por referencia el año 1973. Siguen en su descenso al abismo. En 1 de enero de 2014 eran ya 841. 22 menos que el año anterior. Ya están en el 54% de pérdida. A 1 de enero de 2015 habían descendido a 828, 13 menos que el año anterior. Aunque su disminución sigue en el 54%

El año transcurrido sigue señalando su camino a la desaparición. El 1 de enero de 2016 ya sólo quedaban 804. Con lo que se han ido 24 hermanos. La pérdida es ya del 55%

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El 1 de enero de 2017 seguían descendiendo y habían perdido ya la cota de los 800. Quedan ya sólo 781. En el año se fueron 23 religiosos. La reducción es del 56%.

La Salle (Hermanos de las Escuelas Cristianas): Todavía están mucho peor estos religiosos. En 1973 eran 14.517. En 2013 quedaba sólo 4.604. Y habían descendido en 133 hermanos respecto al año anterior. Eso es caída libre y sin paracaídas. Perdieron el 69% de la congregación. El 1 de enero de 2014 seguían en caída libre. Ya sólo eran 4.466, 138 menos que el año anterior. Y ya la disminución alcanza el 70%. La catástrofe continúa. A 1 de enero de 2015 habían bajado ya a 4.322 perdiendo en una anualidad 144 hermanos. La disminución alcanza ya al 71% y es seguro que mayor pues en 1973 ya serían menos de los que fueron.

El 1 de enero de 2016 quedaban ya sólo 4.075, En un año han desaparecido 257 hermanos. Hoy es ya seguro que han perdido el listón de los 4.000. De camino acelerado a la desaparición. Ya están en el 72% de pérdida.

El 1 de enero de 2017 continuaban en su decadencia. Quedaban 3.915 hermanos. Ciento sesenta menos que el año anterior. La disminución es ahora ya del 74%

Hermanos del Sagrado Corazón: También camino de apagar la luz. En 1973 eran 2.373. Después de cuarenta años quedan 1.121. Los mismos que eran el año anterior. Se han dejado en el camino por lo menos el 53% del instituto. Tampoco a estos hermanos les va bien. A 1 de enero de 2014 habían descendido a 1.107, con disminución de 14 respecto al año anterior. La pérdida está ya en el 54%. Y a 1 de enero de 2015 eran 1.026, 81 menos que el año anterior. Con lo que la pérdida de integrantes es ya del 57%.

El 1 de enero de 2016 perdieron ya la referencia de los 1.000. Quedaban ya sólo 997. La pérdida es ya del 58%

No se advierte en ellos la menor mejoría sino todo lo contrario. El 1 se enero de 2017 eran ya 965, 32 menos que un año antes. Ya han perdido el 60% de los que fueron en 1973

Hijos de la Sagrada Familia: Los miembros de la congregación fundada por el catalán P. Manyanet eran 173 en 1973. Cuarenta años después sólo habían descendido a 166. Y eran 6 más que en 2012. Excelente resultado. Y siguen bajando por ahora moderadamente. A 1 de enero de 2014 eran 161, 5 menos que el año anterior. El porcentaje de pérdidas sigue siendo excelente para lo que estamos viendo, un 7%. Me temo que se incrementará en años sucesivos. A 1 de enero de 2015 ya sólo quedaban 148, trece menos que un año antes. En congregaciones con tan pocos miembros cualquier subida o bajada influye notablemente en el porcentaje. La disminución ha pasado al 15%

 

El 1 de enero de 2016 ya quedaban sólo 141. Siete menos que el año anterior. En congregaciones de tan pocos miembros esas disminuciones, aunque sea pequeñas, resultan muy preocupantes. Ya están en un 19% de pérdida.

El 1 de enero de 2017 se precipita la quiebra. Quedan sólo 122. Diecinueve menos que un año antes. La disminución es ya del 30% y mucho más grave dado su exiguo número.

 

Pavonianos: En 1967 eran 283. El 1 de enero de 2013 ya eran sólo 197. Y habían descendido en 5 respecto del año anterior. Perdieron el 31%. El porcentaje sería bastante aceptable pero el número hace que estén en situación crítica. Y continúan bajado. A 1 de enero de 2014 eran 194, 3 menos que el año anterior. Y ya están en el 32% de disminución. A 1 de enero de 2015 eran 192, 2 menos que el año anterior. Con lo que el porcentaje de disminución ya está en el 33%

Siguen en caída libre. El 1 de enero de 2016 ya sólo quedaban 180. Doce menos que un año antes. La pérdida está ya en el 37%.

El 1 de enero de 2017 quedaban los mismos aunque un año más viejos. Continúan en 37% de disminución.

Legionarios de Cristo: Tuvieron en crecimiento espectacular pues eran 303 en 1966 y en 2009 habían llegado a 2.273. El haberse hecho pública la escandalosa vida de su fundador y la intervención pontificia de la congregación hizo que disminuyeran las vocaciones y se produjera un buen número de abandonos. En 2013 todavía quedaban 1.888 con una disminución de 105 respecto al 2012. Recuperado ya el gobierno de la congregación y con nuevos estatutos, en sus manos está el futuro. Posiblemente tengan aún unos años de descenso y luego, como digo, de ellos dependerá.

