La crisis de los religiosos (I) (2018)
Como vengo haciendo desde hace ya unos cuantos años os refiero una vez más la situación de las órdenes y congregaciones de la Iglesia según el Annuario Pontificio de 2018 que no me parece fuente dudosa de animadversión hacia ellas. Acumulo a lo dije el año pasado los datos de ahora que se refieren al 1 de enero de 2017. Con algún comentario que se me ocurra.
Esto había dicho el año pasado, con los aditamentos actuales:
Por estas fechas del año, también lo había hecho en años anteriores, publico unos artículos señalando el estado de las órdenes y congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, con presencia en España. Tenemos ya los datos de un año después publicados en el Annuario Pontificio de 2018. Están referidos al 1 de enero de 2017. Como lo que dije hace un año lo sigo manteniendo hoy reproduciré lo entonces escrito con una coletilla final que incluye los nuevos números.
Los religiosos eran un cuerpo numerosísimo al servicio de la Iglesia. A la que dio santos sin número y gloriosísimos no pocos, misioneros, teólogos, directores de conciencia, educadores, predicadores, monumentos de caridad… Y universidades, asilos, hospitales, colegios…Lo más selecto, entregado, sabio, santo, estaba allí. El pueblo fiel los veneraba, el Papa y los obispos tenían en ellos absoluta disponibilidad para lo más difícil. Hasta que… Desde hace cincuenta años, maldita primavera posconciliar, emprendieron una acelerada carrera hacia el abismo.
Mucho tiempo se disimuló. Eran un cuerpo vivo y numerosísimo en el que las deserciones, innúmeras, y la muerte, no manifestaban claramente la inmensa ruina a la que hoy se ha llegado. Ahora ya es imposible ocultarla. Estamos ante unas cifras críticas. Que todavía son más graves que el mero enunciado de las mismas. Porque el número total es todavía muy elevado. Lo verdaderamente preocupante es que está en bastantes, podrido. Con dos cánceres hoy ya terminales en no pocos. El de la secularización de los miembros, sin oración, ascesis, vida en común, pobreza, castidad, obediencia… Y el de la ancianidad. Han dejado de ser un cuerpo vivo, con renovación generacional, para convertirse en un club de jubilados solterones que contemplan al parecer indiferentes como mueren irremisiblemente sus órdenes y congregaciones.
No saben atajar la gravísima enfermedad y lo peor es que no quieren reconocerla ni remediarla. Muchos superiores tendrían que haber sido echados a patadas hace ya mucho tiempo. Por inútiles, todos, y por malvados no pocos. Sin embargo han renovado sus cúpulas suicidas sin el menor intento de rectificación. Hoy ya, en algunos casos, imposible. ¿Qué joven va a entrar en un asilo de ancianos sin ilusiones ni futuro? Llevo años señalando, sin resultado alguno, salvo el odio que me profesan por poner de manifiesto lo que es pura evidencia, la meta segura a la que ya están tocando. Por muchos disimulos y mentiras que hayan querido propalar. “Somos menos pero mejores”. Falsísimo. Sois muchos menos y mucho peores. Sois una muerte anunciada. Y anunciada para muy pronto en no pocos.
Hasta aquí la introducción del año pasado a la que desgraciadamente no tengo nada que rectificar salvo la actualización correspondiente.
