Si un hijo pide pan… El cardenal Sandoval no da piedras

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Uno no reclama pro domo sua. He tenido una acogida episcopal, sacerdotal y laical que sólo puedo agradecer a Dios y a quienes me la han dispensado. Pero creo que bien puedo calificarla de muy excesiva. Claro que también tengo en los tres segmentos contradictores declarados cosa que me parece normalísima y hasta me divierte. Si le doy a alguien una patada, metafórica, en los cataplines no puedo esperar correspondencia de amores. Y hasta alguna he recibido tan generosa que me ha desarmado para siempre. Sólo indica la buena pasta del agredido y su abundancia en la misericordia verdadera. No en esa que no pasa de flatus vocis.

En esos temas soy discretísimo. Lo guardo en mi corazón y mis amigos saben que tienen una correspondencia muy agradecida que es cosa nuestra. Y como no estoy escribiendo mis memorias nadie se va a enterar de ello. Sólo ellos y yo. Porque admiraciones no indican más que eso. Por ejemplo admiro muchísimo al cardenal Brandmüller. Y lo expreso. Jamás le he visto ni he tenido la más mínima comunicación con él. Y supongo que así nos moriremos ambos pues no estamos muy lejos de comparecer ante Dios Nuestro Señor. Que Él nos sea misericordioso  y su misericordia es la absolutamente verdadera.

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Pero no todos han sido tan agraciados en afectos como esta pobre cigüeña. Y todos necesitamos afectos. Los hay absolutamente volcados en el amor a Dios y en el servicio a la Iglesia, con coste y hasta riesgo personal, que no reciben el menor agradecimiento de quienes les deberían mostrar por lo menos alguno. Perfectos no somos nadie. Los desagradecidos tampoco. Pero cuando la intención es buena, una mínima acogida hasta podría corregir algún exceso si lo hubiere. Los muros no corrigen nada y sólo demuestran la falta de corazón de quienes los levantan. Y ante eso se encuentran no pocos católicos a los que en vez de acogida ven que parece que quieren echarles a patadas. Mientras que los pateadores se vuelcan, hasta el orgasmo, con los enemigos declarados de la Iglesia.

El cardenal emérito de Guadalajara, de lo mejor del Sacro Colegio, ha enviado un mensaje afectuoso a Adelante la Fe.

http://adelantelafe.com/cardenal-juan-sandoval-saluda-desea-feliz-2017-los-lectores-adelante-la-fe/

Como no están acostumbrados a esos detalles rebosan agradecimiento. Como esos canciños apaleados habitualmente que se deshacen cuando alguien les hace una caricia para ellos tan inhabitual.

Hombres de Iglesia, obispos o sacerdotes, bajad algunos peldaños de vuestro pedestal y acariciad a los vuestros de forma que no parezca que los vuestros, para los que os prodigáis, sean los que odian a Dios, a su Iglesia y a vosotros. Que triste sería para vuestra necedad que algún día os encontréis en el mismo paredón de fusilamiento con los que habéis despreciado siempre mientras que los que os disparen sean quienes fueron objeto estúpido de vuestras carantoñas.

El gran cardenal emérito de Guadalajara ha tenido un gesto que le honra a él y a los bendecidos. Uno no es Adelante la Fe, no la lee siempre, aunque sí en bastantes ocasiones, y aunque coincidentes no poco en el fondo tenemos líneas distintas. Pero no tengo la menor duda de que son hermanos míos en la fe. Por ello me alegra mucho el gesto del cardenal Sandoval. Ojalá otros los prodiguen más. A unos hijos que les piden pan y que sólo suelen recibir piedras. Mientras que los panes suelen ser para lo peor. ¿Se extrañarán luego de que les demuestren poco afecto? Y sin embargo los suyos son esos y otros como esos. De los otros no pueden esperar nada salvo que sean más tontos que Abundio. En ocasiones lo parecen.

 

 

 

 

Comentarios
5 comentarios en “Si un hijo pide pan… El cardenal Sandoval no da piedras
  1. Estimado Don José Francisco (hoy no bromeo con su apellido). Una frase suya me ha llegado hoy al corazón y le pido disculpas si algún comentario mío sobre su edad ha podido ser ofensivo o hiriente. Sé que usted está muy curtido en críticas y polémicas, pero no es propio de creyentes en el Dios de Jesucristo. Que el Señor le conceda muchos años de vida. Reciba un cordial saludo, hoy sin un átomo de ironía.

  2. Un post que escribe grandes verdades para los Jerarcas eclesiásticos y de ahí, para abajo, sacerdotes, religiosos, etc. Es hora de saber dónde se quiere estar con los hechos y las palabras porque ¿dónde ha quedado el «quien no está conmigo está contra mí y el que no recoje conmigo desparrama» (Mt.12,30). Hoy parece que, en muchos sectores, se quiere estar con dos señores: las «riquezas» del mundo y Dios, cuestión que también quedó condenada por Cristo.

  3. Me temo que, dentro de muy poco, todos vamos a tener que decantarnos. Por un lado los rígidos y doctores de la letra y, por otro, los misericordiosos bergoglianos, más falsos que Judas. Yo lo veo así.

  4. «Si le doy a alguien una patada, metafórica, en los cataplines no puedo esperar correspondencia de amores».

    Tratándose de cristianos y, no digamos de ministros del Señor, sí debería esperar correspondencia de amores, o ¿dónde quedan el «amad a vuestros enemigos» y el «poned la otra mejilla»? Sobre todo, Paco Pepe, cuando usted no es enemigo, sino, en todo caso, un amigo enfadado.

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