| 07 febrero, 2015
No voy a decir en cual. Desgraciadamente en muchas otras diócesis sería lo mismo. Mucho hueco, mucha monja, seguramente habría más dado que el porcentaje de las destocadas es mucho mayor que el de las que la llevan y mucha cana. Pues algo funciona mal. O lo que la Iglesia monta no le interesa a nadie. Lo deberían reconsiderar. Pienso yo.
Me parece que este Hno., se ha confundido de Obispo y es justo rectificar.
«Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en la tierra?» (Lc 18,8).
Que no, hombre. Es puro y total desinterés. La calle pasa olímpicamente de la iglesia. Quienes creen, creen en un Dios a la medida, en sus rasgos más generales, y no suelen creer que la iglesia sea institución privilegiada ni que tenga la exclusividad de nada, no digamos ya poder salvífico. Es lisa y llanamente desconocimiento e indiferencia. Además, cayendo como están cayendo en picado los bautizos y matrimonios, ni siquiera apostatar podrán de aquello a lo que nunca han pertenecido.
Apostasía, se llama en las Sagradas Escrituras.
Con ella vendrá la persecución de suyo.
No es ya que el mundo las odie, es que pase olímpicamente de ellas. La iglesia está preparada para resistir la persecución, pero no sabe lidiar con la indiferencia.
Algo no se está haciendo bien. Pero pasa con todo. Si no fuera por el Espíritu Santo ya no habría nadie.
Los tiempos son los que son y con estos tiempos y con estos católicos hay que hacer la labor. ¿Cómo? No tengo ni idea, pero alguna forma habrá pues cuando llegaron a Japón, nadie había oido hablar de Cristo y a los pocos años ya había mártires, ayer se celebró la festividad de S. Pablo Miki y sus compañeros. Si convencieron a muchos japoneses, se puede convencer a muchos católicos fríos, la cuestión es ponerse.
Pero hay que ponerse.
D. PacoPepe, me dice un Hermano que está detrás del ordenador que el Obispo que preside la mesa es alguien a quién usted brinda algún adjetivo de tanto en tanto por lo poco que se le ve o va de incógnito.
Que las propuestas de la Iglesia obtuvieran el aplauso del mundo sería muy mala señal:» Si el mundo os odia, sabed que antes que a vosotros me ha odiado a mí. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por eso el mundo os odia» (Jn 15, 18-19).
Capeto: estarán llenas esas misas trad porque la oferta es poca, y porque quienes acuden a ella tienen un índice de ideologización muy alto. Están dispuestos a conducir 40 minutos para ir a esa misa. Si se generalizaran, estarían tan vacías como las demás de jóvenes, porque ese número se repartiría. Precisamente, la gente se ha alejado de la iglesia porque quiere vivir una religión más abierta y menos codificada. Lo mismo con las vocaciones. Los conventos más conservadores concentran en pocos lugares las vocaciones disponibles. Pero juegan con lo que hay, lo poco que hay.
Yo no sé qué tendrá la Santa Misa de siempre, pero atrae mucho a la juventud. Nunca carecemos de monaguillos y las catéquesis están llenas. Se trabaja mucho en home schooling. Ya ni se tiene fé en las escuelas dizque católicas. Creo que tenemos futuro.
No solo de la familia, la Iglesia ya no se sabe lo que piensa de nada.
Llega el momento de asumir que la defensa que la iglesia hace de su idea de familia sólo reclama a aquellos a quienes menos interpela: célibes consagrados y ancianos. La desconexión del mensaje de la iglesia con la calle es abrumadora, total. En general, desde vocaciones a la asistencia a misa, la iglesia es cada vez más una ocupación de ancianos. Estos son los tiempos que vienen.