La tremenda crisis sufrida no se nota mucho en los últimos datos pues a 1 de enero de 2014 todavía eran 1.818, con una pérdida de 70 respecto al año anterior. Que me parece mínima. Y lo peor pienso que ya ha pasado. A 1 de enero de 2015 eran 1729, 89 menos que en la anualidad anterior. Esas bajas responden mucho más a salidas que a defunciones, pasando no pocas de ellas a integrarse en el clero secular.

Todavía se siguen notando los efectos de la gravísima situación padecida pero pienso que tienden a aminorar. El 1 de enero de 2016 eran 1.650, 79 menos que el año anterior. En este caso las nuevas vocaciones, que las tienen, no tienen tanto que amortizar las defunciones como las salidas.

El 1 de enero de 2017 descendieron a 1.582, sesenta y ocho menos que un año antes. La nuevas vocaciones todavía no cubren las salidas, más que las defunciones todavía muy escasas en una congregación tan nueva, pero pienso que están superando la tremenda crisis padecida. La disminución delos últimos años: 105, 70, 89, 79, 68, parece que se va atemperando.

Misioneros de los Sagrados Corazones (Mallorca): Eran 152 en 1973 y en 2013 quedaban 128. Uno más que el año anterior. Han perdido sólo un 17%. A 1 de enero de 2014 habían subido a 131, 3 más. La pérdida ha bajado al 15%. A 1 de enero de 2015 seguían aumentando pues ya eran 133, 2 más que en el recuento del pasado año. La pérdida está ahora en el 13%.

El 1 de enero de 2016 habían perdido dos religiosos y ya sólo quedaban 131. Vuelven al 15% de pérdida.

El 1 de enero de 2017 siguen en los 131 y por tanto en el 13% aunque todos sean un año más viejos.

Combonianos: En 1967 eran 1,740 y a 1 de enero de 2013, 1.693. Aunque habían perdido 39 religiosos respecto a 2012. Datos verdaderamente espectaculares. La disminución es del 3%, A 1 de enero de 2014 era 1.673, 20 menos que el año anterior. Han perdido sólo el 4%. A 1 de enero de 2015 habían bajado a 1.669, 4 menos que el año anterior. La pérdida sigue en el 4%.

A 1 de enero de 2016 han tenido un leve incremento de 9 religiosos, llegando a 1.678. Las misiones siguen atrayendo. Siguen en la excelente cifra del 4% de disminución.

El 1 de enero de 2017 descendieron a 1.662. 16 menos que un año antes. Pierden el 5%, resultado extraordinario

Trinitarios: 800 en 1963. Habían bajadoo a 631 en 2013 aunque eran 10 más que en 2012.  La pérdida es del A 1 de enero eran 635, 4 más que el año anterior. La perdida es del 22%  .A 1 de enero de 2015 continúan creciendo pues eran 647, 12 más que en 2014. Casi parce un milagro.

Poco ha durado la alegría en la casa del pobre. A 1 de enero de 2016 habían bajado a 619, 28 trinitarios perdidos en un año. Y en una orden de escasos frailes. Pierden ya el 23%

Y el 1 de enero de 2017 seguían bajando y ya eran sólo 579, cuarenta menos que el año anterior. Pierden ya el 28%

 

Rogacionistas:  En 1967  eran 337,  En 2013 eran ya 510. Y 8 más que en 2012. Como en España sólo tienen, o tenían, una casa en Tarragona el notabilísimo incremento se debe a que lo están haciendo muy bien en otros lugares. Siguen su carrera ascendente, a 1 de enero de 2014 eran 515, 5 más que el año anterior. Que mantienen a 1 de enero de 2015 con 553 religiosos, 38 más que en 2014. Otros a imitar.

Pero ya viene el tío Paco con las rebajas. A 1 de enero de 2016 habían descendido a 537. Dieciséis religiosos menos.

Aunque el 1 de enero de 2017 vuelven a aumentar llegando a 566, 29 más que el año anterior.

Reparadores (o dehonianos): El caso de los anteriores no se repite con estos. Eran 2.870 en 1973 y en 2013 habían descendido a 2.291, con pérdida de 2 religiosos sobre el año anterior. Han perdido el 21% que para lo que está ocurriendo no es un mal resultado aunque lo sea en sí. A 1 de enero de 2014 eran 2.295, 4 más que el año anterior. Siguen el el 21% de pérdidas. Mi proverbial torpeza hace que este año no les encuentre en el Annuario Pontificio donde seguro que están. Pues ya los he encontrado quedaban 2.262. Treinta y tres menos que el año anterior. El 23% de pérdida.

