http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2015/03/urena-el-futurible.html Me parece merecidísimo. Sobre todo en estos días en los que tantos estamos perplejos por lo ocurrido en Zaragoza. Algún día se harán públicos todos los entresijos de una miserable campaña que terminó dejando sin archidiócesis a un hombre esencialmente bueno. Recomendando la lectura del artículo enlazado, esta cigüeña, desde su modestia se quiere solidarizar también con el arzobispo defenestrado. Y me alegro mucho de que superada la tristeza del momento siga dando testimonio de su amor a Dios y a su Iglesia. Puede hacer mucho bien como obispo libre. Es bueno, inteligente, entregado, cordial, de solida doctrina… Un mirlo blanco. No es el momento de hacer comparaciones con su sucesor. Que probablemente fue ajeno a tanta miseria. Pero podemos preguntarnos ¿Zaragoza ha ganado o perdido? Evidentemente todavía es muy pronto para la respuesta pero seguro que llegará. Y a no tardar mucho porque Don Vicente Jiménez Zamora ha cumplido ya 71 años. Dentro de tres años y diez meses presentará la renuncia. ¿Valía la pena montar la que se montó para tan breve pontificado? Eso es lo que en mi tierra se llama una trapallada.
Homenaje de Germinans a monseñor Ureña
| 29 marzo, 2015
Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios. D. Manuel Ureña es un Obispo cercano, amable, ocupado y preocupado de y por su diocesanos. De rectísima doctrina. Fiel a la Iglesia. Fiel al pueblo de Dios. Culto. Intelectual. Piadoso. Extenso en sus homilías cuando así es necesario, pero que se abaja con facilidad al nivel que se requiere. En Zaragoza tuvo dos problema que todos conocemos de sobra. Un Obispo emérito desleal e intrigante que asoló la Diócesis y un clero progre y desobediente. Muy desobediente. Y en su afán de encontrar el punto de encuentro en el que sólo el interés de la Iglesia prevalecía para él, fué axfisiado por el humo del diablo que se colaba por las ventanas de la Seo zaragozana y de la Catedral Basílica del Pilar.
Pero un dato importante: La defenstración de Monseñor Ureña fue realizada con premeditación y alevosía. Y largamente meditada. Que nadie se llame a engaño. Se habla de maniobras de D. Carlos Osoro en el mes de noviembre y días anteriores. De precipitación en el nombramiento de D. Vicente. Nada más lejos de la realidad. Ya en enero d 2014 se iba a nombrar a D. Vicente Jiménez, Arzobispo coadjutor de Zaragoza, después de una de las tantas denuncias que Elías Yanes presentó ante la Sante Sede contra D. Manuel y que decayó por falsa y, casi. calumniosa.
D. Vicente está gobernando bien la diócesis. Tomando decisiones importantes sin, al parecer, injerencias. Y si las tiene, las solventa con facilidad. Derrocha autoridad. Sin autoritarismo. Y está dando un trato exquisito a su predecesor. Otra cosa será lo que dure. Es un buen Obispo. También muy cercano. Pero en tanto poco tiempo como lleva de gobierno de la diócesis, ya se le nota en el rostro. Opino que flaco favor le han hecho a un buen obispo con darle esta patata caliente.
Parece que, cosa rara en este blog, estamos todos de acuerdo: don Manuel es una gran persona con una gran cabeza, pero que nunca se hizo con la archidiócesis cesaraugustana, en gran parte por culpa de los Yanero men, los cuales intrigaron e intrigaron hasta lograr su cabeza.
A D. Manuel le ha faltado dar algun baculazo mas a algunos progres. Aunque a este paso D. Vicente va a resultar todavia mas blando
Que se venga a Murcia. Aquí se le hecha de menos y mucho.
Vista su trayectoria en Zaragoza, pienso que D. Manuel no habría sido capaz de meter en cintura el nacional-progresismo barcelonés.
Testimonio personal de este comentador. Una mañana del mes de abril por Pascua Florida, hace unos años, llega el arzobispo Mons Ureña en veste de clergyman, por cierto el primer arzobispo retratado en clergyman de toda la galería de arzobispos zaragozanos que se exhiben en el que fuera palacio arzobispal, lo que ya supone ruptura estética con todo el pasado archiepiscopal que necesariamente afecta al sentido de sacraidad-secularidad visual de lo que supone la consagración episcopado.
Se acerca hasta un nutrido grupo de personas que se hallan próximas a San Juan de los Panetes , bellísimo y recogido templo, incendiado durante la II Repúblia, donde va a oficiar la Santa Misa, en el que habitualmente los suramericanos residentes en Zaragoza asisten a la misa que al mediodía de los días festivos les celebra un capellá n.
Saluda uno a uno a los presentes y este comentador osadamente se aproxima; le besa su anillo episcopal, con respuesta de un abrazo paternal del señor Arzobispo. ¡Sorpresa por cuanto supone el gesto al ser un total desconocido para él!. Sucedido tiempo antes de que apareciera en la Religión Católica el papa Francisco apeado de su sitial pontificio en obsequio de la proximidad psicológica y física a los fieles del Señor y hasta a los infieles ateos, arreligiosos o interreligiosos.
Imposible contenerme y con el mayor afecto le dije en presencia de los circunstantes:
Gracias, Monseñor. Alabado sea Dios. Es la primera vez en mi vida que me siento acogido y estimado como persona por un obispo. Un fiel católico de a pie vulgar, por un obispo católico Le quedo muy reconocido. Pienso que los católicos sin interconfesionalizar como un servidor no tenemos porqué ser rechazados por nuestro clero pastoral ni sentir que se nos mira con reservas de peligro y desconsideración eclesial, como si nuestra conciencia no fuera tan válida y respetable como la del clero hodiernado conciliarista. Le repito mi gratitud.