Jesuitas: La Compañía de Jesús fue el buque insignia de las órdenes religiosas. Donde todas se miraban y a la que todas envidiaban. Con sana envidia. Milicia al servicio incondicional del Papa, hasta con un cuarto voto, se la encontraba en los lugares de más dificultad, donde era necesaria más santidad, más entrega, más inteligencia… Era la orden más numerosa de la Iglesia, con 9.000 miembros más que los franciscanos y 13.000 más que los salesianos en sus momentos cumbres. En 1965 llegó a haber 36.038 jesuitas. El año en el que concluía el Concilio Vaticano II. Después… La desbandada. A 1 de enero de 2012 quedaban ya sólo 17.676. Y un año después 17.287. Hubo pues 399 jesuitas perdidos en un año. Año y medio después de la última cifra consignada en el Annuario Pontificio de 2014 que se cierra a 1 de enero del año anterior a estos efectos, podemos dar por seguro que han perdido ya el listón de los 17.000. Y a este paso, que parece irreversible, en tres años serán menos de 16.000. Eso no se arregla con la renuncia anunciada del P. General. Por obligada que sea dada su incapacidad. A lo que tendrían que renunciar es a su actual modo de vida. Pero antes muertos que observantes. El conjunto de los mayores de 80 años aumenta en cada anualidad. Con el consiguiente incremento de defunciones. Esta maravillosa primavera eclesial les ha hecho perder más de la mitad de sus efectivos: el 52%. A 1 de enero de 2014 eran ya sólo 17.008. En el año perdieron 279 jesuitas. Con lo que la pérdida ha subido ya al 53%. Y en tres o cuatro años habrán descendido de los 16.000. Tenemos ya los datos al 1 de enero de 2015. Se perdió el listón de los 17.000. Ya son sólo 16.740. En un año son 268 menos. Y un año mayores. Ya las pérdidas alcanzan el 54%
Un año después, a 1 de enero de 2016, ya sólo quedaban 16.378. Habían perdido 362 jesuitas. El declive va en picado y acelerado. Mas lo de siempre, Cada vez menos y más viejos. Hoy, 15 de mayo de 2017, igual son ya menos de 16.000- El año que viene, seguro. Y en España deben ser ya menos de mil. Pues como para que la Sosa cáustica siga en esa línea. Ya han perdido el 55% de los que fueron.
Ya en nuestro poder los datos al 1 de enero de 2017, 16.088. 290 menos que el año anterior. Un año y medio después de esos datos, al finalizar junio de 2018, son ya menos de 16.000.
Decíamos también que los españoles deben ser ya menos de mil. Con lo que significaron los jesuitas en España. Más de tres mil a mediados del siglo XX. Pues sí, ya son menos de mil y es muy posible que al acabar 2018 sean menos de novecientos o apenas superando ese número. Una tragedia .Aunque si van a ser como la sosa cáustica, mejor que desaparezcan. La disminución respecto a su cifra máxima está ya el el 56%.
Salesianos: La congregación fundada por aquel gran santo que fue Don Bosco y que prestó extraordinarios servicios a la Iglesia en la educación de la juventud más necesitada, ha superado no hace mucho a los franciscanos y es hoy el segundo instituto masculino más numeroso. Su cifra más alta la alcanzaron en 1967 con 22.810 salesianos. A 1 de enero de 2013, eran 15.536. Con una pérdida de 47 religiosos respecto del año anterior. Si conservan esta moderada línea decreciente en no muchos años superarán a los jesuitas convirtiéndose en la congregación más numerosa de la Iglesia. Se han dejado en la gatera 7.274 salesianos lo que supone una pérdida del 33% de sus efectivos. Por lo que vamos a ver, unos privilegiados. El peso de la edad también se va haciendo notar en las defunciones por lo que en el último año han descendido en 156. A 1 de enero de 2014 eran 15.378. Todavía siguen en un 33% de pérdida. A 1 de enero de 2015 eran 15.270. 108 menos que un año antes. La pérdida subió un punto situándose en un 34% .
A 1 de enero de 2016 había bajado ya a 15.033, hoy es posible, diría que seguro, que sean ya menos de 15.000. 137 menos que el año anterior. La disminución sube un punto: el 35%.
Pues efectivamente los salesianos que habían mantenido una reducción contenida se apuntan a la línea general. El 1 de enero de 2017 quedaban ya 14.884, 149 menos que el año anterior. Aunque siguen en el 35% de pérdida que dentro de su tragedia parece un dato óptimo.