A 1 de enero de 2016 continuaban bajando y ya solo eran 2.236, 26 religiosos menos. Siguen el el 23%

El 1 de enero de 2017 descendieron a 2.171, sesenta y cinco menos que un año antes. La pérdida es ya del 25%

Guanelianos: También de escasísima implantación en España parece que no lo están haciendo mal en otros sitios. En 1967 eran 650

El 1 de enero de 2017 descendieron a 559, perdiendo quince religiosos respecto al año anterior. Pierden el14%

Palotinos:  Con excelentísimos resultados. En 1973, 2.020 que habían pasado a 2.378 cuarenta años después. Y con un incremento de 14 respecto al año anterior. A 1 de enero de 2014 habían perdido 10 respecto al año anterior y eran 2.368. A 1 de enero de 2015 eran 2.337, 31 menos que en el anterior año.

A 1 se enero de 2016 eran 2.329, 8 menos que un año antes. Continúa el descenso pero todavía moderado y en cifras superiores a las de 1973.

El 1 de enero de 2017 eran 2.339, diez más que el año anterior. Óptimos logros.

Padres Maristas: Que no hay que confundirlos con los Hermanos. Estos rompen la línea de buenos resultados de este capítulo. En 1973 eran 2.266 y en 2013 apenas quedaban ya 905. Y eran 38 menos que el año anterior. Se han dejado el 62% del instituto en lo que parece una caída imparable al abismo. Y el descenso precipitado continúa. A 1 de enero de 2014 ya sólo quedaban 882, 23 menos que el año anterior .Siguen perdiendo el 62% de la congregación. Tampoco los he encontrado en esta ocasión por lo que no puedo dar sus últimos datos que no es arriesgado suponer que no son buenos. Si algún lector con acceso al Annuario nos dice la página en la que aparecen estos completaríamos los datos.

Sigo sin encontrarlos, sin duda por mi culpa, en el Annuario de 2017. Pues ya les he encontrado. 817 en 1 de enero de 2016. La pérdida es ya del 64%.

Continúan con muy malos resultados. El 1 de enero de 2017 ya sólo eran 782, treinta y cinco menos que un año antes. La pérdida es del 66%

Hermanos de San Juan de Dios: Eran 2.527 en 1963 y a 1 de enero sólo quedaban 1.134. Catorce menos que el año anterior. Se han dejado el 56% de la orden. A 1 de enero de 2014 eran 1.144, 10 más que el año anterior. Siguen con una pérdida del 56%. El aumento del pasado año no se confirmó y a 1 de enero de 2015 habían bajado a 1.117, 27 menos que en 2014. Siguen en el 56%

A 1 de enero de 2016 ya sólo quedaban 1.096. 21 menos que el año anterior. A este paso en tres o cuatro años serán menos de mil y en su mayoría ancianos. Ya la pérdida asciende al 57% de los hermanos.

El 1 de enero de 2017 bajaron a 1.077, diecinueve menos que un año antes. La pérdida es del 58%

Sociedad de San Pablo: Eran 1.213 en 1973 y todavía se conservaban 1.020 en 2013. Dos más que el año anterior. Han perdido sólo el 17%. En 2014 había perdido el listón de los 1,000 y ya eran sólo 997, 23 menos que el año anterior. Y la pérdida aumentaba un punto, el 18%. Aunque a 1 de enero de 2015 habían conseguido volver a superar los 1.000 siendo 1.003, 6 más que un año antes, aunque siguen en el 18% de pérdida.

A 1 de enero de 2016 ya sólo quedaban 936. Sesenta y siete menos. Una hemorragia. Ya están en el 24% de disminución.

Tampoco son buenos los números al 1 de enero de 2017. Quedaban 909, veintisiete menos que el año anterior. La disminución es del 26%

Padres Blancos: Tengo escasa simpatía por su fundador, el cardenal Lavigerie, y por su famoso toast de Argel que tanto entusiasmó a León XIII, pero no por ello me voy a alegrar de su notable decadencia. Eran 3.604 en 1973 y cuarenta años después apenas quedaban 1.619. 37 menos que en 2012. Se ha quedado en la gatera el 56% de los religiosos. A 1 de enero de 2014 eran 1.611, 8 menos que el año anterior y siguen con una pérdida del 56%, A 1 de enero de 2015 continúan descendiendo notablemente:1.546, 65 menos. La pérdida se remonta ya al 58%.

A 1 de enero de 2016 eran 1,532, 14 menos que el año anterior. Siguen en el 58% de pérdida.

El 1 se enero de 2017 continúa bajando notablemente: 1.503, veintinueve menos que un año antes. Han perdido el 59% de la congregación.

Monfortinos: En 1973 eran 1.683 y en 2013 apenas quedaban ya 881. 11 menos que el año anterior. Han perdido el 48% de la congregación. A 1 de enero de 2014 tenían un leve repunte, eran 884, 3 más que el año anterior. Siguen con pérdidas del 48%. A 1 de enero de 2015 se perdía ese levísimo incremento y eran ya 876, 8 menos que al iniciarse 2014. Aunque continúan en el 48% de pérdida

A 1 de enero de 2016 se acentúa la disminución. Eran ya sólo 838, 38 menos que un año antes. Están ya en un 51% de disminución.