Me parece suficientemente significativo de su campechanía humana, pero sobre todo de su accesibilidad psicológica hacia los demás, a pesar del riesgo de no ser bien comprendido por su llaneza y no reservarse solamente para los círculos progresistas e intelectualoides canonicales como suele ocurrir desde el Concilio para acá,
Y en efecto, mientras no se demuestre lo contrario, la destitución inclemente con la que fue misericordeado tiene todas las apaririencias de condena por no ser suficientemente conciliarista al mostrarse tolerante para con los fieles católicos que se quieren mantener como tales en el ejercicio efectivo de sus derechos por más que sean tachados de integristas o «restauracionistas » nefandos.
¿Que las homilías de monseñor eran larguísimas? No parece motivación suficiente. ¿Que el fondo teológico de sus exposiciones doctrinales y pastorales era tomista que ahora se dice incomprensible por mujeres y hombres de nuestro tiempo, Doctrina de pertenencia y congruente con la Fe de la Revelación? Sería un mérito más que un demérito. ¿Que su lenguaje no era el idóneo por inadaptado a la expresividad actual? ¿Y dónde están los clérigos, incluidos obispos y arzobispos aunque se llamen Yanes o Bergoglio, con lenguaje sagrado que no tenga tintes o querencias desacralizadores y que esté puesto a punto en los contenidos y dicción con la comprensión actualidad?.
Monseñor Ureña, gracias de nuevo modestísimamente por lo que personalmente a mi respecta. Debo pensar que ha sido destituido precisamente por querer ser acogedor y contemporizar con la patulea prepotente y autosuficiente de los descralizadores que no lo han considerado exclusivamente de los suyos, tan cortante, inclemente y hasta cruel como ellos . Es para felicitarse de un obispo así que no arría su consagración de obispo católico. Después de todo sufrir persecución por Cristo bonum et decorum est: entra dentro del buen combate.
La experiencia demuestra que lo de profesor y Pastor son dos oficios distintos que casí nunca confluyen en la misma persona, o sea que tener muchos doctorados no te garantiza ser un buen Obispo. Sobre esto se tendrían que reflexionar más, porque las universidades no tienen que ser el unicos semilleros de obispos.
Hay un nuevo obispo español. Riojano. Pero enla periferia.
Y un obispo menos. Aye rmurió el obispo Maccarone. Viejo conocido del blog.
Un lector, y además queridísimo amigo, me dice que tiene problemas en poner su comentario y que si se lo podría incluir yo. Faltaría más. Aquí está. Y además me parece muy interesante. Dadlo por escrito por «Uno de Zaragoza»:
Te escribo porque no sé que pasa, que el servidor me da todo el rato error, error y error a la hora de resolver los enigmas para publicar un comentario. Te lo mando a ti para que lo cuelgues tú, por favor. Si quieres poner algún autor, por «uno de Zaragoza». Un abrazo y disfruta de estos días santos.
Coincido en lo que dice el blogger: D. Manuel Ureña es un hombre bueno, de sólida doctrina, entregado, es más, digo que hasta cariñoso… Pero ha pecado de lo mismo que pecó D. Elías Yanes: de vivir en su mundo.
Me explico:
D. Elías Yanes vivía encerrado en su burbuja y -si no es así, al menos la sensación sí- ajeno a lo que pasaba en la diócesis.
D. Manuel Ureña ha vivido rodeado por las voces de sirena de un grupo de pelotas y zalameros -casi todos venidos de fuera de Zaragoza- interesados más en trepar que en servir a Dios y a la Iglesia, que son los que realmente le han echado a perder. Entre ellos alguno a quien se negaron órdenes en otra diócesis «Por causa grave». Y ese tipo de causas graves sabemos se las cobran en estos momentos desde Roma, y a buen precio.
Luego D. Manuel Ureña tenía un gran defecto -perfecto sólo es Dios-, que es lo que la gente sencilla no le perdonaba: sus larguísimas homilías de cuarenta, cincuenta, y más minutos, en las que se repetía y que no entendía nadie. Eran de doctrina sólida, sí. Eran, para alguien que tuviera formación filosófica y teológica muy interesantes y profundas, sí. Pero ininteligibles para la gente, soporíferas, y sobre todo, eternas, eternas, eternas.
Pero vuelvo a lo principal: D. Manuel Ureña es una persona buena, cariñosa, y que, desde mi punto de vista, ha pecado de bueno e incluso de inocente, fiándose de personas de las que no se tenía que fiar- en ambos lados-. Y eso le ha salido caro.
«Sin justicia no hay caridad». Lo de Mons. Ureña es como «los pecados que claman al Cielo» y es posible que el Cielo por su cuenta de su respuesta o lo esté haciendo ya. Pues los hombres sólo son hombres.
Zaragoza habría ganado si el sucesor hubiera sido don Fidel, pero Osoro fue a lloriquear ante el papa para que mandaran a don Vicente y de paso hacerle una cerdada a su auxiliar, al cual luego ignora por completo -como a su otro auxliar, en todo lo que tiene que ver con el gobierno de su archidiócesis de Madrid. Pero la culpa máxima es de Francisco, que atendió los lloriqueos del bipolar arzobispo, que va buscando hombros en los que seguir llorando porque, según dice, le han recibido muy mal en Madrid. ¿Y cómo quiere que le reciban si llega de la mano de los dos tipejos de Religión Digital que van cazando a todo obispo que no les ríe las gracias?
A Jiménez Zamora le esperan cuatro años plácidos porque nada hará y nada le harán. A Osoro le quedan 4-5 años de desprecios callados por parte de un clero que ni le quiere, ni le querrá.