Franciscanos: Es la tercera orden más numerosa de la Iglesia después de haber perdido recientemente el segundo puesto Llegaron a ser 27.136 en 1963 y a 1 de enero de 2013 quedaban 14.043, con pérdida de 80 respecto a la misma fecha del año anterior. Han perdido el 47% de los frailes. A día de hoy podemos dar por seguro que son ya menos de 14.000. Pues no nos equivocamos mucho ya que a 1 de enero de 2014 eran 14.046 tres más que el año anterior. La pérdida se mantiene pues en el 47% de sus miembros. Ese incremento levísimo del 2013 al 2014 fue golondrina que no hizo verano. El 1 de enero de 2015 eran ya sólo 13.632, con lo que en esa anualidad se quedaron en la gatera nada menos que 414 frailes. Con lo que el porcentaje de pérdidas se eleva en tres puntos siendo ahora el 50% de los que fueron. Verdaderamente un annus horribilis.
Y no mejoran respecto al año anterior con los datos del 1 de enero de 2016. Ya sólo eran 13. 513. En un año se perdieron 119 frailes. Están en el 51% de pérdidas.
Y el declive continúa, el 1 de enero de 2017 habían descendido a 13.348, 165 frailes menos que el año anterior. Hoy deben estar muy próximos a perder el listón de los 13.000 y con la mitad, más o menos, octogenarios. Aunque siguen en una pérdida del 51%
. Benedictinos: Logran su máxima cifra en 1963 con 12.131 monjes. A 1 de enero de 2013 eran ya solamente 7.236 pero habían ganado sobre la misma fecha del año anterior 5 monjes. Se han quedado por el camino un 41% de los que han llegado a ser. Dios quiera que se consolide ese mínimo incremento y que vayan recuperándose aunque sea tan lentamente.
Pues no se consolidó el incremento. A 1 de enero de 2014 eran 7.079, 157 menos que el año anterior. Con lo que la pérdida ha subido al 42%.
Y a uno de enero de 2015, 6.970, con una pérdida de 109 monjes en esa anualidad. La pérdida de efectivos ya es del 43% de los que fueron. Un punto más que en la anualidad anterior.
A 1 de enero de 2016 seguían descendiendo: 6.865. Y Montserrat no parece ser un vivero de la orden. Más bien una rémora. En un año han perdido 105 monjes. Ya están en el 44% de disminución.
Pues un año más sin síntomas de recuperación. El 1 de enero de 2017 ya quedaban sólo 6.725. Ciento cuarenta monjes menos que el año anterior. La pérdida es ya del 45%.
Capuchinos: Su cifra máxima fue de 15.849 frailes en 1963. A 1 de enero de 2013 quedaban 10.659 con una pérdida respecto del año anterior de 127 frailes. Han disminuido en un 33% respecto a la cifra máximo que alcanzaron. A 1 de enero de 2014 eran 10.229, con pérdida de 30 frailes. Con lo que la pérdida es ya del 36%. A 1 de enero de 2015 habían aumentado a 10.598. 369 frailes más. Verdaderamente ha sido un año espectacular. Y de su cifra máxima. los efectivos son ahora el 34%
Las últimas cifras, de 2016, apuntan un leve retroceso: 10.572. Siguen pareciendo unos privilegiados. Una disminución de 26 frailes y en una orden numerosa con no pocos ancianos me parece casi de matrícula de honor. Siguen en un 34% de disminución que para lo que estamos viendo es muy buen porcentaje.
El 1 de enero de 2017 había 10.538 capuchinos. Apenas 34 menos que el año anterior. Levísima disminución aunque creo que en ello tiene muy poco que ver España. La disminución continúa en el 34%. Resultado aceptable..