El 1 de enero de 2017 subieron a 846, con lo que la reducción baja al 50%

Tercera Orden Regular de San Francisco: En 1973 eran 894 y en 2013 quedaban todavía 844. Con una pérdida de 26 respecto al anterior año. Como para echar las campanas a vuelo. A 1 de enero de 2014 han tenido un notable repunte, eran 872, 28 más que el año anterior. Han perdido un 2%. Seguramente la cifra de 2014 era un error porque a 1 de enero de 2015 eran ya sólo 800. Con una pérdida del 11%

A 1 de enero de 2016 habían aumentado en 8 frailes, eran 808. La pérdida disminuye al 10%

El 1 de enero de 2017 eran 804, cuatro menos que en la misma fecha de 2016. La pérdida vuelve a ser del 11%

Amigonianos (Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores) : Eran 551 en 1973 y cuarenta años después ya sólo quedaban 412. Aunque eran 20 más que el año anterior. No es mucho para lo que estamos viendo haberse dejado el 25% de la congregación pero dado su escaso número el porvenir no es halagüeño. A 1 de enero de 2014, quedaban 408, 4 menos que el año anterior. Y a 1 de enero de 2015, 406, 2 menos que un año antes. La pérdida es de un 27%

El 1 de enero de 2016 el descenso era muy importante. Sólo quedaban 370 con una disminución de 36 religiosos sobre el año anterior. La disminución es ya del 33%

Siguen perdiendo religiosos. El 1 de enero de 2017 quedaban 354, dieciséis menos que un año antes. La pérdida es del 36%

 

Heraldos del Evangelio: Novísimo instituto. En 2010 figuran, creo que por primera vez, 471 de los que 55 son sacerdotes. A 1 de enero de 2014 suben a 479 y los sacerdotes son ya 122. Espectacular número de ordenaciones. Que continúa pues a 1 de enero de 2015 habían perdido 2 miembros, eran 477 pero los sacerdotes eran ya 134.

A 1 de enero de 2016 descienden a 368 pero el número de sacerdotes aumenta a 146.

El 1 de enero de 2017 también disminuyen a 358 pero los sacerdotes suben a 160

Opus Dei: Por torpeza mía no encontraba sus datos en el Annuario Pontificio cuando vienen no entre los institutos religiosos sino entre la Jerarquía, tras los ordinariatos militares y antes de los vicariatos apostólicos como única prelatura personal desde hace bastantes años. Se distinguen los sacerdotes, los seminaristas, las ordenaciones de ese año y los “católicos”. ¿Son estos la suma de numerarios y supernumerarios? Como se contabilizan en los institutos religiosos, sumaremos a los sacerdotes los seminaristas. A 1 de enero de 1986 eran 1.619 los sacerdotes y seminaristas y 74.317 los católicos. A 1 de enero de 2014, 2.387 y 91.020. Notable incremento de unos y otros. Aumento que se repite todos los años. Y a 1 de enero de 2015, A 1 de enero de 2015, 2.395 y 91,892.

A 1 se enero de 2016 siguen aumentando: 2.407 y 92.607.

El 1 de enero de 2017 disminuyen los sacerdotes y seminaristas: 2.381 y aumenta el segundo grupo: 92.892

Camilos: en 1963 eran 1.346 y a 1 de enero de 2014, 1.134. Han perdido 212 religiosos. Un 16%. A 1 de enero de 2015 quedaban 1.130, 4 menos que un año antes. Están ya en el 17% de pérdida.

A 1 de enero de 2016 habían subido a 1.253, 123 camilos más en un año cuesta trabajo creerlo. Pero eso dice el Annuario. La pérdida se ha reducido a 7%. Muchos camilos me parecen.

El 1 de enero de 2017 parece que las aguas vuelven a su cauce. Son 1070 y la pérdida es del 21%

Minimos: Fueron 326 en 1967 y a 1 de enero de 2014 quedaban 183. En orden tan reducida una pérdida de 143 frailes, un 44%, es muy preocupante. A 1 de enero de 2015 quedaban ya sólo 175, 8 menos que el año anterior. La pérdida es del 47%

Un años después, 2016, habían subido a 178, tres más de los que había el año anterior. La pérdida se ha reducido al 46%.

El 1 se enero de 2017 eran 170, ocho menos que un año antes. La pérdida es del 48%

Servitas: Fueron 1750 en 1963 y a 1 de enero de 2014 quedaban sólo 872. Han perdido 878 frailes, un 51%. A 1 de enero de 2015 continúa el descenso: 855, 17 que se han ido en un año. Ya están en el 52% de disminución.

A 1 de enero de 2016 acentúan su declive. Quedan ya sólo 768. 87 servitas menos. La disminución es ya del 54%

El 1 de enero de 2017 quedaban 760, ocho menos que un año antes. Siguen en el 54%

Misioneros del Sagrado Corazón: 2.846 en 1973, a 1 de enero de 2014 apenas quedaban 1.831. Se dejaron en la gatera 1.015 religiosos, un 36%. Y no van a mejor. El 1 de enero de 2015 continuaban bajando y eran 1.807, con 24 desaparecidos en un año. Ya están en el 37%

Los datos de 1 de enero de 2016 son peores, ya sólo quedaban 1.754. Se quedaron en el camino 53 religiosos. La pérdida es ya del 39%.

