La accidentada ordenación episcopal de Gil Tamayo

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Sorprendente por el elevadísimo número de obispos presentes, casi setenta. No es habitual tantos. Quisieron arroparle en día tan importante de su vida. Y demuestra que como secretario de la Conferencia Episcopal supo ganarse muchos amigos. Lo que habla en su favor.

Sorprendente también por la duración del acto debido a que estuvo tres cuartos de hora suspendido debido a la indisposición de un asistente. Jamás había visto nada igual. La cara de Blázquez era un poema. Se comenzó hablando de un mareo pero conforme pasaban los minutos parecía que debía haber algo más que una simple lipotimia. Cuando ya había  pasad una media hora se informó se que los médicos que atendían a la persona indispuesta le practicaban masaje cardiaco que no es el tratamiento acostumbrado pera los mareos. Y avanzada la mañana sabíamos que un primo carnal del nuevo obispo, de 70 años, había fallecido  entristeciendo familiarmente lo que se prometía un día feliz para José María Gil Tamayo y sus familiares. Esperemos que ese mal comienzo episcopal no sea augurio de un mal episcopado. Ya he manifestado más de una vez que tengo un buen concepto del nuevo obispo por lo que espero que lo hará bien aunque fácil no lo tenga. Por un doble motivo. Porque en los días que corren no es fácil ser obispo y además porque suceder a García Burillo hace más complicado el empeño porque el obispo emérito ha dejado muy alto el listón.

De entrada son muy distintos físicamente. Boxísticamente uno sería peso pluma y otro peso pesado. Lo que no tiene mayor importancia porque se puede ser malo o bueno independientemente de los kilos. Esperemos,, por bien de Ávila y de Gil Tamayo que no sea muy distinto de su antecesor.

Blázquez estuvo bien en su homilía, García Burillo en sus palabras y el Nuncio, sorprendentemente también en las suyas. El elogio que hizo de Don Jesús me pareció de pura justicia. El larguísimo parón de la ceremonia hizo que no pudiera oír las palabras del nuevo obispo por lo que nada puedo decir sobre las mismas. Ocasión habrá para hablar de Gil Tamayo. Me encantará que pueda ser bien. De entrada estoy a la expectativa. De él dependerá.

 

Comentarios
4 comentarios en “La accidentada ordenación episcopal de Gil Tamayo
  1. Aunque no tenga ni remotamente que ver con el asunto tratado, le enlazo este detallado artículo sobre el caso Pell: https://www.catholicnewsagency.com/news/details-of-pell-trial-emerge-despite-gag-order-19631

    Para los que no sepan inglés: el artículo refuerza la sospecha cada vez más extendida de que el juicio al cardenal australiano ha sido una farsa de principio a fin, motivada por causas ideológicas (Pell es en Australia lo que el cardenal Rouco en España). El asqueroso y repugnante artículo que en IrReligión Digital le dedican al caso viene a confirmar esto. Bueno sería, visto lo visto, que rectificara el calificativo de «basura cardenalicia» que le aplicó a Pell. Que en realidad no solo no es «basura» sino que es una de las grandes figuras de la Iglesia en este último cuarto de siglo. El cardenal Napier comparó su «juicio» con el juicio a Jesús ante el Sanedrín y Pilato. Por algo será.

  2. Supongo que esta muerte la habrán tomado los mayores de 70 años, obispos o no, como un aviso de la proximidad del Juicio personal. Desde luego, a mí me gusta tomármelo así cada vez que muere alguien próximo.

  3. Voy a cumplir setenta años, un día u otro he de morir, no escribiré eso de «dentro de muchos años» y tal comn esta edad te mueres cualquier día y punto. Si me dieran a elegir morirme en la consagración episcopal de un primo firmaría encantado. Por lo demás, mis mejores deseos para el nuevo mitrado y que en El Señor tenga acogido a su primo.

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