CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
TERCERA PARTE: LA VIDA EN CRISTO
SEGUNDA SECCIÓN: LOS DIEZ MANDAMIENTOS
CAPÍTULO SEGUNDO: «AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO»
ARTÍCULO 6: EL SEXTO MANDAMIENTO
II. La vocación a la castidad: Castidad y homosexualidad.
2358- …Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
SAGRADAS ESCRITURAS: Mc 12, 29-34
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Que el Señor nos infunda su santo Espíritu y nos conceda el don del entendimiento para poder comprender las sagradas escrituras según a su voluntad, amén.
Y lo de que ni los afeminados etc., no es Sagrada Escritura y, por tanto, Palabra de Dios? Pues incide más directamente en el tema que lo que tú aportas; porque los números del Catecismo lo que hacen es aplicar la norma moral a todos el mundo, sean y sientan la inclinación -«tentaciones», se llamaban antes con acierto y sin vergüenza- que sientan.
La palabra de Dios es Amor misericordioso y bondadoso de nuestro Dios y Señor. No nos enseña a atacarnos ni a luchar los unos con los otros, nos enseña a amarnos y perdonarnos, como Él nos perdonó en la Cruz.
Tomemos el ejemplo de José que acogió con amor María en su casa y meditemos la Parábola de la bodas de Caná cuando María dice: «Haced lo que él os diga.» (Jn2, 5).
Dice dos cosas que todos sabemos: que hay una tremenda infiltración alfabético-arcoirisada en la Iglesia y que su propósito es destruirla desde dentro (o sea, llevar a cabo lo que hace siglos que intenta la masonería, que es «la mano que mece la cuna»).
El Señor nos dé la Paz.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
TERCERA PARTE: LA VIDA EN CRISTO
SEGUNDA SECCIÓN: LOS DIEZ MANDAMIENTOS
CAPÍTULO SEGUNDO: «AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO»
ARTÍCULO 6: EL SEXTO MANDAMIENTO
II. La vocación a la castidad: Castidad y homosexualidad.
2358- …Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
SAGRADAS ESCRITURAS: Mc 12, 29-34
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Que el Señor nos infunda su santo Espíritu y nos conceda el don del entendimiento para poder comprender las sagradas escrituras según a su voluntad, amén.
Y lo de que ni los afeminados etc., no es Sagrada Escritura y, por tanto, Palabra de Dios? Pues incide más directamente en el tema que lo que tú aportas; porque los números del Catecismo lo que hacen es aplicar la norma moral a todos el mundo, sean y sientan la inclinación -«tentaciones», se llamaban antes con acierto y sin vergüenza- que sientan.
Querido hermano, el Señor te dé la Paz..
La palabra de Dios es Amor misericordioso y bondadoso de nuestro Dios y Señor. No nos enseña a atacarnos ni a luchar los unos con los otros, nos enseña a amarnos y perdonarnos, como Él nos perdonó en la Cruz.
Tomemos el ejemplo de José que acogió con amor María en su casa y meditemos la Parábola de la bodas de Caná cuando María dice: «Haced lo que él os diga.» (Jn2, 5).
Así sea por la gracia de Dios.
Paz y bien.
Dice dos cosas que todos sabemos: que hay una tremenda infiltración alfabético-arcoirisada en la Iglesia y que su propósito es destruirla desde dentro (o sea, llevar a cabo lo que hace siglos que intenta la masonería, que es «la mano que mece la cuna»).