El 1 de enero de 2017quedaban 1.724, treinta menos que un año antes. La reducción es del 40%

Camaldulenses: No habíamos incluido a estos monjes de vida durísima, igual o incluso más severa que la de los cartujos en años anteriores. Lo hacemos hoy por tener una casa en España, en las proximidades de Miranda de Ebro que está conociendo un incremento de monjes dentro de su pequeñez. Hoy deben ser una docena más o menos en España. En 1963 eran 136 y a 1 de enero de 2015 quedaban 54, 3 menos que el año anterior. Han perdido el 61%.

Parece que en el único cenobio que tienen en España no pueden admitir a más por falta de sitio. Y ese overbooking también se nota en otros lugares. Porque a 1 de enero de 2016 habían aumentado a 62 que en una orden tan reducida son muchos. Nada menos que ocho monjes, La pérdida se ha reducido al 55%.

El 1 se enero de 2017 seguían creciendo y eran ya 66, cuatro más que el año anterior. La reducción ya sólo es del 522%

Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote: Congregación muy moderna a la que España debe en buena parte, tras incontables puñeterías, que algunas continúan, la existencia aquí del modo extraordinario del rito latino. Creo que es la primera vez que aparecen en el Annuario y el 1 de enero de 2016 eran ya 233 de los cuales 100 ya eran sacerdotes. Magníficos resultados para algo tan reciente.

El 1 de enero de 2017 eran 193 y de ellos 100 sacerdotes. Cuarenta menos que el año anterior. Debe tratarse de un error pues tengo constancia de nuevas vocaciones y de ordenaciones sacerdotales.

Cistercienses: Llegaron a ser 1.665 en 1.967 y se mantienen muy bien pues a 1 de enero de 2016 todavía quedaban 1.605. Unos privilegiados. Han perdido el 4%.

El 1 de enero de 2017 el descenso es mucho más notable: trescientos diecisiete monjes. Quedan 1.288. Pierden el 23%

Trapenses (Cistercienses de estricta observancia): No es la misma la suerte de los trapenses pues habiendo sido 6.323 en 1959 a 1 de enero de 2016 apenas quedaban 1.990. Se han dejado en el camino el 69% de sus efectivos.

El 1 de enero de 2017 eran doscientos menos que un años antes: 1.790. Ya la pérdida sube al 72%

Las cifras son oficiales. Están tomadas de los Annuarios Pontificios. Achacarlas a malquerencia mía hacia los religiosos es una estupidez. Son las que ellos han conseguido. No he tenido la menor parte en ello. Se ve que algunos quieren que se mantengan ocultas y que yo soy un malvado, no por publicarlas, que publicadas están, sino por traerlas al Blog. Sin duda por traumas que no he digerido y que me atormentan. Aunque no tenga la menor conciencia ni de traumas ni de tormentos. Los responsables de la situación parece que lo que quieren es el oscurantismo y que no se hagan públicos sus fracasos y sus miserias. Manteniendo la colosal mentira de que seguimos en el mejor de los mundos. Cuando es un mundo al que si no se le pone rápido remedio, se acaba. Y en algunos casos no parece que haya ya remedio.

Porque son cincuenta años en los que, salvo rarísimas excepciones, y en congregaciones de escasa relevancia generalmente, se camina aceleradamente hacia la muerte. La estupidez de que son menos pero mejores no se la cree nadie. Son muchos menos, mucho más viejos y muchísimo peores. ¿Dónde están los santos de hoy? ¿Un P. Rubio, un P. Pío, un Fray Lepoldo, un Hermano Gárate? Y ante este descomunal descalabro la Congregación para los Religiosos ocupada en los Franciscanos de la Inmaculada. Como para correrlos a cantazos.

El Pueblo de Dios tiene derecho a conocer la situación de la vida religiosa, tan importante para la Iglesia, y no a que se le oculte sin otro fin que el de engañarle. Porque eso es lo que hay. El hundimiento general de la vida religiosa con todo lo que ello supone de trágico para la Iglesia. Hoy apenas son ya poco más que un club de ancianos mundanizados y desmotivados que contemplan felices como se derrumba la obra de sus fundadores. Y el culpable debo ser yo. Lejos de nosotros la funesta manía de pensar que alguien dijo en el absolutismo español. Sigamos creyendo en el trampantojo que se nos quiere vender y no nos enteremos que está tan mal anclado, en la realidad y en Dios, que cualquier día se viene abajo. A eso nos aproximamos. Aceleradamente.

Ya veréis como los datos del año que viene, y que si Dios me da vida os volveré a presentar, son todavía peores que los de éste. O se vuelve a lo que nunca se debió abandonar o la muerte es segura y próxima. Pero, con contadísimas excepciones, no se atisba nada en ese sentido. Hasta aquí lo escrito el año pasado (2016) como corolario. Este año debemos añadir que unos cuantos institutos aumentan, en general levísimamente, el número de miembros. Es una buena noticia pues indica que los ingresos son superiores a las defunciones aunque sea en poquísima cantidad. Ante el crecido número de defunciones que se avecina para que esos no vuelvan a retroceder será necesario incrementar más las vocaciones. También debe tenerse en cuenta que los porcentajes de pérdida son engañosos en todos aquellos institutos cuyos primeros datos son de 1973 por lo que teniendo en cuenta que en el inmediato posconcilio, y estamos hablando de ocho años, las fugas fueron masivas, el porcentaje de pérdidas real de los mismos es superior al indicado.