Dominicos: En 1963 eran 10.150 quedando a 1 de enero de 2013, 6.058. Aunque son 111 frailes más de los que había un año antes. Si bien la situación de los dominicos españoles es pésima y llevan camino de desaparecer de la patria de su fundador, en algunas otras provincias se han hecho notables esfuerzos por restaurar la vida conventual y parece que comienzan a verse resultados. De todas maneras el hundimiento es muy notable y han perdido el 41% de frailes. Parecía que se confirma la leve recuperación de la orden. Que curiosamente coincide con el restablecimiento de la vida conventual, del hábito… en algunos lugares. A 1 de enero de 2014 eran 6.135, 77 más que el año anterior. Y en porcentaje la pérdida se ha reducido en un punto. Ahora son el 60 por ciento de los que fueron por lo que han perdido el 40% de los frailes. Pero los malos datos vuelven. A 1 de enero de 2015 ya eran sólo 5.769. con una disminución de 366 dominicos. El 44% de los que habían llegado a ser.
Los dominicos, en esta debacle general, están conociendo un leve pero prometedor repunte. A 1 de enero de 2016 eran ya 5.810. Gracias a las comunidades que atraen vocaciones. Y que a no pocos dominicos españoles les parecen de lo peor. Lo peor son ellos. Que los frailes hayan aumentado en 41 en estos días de hundimiento general me parece una óptima noticia. Las comunidades prósperas cargan sobre sí amortizar el hundimiento general de las otras. Y hasta lo consiguen con superávit. Me parece un mérito extraordinario de las mismas. La pérdida la han reducido al 43%. Sigue siendo muy elevada pero para lo que hay un motivo gozoso. Y a los agónicos españoles como para correrles a gorrazos.
El 1 de enero de 2017 han vuelto a descender:5.742, 68 frailes menos. La disminución vuelve a ser del 44%
Congregación de la Misión (Lazaristas): Alcanzaron su cifra más alta en 1969 con 6.284 religiosos. A 1 de enero de 2013 quedaban 3.347 con una pérdida de 344 respecto al año anterior. Han perdido el 47% de los que fueron y parece que sin enmienda. Pues algo de enmienda han tenido. A 1 de enero de 2014 eran 3.383, 36 más que el año anterior. A 1 de enero de 2015 vuelven los malos datos. Ya sólo eran 3.365,18 menos que el año anterior. La disminución sigue en el 47%.
Como estos parecen un Guadiana que aparece y desaparece, al iniciarse 2016 eran 3,582. 217 más que el año anterior. Muchos me parecen pero eso dice el Annuario. ¿Han falseado datos? Vayan ustedes a saber. Pero si son verdaderos la cifra es muy positiva. La pérdida se ha reducido al 43%.
El 1 se enero de 2017 siguen aumentando pues son ya 3.736, 164 más que un año antes. La reducción es sólo del 41%
Agustinos: Llegaron a ser 4.548 en 1967 y a 1 de marzo de 2013 apenas quedaban ya 2.818, aunque eran 8 más que en la misma fecha del año anterior. Perdieron un 39% de los frailes. Pues vuelven a descender. A 1 de enero de 2014 eran 2.785, 33 menos que el año anterior Mantienen el 39% de pérdida de frailes. Pésimo el año siguiente ya que a 1 de enero de 2015 habían bajado a 2.640, un descenso de 145 frailes con lo que la pérdida de miembros llega al 43% .
Son otros sube y baja sin que yo sepa por qué. A 1 de enero de 2016 eran 2.665. Quisiera que me lo explicaran. No veo el menor motivo para ese mínimo incremento. Más bien para su disminución. Pero eso dice el Annuario. 15 agustinos más. La pérdida se ha reducido al 42% de los que fueron
El 1 de enero de 2017 vuelven a descender pues ya sólo quedan 2.646, 19 menos que el año anterior, con lo que vuelven a una reducción del 43%
¿Cómo podremos comprender?
Fray Bernard Knapke OP
28 de Junio de 2018
Con la expresión circunstancial: «En el principio,» del Libro del Génesis, los creyentes comienzan su viaje a través de la Biblia.
Parece un modo razonable de iniciación, y considerando que se trata del comienzo de la historia de la salvación, no es una mala idea.
Sin embargo, lo más probable va a ser que un lector continúe hasta llegar a la avalancha de ordenanzas rituales o a las listas interminables de oscuros nombres del Antiguo Testamento.
