La cretinada de las inmatriculaciones

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Por un lado están unos ignorantes, enemigos declarados de la Iglesia, que quieren apropiarse de lo que no es suyo, o sea robar, y pretenden que lo que es de la Iglesia desde siempre, en posesión pacífica e inmemorial, que solo ella acreditaría ya la propiedad: las catedrales, las iglesias… no son bienes eclesiales sino del pueblo, aunque ese pueblo no los hubiera reclamado nunca. Los levantó la Iglesia, los enriqueció la Iglesia, han llegado a nuestros días por la Iglesia pero no son de la Iglesia. Que es la ladrona y no quienes se los pretenden quitar.

Luego está el Gobierno, nada simpatizante con la Iglesia pero que no puede incurrir  en las majaderías de los cretinos anteriores aunque quiere valerse del escándalo montado para llevar agua a su molino y ver cuanta pueden escatimarle a la Iglesia. Dándoselas de veladores de la Justicia anunciaron a bombo y platillo que iban a hacer que la Iglesia devolviera todos aquellos bienes de los que se hubiera injustamente apropiado y naturalmente conservaría los que fueran suyos.

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Y…

Pues nada. Nada de nada,

Bueno, al principio, una minucia. De unos cuarenta mil bienes inmatriculados no llegan a dos mil los que hay que devolver porque la Iglesia se apoderó de ellos, inmatriculándolos, sin ser suyos. Ninguno importante, todos de nulo o escasísimo interés,  pero no iban a desperdiciar la ocasión de dar a la Iglesia pellizco de monja.

Y…

Pues tampoco nada. Nada de nada.

Han sido casi dos mil equivocaciones de quienes hicieron el listado para el Gobierno.

La Iglesia ha hecho todo bien. Como por otra parte era de esperar. A este paso aparecerán cuarenta o sesenta errores de la Iglesia, en cuarenta mil inmatriculaciones y todas de bienes de nulo o escasísimo valor. Y además sin perjuicio de nadie pues nadie protestó de ello. Nadie que de verdad fuera su dueño o se lo creyera.

La diócesis de Astorga ha realizado un estudio de los errores que el Gobierno le atribuía y resulta demoledor. Para el Gobierno. Léanlo:

https://www.diocesisastorga.es/actualidad/noticias/las-inmatriculaciones-de-la-diocesis-de-astorga-2278

Y pienso que esa es la realidad de las restantes diócesis españolas.

En esta historieta de las inmatriculaciones no hay nada por lo que tenga que pedir perdón la Iglesia. Otros sí. Y entérese de una vez señor Omella, si es capaz de enterarse de algo.

Comentarios
4 comentarios en “La cretinada de las inmatriculaciones
  1. «CALUMNIA, CALUMNIA QUE ALGO QUEDA», es lo que deben pensar muchos al propagar torticeramente a los cuatro vientos el asunto de las inmatriculaciones eclesiásticas.
    Se me viene a las mientes la terrible aria La Calumnia de D. Basilio en la ópera El Barbero de Sevilla.
    Paréceme como si se estuviera preparando el fuego para una desastrosa hoguera más: Otra desamortización…

  2. Hubo en Madrid un concejal, vicealcalde creo, al que Tierno Galv´an le llamaba Juanito Precipicio, es decir, Juan Barranco. Al «viejo profesor» le venía muy bien tenerlo de peón de brega para fines no siempre confesables. Viene a cuento de las apropiaciones socialistas y comunistas. Se trataba nada menos que de la Casa de los Vargas, de la capital de España. Fui testigo directo porque entonces estaba en la Fundación que la hab´ia heredado junto con un lejano familiar del legador. La Fundación ya había sufrido el bocado a la brava de la izquierda de una propiedad en un pueblo aledaño a Barcelona. Barranco vino a Barcelona apremiando a la fundación para que se la cediera al ayuntamiento de Madrid. Por supuesto sin compensación económica o simbólica. No lo consiguió. No sé cómo terminó lo de la propiedad en San Juan Despí, en pleno centro del pueblo. Hubo varios intentos en otros frentes, por ejemplo, en el desvío de fondos de la Fundación para partidos políticos, en este caso separatistas. En aquel momento no se consiguió. Lo que ocurrió después no lo sé.
    Si Omella se informara, si al menos tuviera conocimiento propio del modus operandi de esos grupos políticos no podría en un brete constante a la Iglesia.

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