Esto lo había escrito el año pasado. Creo que en 2017 no tengo nada que cambiar.

Ni tampoco en 2018

 

 

Comentarios
20 comentarios en “La crisis de los religiosos (IV) (2018)
  1. Se extinguen infectados por el virus del modernismo y el relativismo interreligioso, cuando no por los del monstruo lgtb. Que los transhermanos ancianos y que todavía no tienen Alzeimer (todos ellos solo toman comida HALAL) avisen a todas las empleadas musulmanas del geriátrico que apaguen la luz.

      1. Al final, los únicos que van a quedar van a ser los de San Pio X y tradicionalistas varios. El resto, na de na. Dentro de 30 años se verá.

  2. Se me ha debido perder un artículo anterior y efectivamente faltan una serie de congregaciones queaparecieron en años anteriores: Redentotistas, sacramentinos, pasionistas, verbo dvino, espiritanos, paúles , carmelitas calzados, mercedarios descalzos, cooperadores parroquiales…
    Estoy fuera de Madrid unos días y para incluirlos necesito unos datos que aquí no tengo. En breve incluiré un artículo más incorporando a estos a algunos más que interesen a algún lector. Pienso que aparecerá el 9 o el 10 de este mes

  3. ¿Podría incluir también los datos de la orden de los mercedarios descalzos? Hasta ahora no los ha incluido ningún año; se trata de una orden reducida en número, casi enteramente española. Muchísimas gracias.

    1. Los pobres no llegan a 20 en todo el mundo. Están en las últimas ya. En breve van a cerrar Marchena, último convento anterior a la desamortización. Le puedo asegurar que es una gran pena.

  4. Dominus meus et Deus meus

    Fray Maximilian Maria Jaskowak OP
    03 de Julio de 2018
    «Bienaventurados los que creyeron sin haber visto.» (Jn 20, 29).

    El deseo de sentir a Dios, de experimentar los consuelos y la dulzura sensible de Su presencia, es compartido incluso por las almas más adelantadas en la vida espiritual. Lamentablemente, la Presencia misteriosa y real de Dios en las almas de los justos y los bienaventurados, es inaccesible a los sentidos.
    Dios es un Espíritu infinitamente perfecto. Por esta razón, las almas que se acercan a Dios en la oración, deben hacerlo «en espíritu y en verdad.» (Jn 4, 24).

    Tomás, el amigo íntimo y Apóstol de Nuestro Señor, también deseaba experimentar a Dios, deleitarse una vez más ante el resplandor de Su presencia, incluso si conllevaba aparejadas las sagradas Llagas de Su Pasión. Ciertamente, carecía de fe.
    Pero, por ello deseaba mucho más ver, saber, sentir que Cristo había resucitado de entre los muertos: «Si no veo la huella de los clavos en Sus manos, y no pongo mi dedo en en Sus Llagas y mi mano en Su costado, no creeré.» (Jn 20, 24-26).
    En los áridos períodos de prueba y tribulación, cuando nuestra oración es onerosa, cuando nuestra fe es insuficiente, también nos es posible decir: A menos que sienta la embriagadora alegría de Tu Divina Presencia en mi alma y sienta el calor de Tu abrazo, no creeré.

    «Bienaventurados los que creyeron sin haber visto.» (Jn 20, 29).

    Como sabemos, Cristo resucitado reprende fraternalmente a Tomás por Su falta de fe, alabando a aquéllos que, sin haberlo visto, creyeron en la Resurrección.
    En la vida espiritual las cosas no son diferentes. Nuestro Señor elogia a aquéllas almas que lo buscan con fe pura, quienes, sin haber visto ni experimentado Su presencia permanente, continúan profesando y adorando al Dios que vive en su interior.
    Las Escrituras atestiguan: «Sin fe es imposible agradar a Dios, porque quien quiera acercarse a Él debe creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.» (Hebreos 11, 6).
    Esta búsqueda de Dios con fe pura no está exenta de dificultades
    El alma debe aprender primero a desconfiar del tumulto de sentimientos, a menudo erráticos, para avanzar con seguridad en el camino de la perfección.
    Ciertamente, el deseo de sentir la presencia de Dios nunca disminuirá, pero debemos recordar que la fe no se identifica con los sentimientos: «Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.» (Hebreos 11, 1).
    Para aquéllos de nosotros que buscamos la santidad, la fe es el acto esencial, el medio más seguro para lograr la unión divina.

    «Bienaventurados los que creyeron sin haber visto.» (Jn 20, 29).