El rastreo del principio del Génesis nos deja inmersos en una densa selva textual. ¡Llegar al libro de los Salmos será una cuestión de pura perseverancia!
Suponiendo que uno lograse recorrer adecuadamente la Biblia, es inevitable que surja el problema de la comprensión. ¿De qué demonios estamos hablando? Encontramos un buen ejemplo de este problema en los Hechos de los Apóstoles, donde un ministro etíope se queda perplejo al leer un pasaje del profeta Isaías.
La divina providencia dispuso que uno de los Apóstoles, Felipe, estuviese cerca, siendo impulsado por el Espíritu Santo a ir al etíope.
«¿Comprendes lo que estás leyendo?», Pregunta Felipe. Con gran humildad el etíope responde: «¿Cómo voy a poder si nadie me instruye?» (Hechos 8, 26-40).
¡Qué hermoso sería si Felipe estuviera hoy aquí! «Oye, Felipe: El otro día lei a Ezequiel y… bueno, ¿Qué significa eso de los huesos áridos?»
¡Y pensar que ha habido generaciones enteras de cristianos que pudieron hacer lo mismo!
El Papa San Clemente conoció a los Santos Pedro y Pablo. San Policarpo y San Ignacio de Antioquía fueron discípulos de San Juan.
El santo que celebramos hoy, San Ireneo, fue alumno de San Policarpo, y en una carta a Florino recuerda cuánto aprendió de su maestro:
“Recuerdo los eventos de esa época, más claramente que los de los últimos años… Puedo describir el mismo lugar en el que se sentó el Bienaventurado Policarpo mientras enseñaba: Sus idas y venidas, su género de vida, su apariencia física, sus discursos a la gente, y sus relatos, su relación con Juan Evangelista y los otros testigos oculares del Señor.”
Y al recordar sus palabras, y lo que oyó de ellos acerca del Señor, de Sus milagros y enseñanzas, habiéndolos recibido de testigos oculares del «Verbo de la Vida,» (1 Juan 1, 1), Policarpo relacionó y ordenó todo ello en armonía con las Escrituras. (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, V.20)
San Ireneo tuvo la gran suerte de poder sentarse a los pies de un teólogo y obispo adiestrado por el Theólogos, el Evangelista San Juan, el único Apóstol que estuvo con la Virgen María en la crucifixión de Nuestro Señor.
¡Qué inmenso regalo tenemos en los escritos de Ireneo, Policarpo, Ignacio, Clemente y muchos otros de entre los primeros Padres de la Iglesia.
San Ireneo nos enseña otro dato de capital importancia: Estos Padres no fueron sólo intelectuales, Pastores y mártires cristianos: Fueron los sucesores y el eco de los Dódeka: Los Doce Apóstoles.
“Es posible y accesible a todos… Quien quiera ver la verdad, contemple claramente la Tradición de los Apóstoles, manifestada a todo el mundo, pues estamos en disposición de poder afirmar que los Apóstoles instituyeron Obispos en las iglesias, y nos es posible demostrar la sucesión de estos hombres en nuestro tiempo. (Adversus Haereses, III.3.1)
Ya en el siglo II, San Ireneo había encontrado un gran número de gente que distorsionaban las Escrituras y el mensaje del Evangelio.
San Ireneo no apeló solamente a la Biblia (no podía hacerlo) sino también a la sucesión y a la Tradición apostólicas, para demostrar la verdadera fe cristiana.
Es interesante que todos nosotros imitemos la humildad del etíope de los Hechos de los Apóstoles. ¿Cómo podremos comprender el sentido de la Escritura a menos que alguien nos instruya?
Me refiero a la instrucción de los Apóstoles y sus sucesores legítimos.
Es posible que hoy no tengamos a los Doce físicamente presentes con nosotros, pero sí tenemos a sus sucesores.
Y el desastre es aún mayor, porque las órdenes maquillan los datos. De lo que oficialmente aparece no queda ni la mitad. La prueba está en Montserrat, en su página web aparece que son sesenta monjes y no llegan a 43. Y como ellos la mayoría. Falsifican los datos para disimular el desastre.
