PASCVA 2020
TAMBIÉN ESTE AÑO ES PASCUA
MIGUEL ANGEL GONZALEZ GARCIA
”Si morimos con El, también viviremos con El” 2 Timoteo 2.11
En nuestra historia dudosa y quebradiza de ahora,
creyendo orgullosos o fatuos, que todo estaba
pesado, medido y controlado sin Dios a nuestro lado.
Cuando el tiempo encogido sabe a noche y miedo,
y parece que caminamos sobre sendas heridas,
sin tener a Dios como marioneta, en nuestras manos;
cuando nos falta la Mesa donde Él se hace compañía,
y sin la memoria consoladora de sus clavos,
necesitamos sin trampa, saberlo resucitado,
vivo, como una primavera que regresa y no declina,
cercano, como un río desbordado de ternura,
que nos viste la piel de esperanza y el corazón de alborada.
”Si morimos con El, también viviremos con El” 2 Timoteo 2.11
Vas a nuestro lado con tu Cruz en una Semana Santa
de silencios y de soledades, sin palmas y sin óleos,
pero más Santa que ninguna, sumergidos en el miedo,
que es como morir un poco antes de hora.
Llega la Pascua más bella y necesaria que nunca
y renacen con ella los recuerdos perdidos de la dicha,
que nos sanan del asco de morir, porque hay Vida,
tras el camino andado de amar, sufrir y llorar.
Llegas rompiendo la clausura del sueño de la muerte
crucificada, y abres de par en par el Paraíso que tiene gozos
que ya nunca terminan, y luces que para siempre iluminan,
llenando de asombro nuestras miradas,
al verte llamando a la puerta cegada de nuestro corazón,
con la bienaventuranza luminosa,
que rompe la oscura frontera de la noche,
como si todas las dichas mejores de hasta ahora,
fueran un ensayo y un boceto de la que nos regalas,
con la Victoria sobre el mal, el miedo y la muerte.
Dicha contagiosa, no consuelo de un sueño incierto,
sino certeza de que es de ley la promesa
de ser eternos y trasnfigurados ya contigo,
y cierta la felicidad que no se acuerda ya de la mentira
y se quita el luto de la sospecha y la clausura.
Qué gozo saber que Dios entra de lleno en el juego misterioso
y desconcertante de nuestras vidas, para librarlas del mal,
para cambiar el espejo en que aquí le intuimos
por un rostro que nos mira amorosamente cara a cara,
y nos despierta la fiesta, la caricia y la ternura.
También este año es Pascua, más Pascua quizá, porque
es más penoso el camino atados, y Dios sana con más primavera
las heridas que deja la ceguera en el corazón de la vida.
8 de abril de 2020
Encantadísimo, D. Francisco José, de que usted nos haya hecho conocer este Pregón Pascual.
¡Muchísimas gracias!
Muchísimas gracias en especial a D. Miguel Ángel González por haberlo escrito, tras lavar sus propias heridas en la sangre del Cordero degollado y vencedor.
Un abrazo fuertísimo a usted y a D. Miguel Ángel, y feliz Pascua de Resurrección a los dos:
José Mari, franciscano