    Cuando aprendemos a desconfiar de los sentimientos, podemos, en palabras de Santa Isabel de la Trinidad, «verlo viviendo en [nuestras] almas» (Último Retiro, Séptimo Día).
    Este «prisionero de amor» desea que visitemos la celda interior del corazón, para estar con Él y estar en plena comunión con Él.
    Toda la enseñanza práctica sobre la inhabitación divina en nuestra alma se traduce en este intercambio de amor por amor, una conversación en el amor, con el amor y desde el amor.
    El gran acto de fe que se espera de nosotros, el medio de entregar amor por amor a nuestro Dios, es «conocer y creer en el amor que Dios nos tiene.» (1 Jn 4,16). Cuando el alma cree en este amor insondable, ya no desea sentir la presencia de Dios. De hecho, poco le importa si se siente a Dios o no, ya que cree en lo único que importa sobre todo los demás: «Dios es Amor, y el que permanece en el Amor permanece en Dios, y Dios en él.» ( 1 Jn 4,16).

    Cuando Cristo resucitado se apareció a Tomás, entonces creyó en el amor que Dios nos tiene. Su exclamación: «Señor Mío y Dios Mío,» expresa el deseo cumplido de su corazón de ver, conocer y sentir a Dios.
    Hubiese podido muy bien haber dicho: ¡Mi amor y mi amor!
    Séanos también permitido desear y sentir a Dios, como lo hizo Tomás: Miremos de prestar atención a las palabras de Cristo:

    «Bienaventurados los que creyeron sin haber visto.» (Jn 20, 29).

  5. Hace años -creo que desde el principio- pongo en una hoja excel los datos que Ud. D. Francisco publica. Igual hago con las religiosas.
    No me importaría hacerle llegar estos dos cuadros si ello contribuyese a facilitar su trabajo.
    Echo este año en falta las siguientes Órdenes:
    – Carmelitas calzados
    – Carmen calzado
    – Cooperadores parroquiales
    – Espiritanos
    – Maristas (hermanos)
    – Pasionistas
    – Redentoristas
    – Sacramentinos
    – Sagrados corazones
    – Verbo divino o Verbitas.
    Todo ello, claro está, salvo error.
    En cualquier caso, muchísimas gracias por su trabajo.

  6. Coincido con don Alberto: en el siglo XIX se produjo una hiperinflación de órdenes difícilmente distinguibles unas de otras; en España, una auténtica explosión, con congregaciones cuyos nombres eran similares y con los mismos objetivos.Es lógico que solo queden cuatro gatos en dichas órdenes, casi todas femeninas.

  7. Un saludo Sr. Fernández de la Cigoña. Me interesa mucho la situación de la vida religiosa y no sé si no escribirá más acerca de los institutos religiosos y sus cifras pero me gustaría conocer la situación de los siguientes si es tan amable.

  8. Estaba leyendo el artículo hasta que llegué a ese punto. El Opus Dei creció visiblemente hasta los años 80. Después, ciertos estigmas le han arrastrado muchísimo y sus defecciones son inumerables hasta el punto de que te encuentras un exnumerario en cualquier sitio. El último en hacerse público ha sido Mejide. En los supernumerarios las cosas no van mucho mejor, porque si solo los hijos de esas familas de los 70 y 80 hubieran seguido perteneciendo al grupo en donde se criaron, estudiaron y enseñaron la fe, el Opus Dei debería tener más de 300.000 miembros como poco. Lo cierto es que como Vd. dice, se han cerrado muchas casas y desde hace unos buenos años a esta parte, hay un marcado rechazo de demasiados fieles católicos a la espiritualidad del Opus Dei. En cualquier caso publicar cifras que muestran un Opus Dei creciendo en el 2015 no son creibles.

    Lo mismo ocurre con el caso de los Legionarios. No es una cuestión de si se recuperan o no, es cuestión de saber cual es su carisma, que vienen a aportar a la Iglesia. Es una cosa obvia. Los carismas se transmiten a través del fundador. Su origen, su fundación, su momento histórico y la ayuda que dan a la Iglesia en ese momento marcan el resto de su historia y la razón de su existencia. Que la Iglesia haya querido salvar la situación muchos sacerdotes y personas consagradas, y el sostenimiento de muchos colegios y otras obras pías, no resuelve el problema principal, que es definir que es un legionario, cual es su característica genuina dada por Dios, y que no se encuentra en otros grupos en la Iglesia.

    En general creo que desde hace dos o tres siglos, y especialmente a partir de los ataques radicales anticlericales que surgieron en el S. XIX se ha abusado de las fundaciones. En el S. XIII en el IV concilio de Letrán se prohibieron las fundaciones de nuevas órdenes religiosas, precisamente para evitar la confusión de los fieles, y en aquella época apenas eran un puñado de órdenes en comparación de las que hay ahora y de las que siguen surgiendo.