Aburre usted a las ovejas…
Además con datos plagados de errores.
Dedíquese a jugar al cinquillo con sus biznietos en la mesa de camilla con una copita de Ponche Soto o de Anís del Mono
el troll Perplex Pertinax es el típico mono de feria que quiere llamar la atención con sus ocurrencias.
Generalmente cuando se presentan los número, sobre todo de las grandes Órdenes, es cierto que hay que decir que se muere en ALGUNOS PAISESDE EUROPA LA VIDA ECLESIAL (Religiosos, frailes-moonjas y monjes) pero en la misma propoción los sacerdotes, esto se puede ver en Alemania, Holanda, Flandes… y últimamente en irlanda y España, cuando yo entraba en mi Orden Religiosas en el año 1964 la Orden era eminentemente Europea en el 75% , ahora no somos ni el 40. En las última estadísticas de diciembre de 2017 somos 4044 frailes, distribuidos así; Africa-Madagascar 502 / América latina 530 / America del Norte 174 / Europa 1467 / Asia-Oceanía 1314. De los 115 que se ordenaran a los largo de este año los 58 son de Asia (Europa 22) y de 595 estudiantes profesos los 305 de Asia (Europa 114) y de los 170 novicios los 73 de Asia (22 de Europa) por eso las ´grandes Órdenes no tienen problemas de susistencia ni van a la extinción como alguno manifiesta implicitamente. En España el año 1964 teniamos 80 casas y en la India unas 30 / Ahora en la India hay 150 (1.200 frailes) y en España 56 casas con unos 340 frailes.
No es la crisis de los religiosos realmente… ¡es la crisis de la Iglesia infectada de modernismo! Esta crisis afecta de manera universal, pero daña más a los religiosos por dos razones principales:
1. En primer lugar, porque el modernismo teológico vacía de contenido la vida religiosa. Vivir en castidad y obediencia ante la espiritualidad light de nuestros días no es más que un sinsentido…
2- Y en segundo, porque, paradójicamente, han sido las órdenes religiosas las que más «se han querido afectar y señalar» en el servicio de las ideas modernistas. Es, como digo, una paradoja, porque es a ellos a los que más ha dañado. Pongamos un ejemplo. El ínclito Olaizola SJ decía en una entrevista que una de las causas de la caída de las vocaciones es el cambio de modelo familiar, el descenso de la natalidad, etc. Y es cierto. Pero nadie ha hecho tanto contra la «Humanae vitae» como los religiosos.
La Congregacion de la Mision crece a pasos agigantados en Oceania y Asia; tambien en Africa crece. No han mentido.
Le sugiero D Cigoña que cuando Usted no sea capaz de anotar o transmitir estos números sobre la muerte de la vida religiosa le encomiende esa labor a una persona de su confianza, para que esta a su vez por muchos y muchos años siga haciendo ese trabajo diciendo lo mismo: la vida religiosa se muere… la vida religiosa se muere… los religiosos se van de… las religiosas de… y nos moriremos todos y la vida religiosa seguira… Toda una vida queriendo que los religiosos se mueran y vaya… no se mueren. Por mucho esfuerzo que Usted haga la vida regiliosa sigue viva y con vida… haciendo una gran labor en las escuelas, hospitales, cultura, etc etc etc… Rezaremos para que Dios conceda vocaciones y almas santas para cada tiempo.
franciscote cree, en su infantil imaginación, que soltando falsedades alegremente se puede negar la cruda y dura realidad sobre la extinción de la vida religiosa.
Francisco: Sabe Vd. muy bien que no lleva razón.
El Sábado 23 de Junio, en la Provincia del Santísimo nombre de Jesús, de Estados Unidos, se ordenaron cuatro Sacerdotes dominicos. El Obispo ordenante fue Monseñor Robert Christian OP, Obispo Auxiliar de San Francisco, recientemente consagrado por Monseñor Cordileone.
https://www.facebook.com/opwestvocations/photos/a.10153293223073135.1073741902.165759763134/10157513194303135/?type=3&theater
El 19 de Mayo se ordenaron nueve Sacerdotes en Washington. En Agosto entrarán 17 Novicios en el Convento de Cincinnatti, y en el mismo lugar otros 12 Novicios emitirán los votos simples.
