Escrita por su gran amigo y compañero de inquietudes apostólicas Antonio Troncoso
Desde la admiración y el cariño. In memoriam.
FRANCISCO PUY MUÑOZ
En los primeros días de agosto, cuando el “ferragosto” calcinaba las lomas de su tierra natal gienense, ganadas para la cristiandad por los Caballeros de Santiago, -que en este momento, canallas de toda raléa, pretenden devolver al medievalismo islamista- evangelizado durante siglos por la Sede Episcopal Compostelana, y en cuarenta años de su vida señoreó ejemplarmente como padre, profesor y cristiano, fallecía Francisco Puy Muñoz, catedrático de Derecho Natural y Filosofía del Derecho de la Universidad compostelana, Doctor Honoris Causa de numerosas universidades, Cruz Pro Ecclesia et Pontifice y promotor, cuando nadie en el seno de la Iglesia de España y sus instituciones eucarísticas pensaran en ello, del Proceso de Canonización del Fundador de la Adoración Nocturna en nuestra Patria: Luis de Trelles y Noguerol.
Se dice de los hombres con oficio forense, como es el caso de quien escribe, que de manejar las palabras como algo habitual y exigencia profesional, terminamos por otorgar a todas las personas elogios y merecimientos que en nada se parecen a la realidad que historiamos. En el caso de Paco Puy los conceptos y las palabras se quedan cortas, no reflejan ni sus méritos profesionales, sociales y, en el caso que comentamos, su generosidad en empresas que en nada benefician y, muchos menos, “noche oscura del alma”, son reconocidas por las élites que, en este difícil momento que nos ha tocado vivir, nos perturban, dominan y esclavizan.
Casado con una gallega, Charo Fraga, entregada y resistente roca familiar, después de bordear el caciquismo dotacional de la Universidad de origen, recaló en la Universidad Gallega, en esta Sociedad tan distante de la suya de origen, a las que, con inteligencia infrecuente y generosidad nada habitual, ha servido durante cuarenta años, no solo como profesor, sino en múltiples funciones, algunas no exclusivamente académicas, con su testimonio personal y sus iniciativas, ahora en que la proclamación y defensa de los valores cristianos y del patriotismo es algo demodé, cuando no objeto de discriminación o injusta marginación que tanto daño hace a una sociedad, regida por mediocres, cuando no por incompetentes o malvados, que han disfrazado y siguen disfrazando el crimen terrorista de humanismo redentor y mesiánico.
Llevado de sus inquietudes histórico/regionales y como actividad de la cátedra, emprendió la novedosa tarea de descubrir y estudiar a los juristas de nuestra Tierra, algunos, ya conocidos, otros totalmente ignorados, como es el caso de Luis de Trelles y Noguerol, natural de la Mariña Lucense, jurista, auditor del Ejército, periodista, sociólogo, parlamentario, fundador en España de la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento del Altar, y lo que es más llamativo y caso único y excepcional en la historia de los conflictos bélicos, -oculto por un manto de indiferencia, cuando no por su ideología, despreciado- promotor y protagonista en la Tercera Guerra Carlista del canje de prisioneros, de uno y otro bando en un número cercano al centenar, con miles de beneficiados, que los estudiosos estimamos por encima de 20.000, que recobraron la libertad y que puede calificarse como la acción más humanitaria de la que se tiene noticias en los miles de conflictos habidos en la historia bélica del hombre.
Fue el primero que a la vista de la investigación calificó a Luis de Trelles y Noguerol de santo, entregándose en cuerpo y alma a promover el estudio de su vida, pensamiento y obra, a divulgarla, hasta aquel tiempo, inexplicablemente, sepultada bajo la losa de la indiferencia, cuando no del olvido, por sus herederos espirituales.
Se rodeó de un equipo de estudiosos/peritos de las actividades que Trelles había ejercido, promovió la creación de una fundación como vehículo para su canonización, dirigió y presidió cursos, pronunció numerosas conferencias y pregones recordatorios, y lo que es más extraordinario, casi inédito, gigantesco, se comprometió a redactar la “positio” que hizo con maestría, rigor y didáctica no superada, que causó sorpresa, cuando no asombro, en los ambientes eclesiales del Vaticano, y cuyo fruto ha sido la declaración de Venerable de Luis de Trelles por el actual Papa. Todo con una entrega generosa, casi heroica, merecedora del unánime reconocimiento de la Iglesia Universal, pues la historia de Trelles es la historia de un cristiano irrepetible, que quemó su vida al servicio de los hombres y encontró en un profesor de la Universidad Compostelana al pregonero que descubrió y cantó su heroica hazaña, permitirme esta licencia, irrepetible.
Descanse en paz el amigo, el hombre de bien, el cristiano ejemplar.
Antonio Troncoso de Lira y Sotomaior.
Presidente de la Fundación Luis de Trelles.
Gracias por el comentario y quiero agregar algo: Paco Puy fue mi amigo durante muchos años y con su mujer la admirable Charo me alojaron varias veces en su casa y gozaron varios días en San Joaquín. Asombrado por el «Martín Fierro» Paco lo leía y comentaba a la noche. Recorrió conmigo el campo en un caballo «Pistola» pequeño como el jinete y dejó su huella en una morera que lo recuerda todos los años con flores y frutos. Charo descubrió los hongos de tres tenedores cuyo sabor dsfrutamos desde entonces. ue comemos desde entonces. El 26/9/2004, hace casi 20 a
Paco fue mi amigo y con Charo, su inolvidable mujer me alojaron varias veces en su casa enclavada en el bosque gallego; estuvieron en «San Joaquín» y el 26 de septiembre de 2004 Paco escribió: «Querido Bernardino: Después de 30 años de espera, has conseguido traerme a ‘San Joaquín’. Me has alojado. Me has alimentado. Me has paseado a pie y a caballo. Me has permitido plantar una morera y me has proporcionado ocasión de disfrutar de disfrutar de unos minutos de éxtasis estético como del ocaso rojo de la pampa o leer el Martín Fierro en su atmósfera. Gracias. Tu amigo y colega Francisco Puy Muñoz». Gracias a Charo descubrimos el tesoro de los hongos campestres que desde entonces saboreamos en otoño y primavera. Gracias por la hospitalidad gallega, por sus cuidados. Espero un día volverlo a ver. Bocha