    Donde antes había una espiritualidad claramente distinta y distinguible en la fundación de conventos según la regla de San Benito, o los franciscanos después, los dominicos, las órdenes militares, los jesuítas, los camilos, carmelitas, escolapios…de forma que la confusión entre los carismas era complicada y la confusión del puesto que les correspondía en la Iglesia también, hoy te encuentras con cientos y cientos de órdenes dentro de una Iglesia donde los fieles no saben distinguir un fraile, de un monje o de un cura diocesano. Es que el carisma fundacional ha pasado a un tercer orden de importancia y los mismo da unos que otros. Lo central ha pasado a ser el grupo mismo y no su razón de ser. En el S. XIX se empezaron a fundar órdenes con carismas que entraban en competencia con otros que ya existían, y así tenemos decenas de microcongregaciones que apenas crecieron y que hoy se mueren. En el S. XX con la fundación de decenas y decenas de grupos laicales la confusión fue en aumento, y entre los laicos que viven como religiosos pero no lo son – como los numerarios -, los laicos consagrados que hacen votos pero no son religiosos, los laicos que van vestidos de religiosos y creen serlo pero tampoco lo son, y la multiplicación de los estatus jurídicos para cada uno de ellos la confusión es brutal. Si a eso añadimos que las razones para fundar un grupo con pretensiones incluso de ser una nueva orden, son tan simples como el mero hecho de tener una vida en común, rezar y expandir el amor a la Virgen, el amor a los pobres o la evangelización de la juventud, pues apaga y vamonos.

    En la mayoría de las veces las razones que se esgrimen para explicar la tremenda caída de los religiosos vienen a confluir en la relajación de su vida espiritual. Es una manera de simplificar el problema que es ocasión de generar más problemas multiplicando las órdenes sin necesidad. Por ejemplo, los jesuítas están mal espiritualmente. Eso provocó el nacimiento o la potenciación de otros grupos que buscaron el espacio espiritual que antes ocupaban los jesuítas. Opus Dei, Legionarios, Lumen Dei y otros que nunca llegaron – ni de lejos – a realizar la labor que antaño hacían los jesuítas y que hoy están ellos mismos en decadencia también.

    En fin, se podría hablar largo y tendido sobre el tema, pero es posible que la decadencia de tanta orden y grupo sea simplemente que nunca se debieron fundar.

    1. Alberto: tiene usted más razón que un santo, la Iglesia debió discernir con más claridad antes de permitir la proliferación de «congregacioncitas» fundadas todas a mayor gloria personal de sus promotores/fundadores y todas con las mismas finalidades.
      Si se repasa la historia de estas fundaciones femeninas en el siglo XIX, casi todas se ajustan a un mismo patrón: 1) señorita o señora piadosa que se conmueve ante las necesidades de sus semejantes. fundamentalmente en aspectos sociales (educación, sanidad, integración social…; 2) esta señorita o señora prueba primero a entrar en una de las congregaciones que ya existen; 3) al poco tiempo la abandona por causas que se atribuyen siempre, que casualidad, a los designios divinos; 4) con el apoyo decidido de su director espiritual, normalmente un canónigo, se embarca en la fundación de su «nueva» congregación que, casualmente también, se va a dedicar a lo mismo que se dedicaba la que abandonó en primera instancia… en fin, a mi modo de ver, todo «demasiado humano», que diría Nietzsche, y como tal obra humana, finita, caduca, temporal.

  9. D. Francisco, gracias por su trabajo, he notado la ausencia de cuatro Órdenes que creo son importantes y que otros años ponía: Los Redentoristas; La Sociedad del Verbo Divino; Los Pasionistas y los Carmelitas Calzados que el 1966 eran 3.025 y ahora deben estar por unos 2.000. Muchas gracias.

  10. Los Camaldulenses fueron una Orden independiente hasta que el Papa León XIII los integró en la Confederación u Orden Benedictina. El Superior es el Prior del Sacro Eremo de la Camáldula y están encuadrados como una de las 21 Congregaciones de la Orden de San Benito. Aunque tengan vocaciones en el Monasterio de España, globalmente es una Congregación con vida lánguida, condenada a la desaparición como ocurrió con los Celestinos, que en su tiempo fue una Congregación muy numerosa y operativa en Francia. La Revolución Francesa acabó con ella. Los restos continuaron en Italia hasta su extinción a comienzos de los años 20. El Superior honorífico de toda la Orden es el Abad Primado, que es Abad de San Anselmo y Gran Canciller de la Univerdidad anselmiana, y a la vez tiene el derecho y el deber de hacer la visita canónica a toda la Orden.

    1. Los camaldulenses de España no pertenecen a la Confederación Benedictina, forman parte de la Congregación de Eremitas Camaldulenses de Monte Corona, reforma de la Orden Camaldulense en el siglo XVI. Esta congregación está formada por el yermo de España, tres yermos en Italia, dos en Polonia, y uno en Estados Unidos, otro en Colombia y otro más en Venezuela. Y dicha congregación es completamente independiente y no tiene nada que ver con la Orden Camaldulense y por supuesto, el prior de Camaldoli no tiene autoridad alguna sobre estos yermos. El Padre Mayor (Don Elías) reside en el yermo cercano a Roma.

  11. El aumento de los «católicos» del Opus Dei no se corresponde con ciertas realidades, como que, por ejemplo, en España han cerrado en los últimos años la mitad de los centros de formación de numerarios que tenían.

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