¿Hijos o mascotas?

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El último artículo del arzobispo Aguer:

¿Hijos o mascotas?

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        Leo en “La Prensa” que desde 2016 vienen disminuyendo los nacimientos en la Ciudad de Buenos Aires. Entre enero y mediados de diciembre de 2024 se inscribieron 37.864 nacimientos, de acuerdo con las cifras oficiales del Registro Civil porteño; una caída del doce por ciento en comparación con el año anterior. El impacto de esta tendencia es evidente al observar la evolución de las cifras a lo largo de la última década. Se discute sobre las causas de este fenómeno: podrían influir los factores económicos, sociales y culturales que determinan las decisiones de la familia respecto a la maternidad y la paternidad. La disminución sostenida en la natalidad podría tener implicancias a largo plazo, en términos de planificación urbana, políticas públicas y servicios sociales en la Ciudad de Buenos Aires.

       Resulta instructivo mencionar el caso de China, donde se han advertido las consecuencias de la política vigente durante mucho tiempo del “hijo único”. La disminución de la población china fue vista como un peligro muy grave para la grandeza nacional y por eso aquella prohibición fue superada. Actualmente se lucha para que los chinos tengan hijos y se ofrecen fondos que premien el nuevo hecho de promoción de una familia más numerosa, que contradiga la situación cultural que se había creado.

       Una reciente encuesta de la consultora Sentimientos Públicos –que incluyó una muestra de 700 casos-, reveló que un veinte por ciento de los jóvenes centennials de la Ciudad manifestó que no desea tener hijos, mientras que un quince por ciento de este mismo grupo prefiere dedicar su afecto y cuidado a los animales de compañía. El estudio también destacó una menor satisfacción con la experiencia de sus padres entre los millennials, quienes tienen entre 30 y 43 años, en comparación con los mayores de 43 años. De acuerdo con los resultados del informe, el 77 por ciento de los porteños encuestados declaró tener hijos y dentro de este grupo, dos tercios afirmaron que la experiencia de ser padres ha mejorado sus vidas, mientras que el tercio restante expresó que la paternidad o maternidad es algo que disfrutan en ocasiones, pero no siempre. En este fenómeno se advierte el contraste entre naturaleza y cultura. Al propósito se refiere la encíclica Humanae Vitae, en la que Pablo VI advirtió la inmoralidad de los medios artificiales de control de la natalidad. Estamos, indudablemente, frente a una grave emergencia antropológica.

       Se conoció, también, un alarmante informe sobre el desplome de la natalidad en la Argentina. Nuestro país, de por sí poco poblado, corre el riesgo de convertirse, si continúa esta tendencia, casi en un semidesierto. Según cifras oficiales reveladas por las autoridades de Salud de la Nación, en 2023 sólo hubo 460.902 nacimientos; la cifra más baja de los últimos 50 años. Y ello implica una reducción del siete por ciento respecto de 2022, y de más del 40 por ciento, con relación a 2014. La tasa de fecundidad, en 2023, fue de 1,33, muy por debajo de la tasa de reemplazo, del 2, 1; o sea, del número de hijos necesario para que se mantenga estable la población. Se trata de cifras concretas; y no de “relatos”. A esto se ha llegado tras décadas saqueadas; y no “ganadas”, como las denominaron los oficialismos de entonces. Gobiernos de aparentes distintos signos políticos, pero funcionales todos al globalismo antinatalista, abandonaron el “gobernar es poblar”, de Juan Bautista Alberdi; por el pretendido “empoderamiento” del aborto, el divorcio, la destrucción del matrimonio y la familia, el ensalzamiento de la promiscuidad y cuanta agenda anticristiana –y, por lo tanto, antihumana- anda dando vueltas.

       La tradición cristiana ha presentado siempre el modelo de familia, que en el mundo moderno se ha modificado sustancialmente, hasta hacerse irreconocible. La caída del sentido del matrimonio por el divorcio, ha llevado a la desnaturalización de los roles del varón y la mujer. En esta perspectiva los hijos no son la consecuencia natural y las mascotas ocupan su lugar; la cultura –el uso, digamos mejor- ha reemplazado a la naturaleza.

       La propaganda en favor de la homosexualidad, y la difusión de esta práctica, también atentaron contra el propósito natural de tener hijos. El funesto “matrimonio igualitario” ha dado lugar a la adopción de niños, que contra lo más elemental de la naturaleza crecen sin conocer qué es una mamá y un papá.

 Héctor Aguer

Arzobispo Emérito de La Plata.

Buenos Aires, martes 11 de febrero de 2025. 