La Reserva del Amor
Fray Juan Marcos Solitario OP
27 de Junio de 2018
Carta a un paciente de hospital…
San Pablo escribió con afecto a los cristianos de Filipos: «Pues a vosotros se os ha concedido la gracia de que por Cristo… no sólo creáis en Él, sino también que padezcáis por Él.» (Phil 1,29).
Este gran santo, el Apóstol Pablo, no se libró de conflictos, encarcelamientos, azotes, u otros desafíos espirituales y físicos, similares a los que el mismo Jesús sufrió para redimirnos. Tampoco vio Pablo su sufrimiento como una razón para dudar de la Providencia de Dios o guardar rencor hacia Su Salvador.
Al contrario, practicó y predicó la paradoja conocida por todos los cristianos: el sufrimiento con Jesús es motivo de esperanza.
Desde un punto de vista físico, tu enfermedad es devastadora. Y desde un punto de vista espiritual, tu aflicción representa un verdadero desafío porque saca a la superficie aquellas cuestiones importantes que pueden parecer demasiado difíciles de encarar en el decurso de una vida «normal.»
Ahora, quizás más que nunca, puedes comenzar a identificarte con San Pablo cuando dice: «Tenemos este tesoro en vasos quebradizos.» (2 Cor 4, 7).
Tu sufrimiento conlleva un caudal de muy buenas razones. Tiene sentido. Tus dolencias físicas, mentales y emocionales no tienen por qué menoscabar la calidad de tu vida espiritual. De hecho, Dios nos ha mostrado que permite el mal para poder producir un bien mayor: un bien que nunca podríamos alcanzar por nuestra propia cuenta. ¿De qué bien se trata?
Me remito al objeto del deseo de Pablo: «Que vuestro amor abunde más y más, en conocimiento y en todo discernimiento.» (Filipenses 1, 9).
Nuestro sufrimiento, unido a los padecimientos de Jesús, nos dispone de modo especialísimo para recibir aquello por lo cual Cristo ofreció Su propia vida: la plenitud de la vida, es decir, la vida sin fin, la vida en eterna comunión con Dios.
Este tipo de vida es digna de todo deseo y sacrificio, ya que transcurre conociendo y amando tan sólo a la única Fuente que puede apagar la sed del corazón humano y colmarlo con Su Plenitud.
Nada de esto implica minimizar la esperanza en el éxito de tu tratamiento. Es evidente. La salud física de nuestro cuerpo glorifica a Dios Nuestro Creador, y Jesús vino a salvarnos a través de Su Cuerpo humano. Sin embargo, rezo aún más para que a través de estas pruebas puedas llegar a apreciar en tu corazón el regalo por antonomasia que Jesús nos hace: La plenitud de la vida en Dios.
Durante este tiempo de tratamiento, construye para tí y para provecho de los demás, un «depósito,» o reserva, en el que puedas albergar los tesoros de la luz y del amor de Dios.
Tal construcción será de valor inestimable para la Iglesia y el mundo. ¡Cuántas personas que disfrutan de una salud física perfecta están espiritualmente disminuidas!
¡Qué maravilloso es el pensamiento de que puedan obtener la salud en las aguas frías, almacenadas en el depósito del amor de Jesús!
«Ahora me regocijo en mis sufrimientos por amor a vosotros, y completo en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo por Su Cuerpo, que es la iglesia.» (Col 1,24).
Sólo necesitas orar con sencillez y ofrecer todo lo que experimentas, al Salvador, Que te invita a permanecer a Su lado:
Jesús, Te amo: Contigo quiero salvar almas!
Con esperanza, admiración y gratitud.
Tu hermano en Cristo
Fray Juan Marcos Solitario OP