Nuestra Señora de Lourdes. –

 

Comentarios
5 comentarios en “¿Hijos o mascotas?
  1. Entre mis conocidos, la falta de dinero no es el problema: el matrimonio gana más de cuatro mil euros mensuales, cantidad más que suficiente para mantener a cuatro o cinco hijos. Pese a ello, entre los profesores de secundaria proliferan los solteros, los casados con hijo único o los de dos o tres hijos. No recuerdo, en 36 años de docencia, haber tenido ningún compañero con más de tres hijos. Y añado: tengo ocho hermanos, todos en buena situación económica; de ellos salieron 17 sobrinos (da a menos de dos, pues yo me cuento también); de estos 17 nacieron 14. Tengo 7 sobrinos sin hijos y con medios sobrados para tenerlos; 3 ya han dicho que ni hablar del peluquín y otro ya anda por la cincuentena larga, es decir, en los dos casos mencionados, el dinero no ha tenido nada que ver. Simplemente, muchos prefieren una vida hedonista y cómoda. Como dijo una vez una compañera: «Me interesa ver mundo, no aguantar niños» y, acto seguido, viajó a Mali, Tailandia, Vietnam, Turquía, Camboya, Noruega, Birmania y no sé cuántas naciones más. De los de mi quinta, conozco docenas de casos sin hijos, muchos con carrera y medios más que sobrados.

  2. La gente que tiene un poco de sentido común diferencia claramente entre hijos y mascotas.

    Hijos: seres humanos y que requieren mucha dedicación y mucho esfuerzo para criarlos y atenderlos adecuadamente. Y que de pequeños dan unos problemas ( que no se traguen cosas peligrosas, que crezcan sanos y coman lo mandado por la Puericultura….) y de adolescentes otros problemas (que estudien , que tengan amistades sanas y sensatas, que no se metan en líos, que sean cada vez más personas, que tengan valores morales …. ) y de adultos a veces también les dan a los padres preocupaciones (matrimonios conflictivos , puestos de trabajo, dificultades económicas, vida desordenada, problemas generacionales …. )

    No todos los matrimonios son capaces de hacer bien la labor de ser buenos padres, ni tienen todos la energía necesaria para hacer dignamente tal cosa.

    Mascotas: son animales …. pero que a veces se les coge un cariño enorme.
    Hay mucha soledad en la sociedad actual (es una verdadera plaga ) y un perro puede ayudar a mitigar los estragos que hace la soledad, que tal como está estructurada la sociedad la soledad y el abandono atacan a un tanto por ciento elevadísimo de personas con efectos devastadores y a veces un perro es un «amigo» que tayuda a soportar ciertos sinsabores inevitables del mundo que padecemos.

  3. por el pretendido “empoderamiento” del aborto, el divorcio, la destrucción del matrimonio y la familia, el ensalzamiento de la promiscuidad y cuanta agenda anticristiana –y, por lo tanto, antihumana- anda dando vueltas.

    Añádase la cuestión del trabajo, de la vivienda, del transporte, de la educación de los hijos, de la disciplina de los mismos, de la seguridad de las calles, de la cesta de la compra y de una filosofía del estrés, del bienestar y de los estilos de vida…

    Es un conjunto holístico y multidimensional inescindible, forma un todo orgánico, ha sido un diseño de ingeniería social para que nadie quiera tener hijos, pero ante la necesidad de tener acompañamiento, se opta por los animales de compañía y domesticados.

    Tiene razón el articulista: es una emergencia antropológica

    Pero esto debe de ser ayudado en parte por un nuevo Papa que siga la estela de San Juan Pablo II y Benedicto XVI, y evidentemente abandone lo que está haciendo Francisco

    1. Dice usted que LA EMERGENCIA debe ser solucionada por un nuevo Papa que «abandone lo que está haciendo Francisco»

      Mirando un poco lo que sobre el asunto de hijos y de mascotas, ha dicho el Papa Francisco, se encuentra que :

      1.- En mayo del 2023 el Papa Francisco regañó a una señora por tratar a su perro como a un hijo.

      2.- En enero de 2022 dijo el PAPA: «Muchas parejas no tienen hijos porque no quieren o tienen solamente uno porque no quieren más, pero tienen dos perros, dos gatos… Sí, perros y gatos ocupan el lugar de los hijos»

      Si usted se refiere a las ideas que en estos años ha expresado el Papa, puede ver usted, si lee los documentos de la página web del Vaticano, que el PAPA ha hablado siempre a favor de la familia, del amor entre los cónyuges, de la belleza del matrimonio Y QUE SIEMPRE HA ANTEPUESTO y animado a llevar una vida austera y a favor de los necesitados……
      Y siempre a favor de los niños tanto antes de nacer como cuando son pequeños y necesitan los cuidados y el afecto de sus progenitores.

      En otro orden de cosas, me permito recordarle lo que Monseñor José Mazuelos, Obispo por designación de Benedicto XVI, en 2015 siendo entonces Obispo de Asidonia- Jerez, dijo sobre la paternidad responsable; monseñor José Mazuelos tiene el doctorado en Teología y también en Medicina.
      De hecho, incluso llegó a ejercer como médico de familia en su pueblo y en el Hospital Militar de San Carlos de San Fernando, antes de ser sacerdote y también de curar las heridas de muchas familias destrozadas. Precisamente por eso este Obispo sabe bien de lo que habla cuando explica lo que dice la Iglesia sobre la paternidad responsable.
      La entrevista sobre estos asuntos de paternidad responsable, se puede leer en internet en «ALFA Y OMEGA» de fecha 28 de enero de 2015

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