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Hermosa homilía del arzobispo de Sevilla en el funeral de uno de sus sacerdotes

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No sabía yo de la existencia de este sacerdote que parece que era un organista más que notable. Y además muy buen sacerdote.

Da gusto leer alabanzas así de ordenados en el sacramento que marchan al abrazo del Padre tras una vida dedicada a Él. El S.D.G. de la homilía es la mejor corona de una vida sacerdotal. Y son muchos los que tras una vida de entrega a Cristo y a los hermanos se merecen  ese epitafio. Y los que han sobresalido con otros dones humanos, como el organista de la catedral de Sevilla, con mayor motivo si glorias humanas no opacaron su dedicación al sacerdocio.

En estos días confusos en los que abundan los cantamañanas  no debemos olvidar, pese a ellos, a tantos sacerdotes, santos algunos, dignos la mayoría, que gracias a ellos recibimos el Cuerpo de Cristo, el perdón de los pecados y el viático para la vida eterna. Algunos, además, son figuras insignes en artes humanas. Como este. Bendito sea Dios en ellos. No a nosotros, Señor, no a nosotros sino  sólo a tu nombre la gloria.

Nombre ante el  que en la misa de hoy se nos recordó que debe doblarse toda rodilla. Yo, ante los alter Christus, la doblo virtualmente por su representación. Por los extraordinarios, los dignos e incluso los mediocres. O sea que  por casi todos. No podríamos vivir  nuestra vida cristiana sin ellos salvo especialísimos casos como el del Japón. Que el Christus es capaz hasta de suplir ausencias..

No os traigo el suceso por la muerte de un sacerdote ni por la hermosa homilía de su arzobispo. Viene por el sacerdocio. Don inmenso que el mismo Cristo nos regaló.  Y que debemos agradecer en sus personas. Siempre que mantengan un mínimo de dignidad pese a sus deficiencias y pecados. Si ese mínimo ya lo pierden pues al pim, pam, pum. Y a ver quién tiene más que perder.

 

 

 

Comentarios
10 comentarios en “Hermosa homilía del arzobispo de Sevilla en el funeral de uno de sus sacerdotes
  1. Enrique Ayarra, un organista celebérrimo, lo conocí en un concierto en los magníficos órganos de la catedral de México.
    Me impresionó mucho su personalidad alegre y humilde, y su impresionante currículum avalado por su extraordinario talento. Su muerte es una pérdida muy grande en el mundo del órgano y de la música sacra.

  2. En sus últimos años D. Enrique oficiaba misa todos los días entre semana a las 8,10 h en la capilla de Ntra. Sra. de la Antigua de la Catedral. Aunque fueran misas de diario siempre daba una breve pero útil homilía. Celebraba con exquisita solemnidad y fidelidad a las rúbricas, e incluso, por lo bajini, se notaba que añadía en latín algunas oraciones de la misa del usus antiquor que eliminó Bugnini/Pablo VI en la misa nueva, por ejemplo, siempre decía el «Placeat tibi, Sancta Trinitas…» al finalizar. Solo lo conozco de eso, sé que era un formidable organista, pero también celebraba con solemnidad y devoción.

  3. Otro de aquí:
    No llego a captar si la pregunta busca realmente una respuesta o se trata de una pregunta retórica e irónica.
    Admitiendo la premisa de que las Clarisas, por las razones que fuera, no siguieron el debido procedimiento de solicitar a la Junta de Andalucía los permisos correspondientes, parece ser que, efectivamente, fue Ayarra el que denunció la restauración del órgano del Convento de Santa Inés… porque el que la llevó a cabo digamos que no era santo de su devoción. El caso es que la multa millonaria (en pesetas) les cayó a las monjas y sólo por el escándalo producido y por la intervención de distintas instancias, entre ellas creo que el propio Juanjo, ha quedado reducida a unos miles de euros. Por eso resulta más sorprendente y llamativa la «hermosa homilía» (que supongo habrá que entender en el sentido de «elogiosa homilía»), ni he leído ni lo pienso hacer. Mutatis mutandi, justamente hoy se ha hecho público que en Irlanda ha renunciado un obispo por haber presidido, y probablemente haber hecho también una «hermosa homilía», el funeral de un cura pedófilo. Obviamente no estoy pidiendo la dimisión de Juanjo, pero quizás ésta sea una de esas ocasiones en que se muestra carente del más elemental «seny».

  4. Lástima que esa cualidad no la ponga en juego todas las veces que se le presenta la oportunidad. Porque, con contadas excepciones, las exequias de los sacerdotes no las preside él; se las endosa al auxiliar, y cuando éste no puede, al vicario general o al delegado del clero. Y es que entre los méritos como obispo de Juanjo, que los tiene, la ecuanimidad en la valoración y el trato con sus sacerdotes, no es uno de ellos; para él hay hijos e hijastros.
    Luego, por lo que se refiere a la entrega y virtudes sacerdotales de Ayarra, me abstendré de hacer una valoración porque ya descansa en paz. Que era un gran organista, es algo comúnmente reconocido; tampoco puedo decir que fuera un mal sacerdote. Pero tampoco hay que exagerar.

  5. La visión de la Pasión, de Santa María
    Fray Norbert Keliher OP
    26 de Marzo de 2018

    Ha llegado la semana más solemne del año, la Semana Santa. Con el drama que se nos representa el Domingo de Ramos, que va desde la entrada de Jesús montado sobre un asno, hasta Su sepultura, ¿Dónde deberíamos centrar nuestra meditación? Una de las mejores formas de comenzar es con la ayuda de María, Nuestra Santísima Madre. Ella entiende mejor que nadie el significado de los eventos de la Semana Santa, y sufrió junto con Jesús, los intensos siete dolores de Su Corazón.
    Si tomamos a María como nuestra guía en los misterios dolorosos del Rosario, Ella nos ayudará a profundizar más profundamente en los mismos. Orando e implorando Su intercesión, Ella también nos asegurará las gracias que nos ayuden a crecer más en Cristo.

    La agonía en el huerto de Gethsemaní:

    En el huerto de Getsemaní, Jesús oró solo para hacer la voluntad del Padre. Sus tres discípulos más cercanos, vencidos por el cansancio, no le prestaron ningún apoyo.
    Pero Jesús sí sabía que Su Madre le apoyaba en la oración, porque nunca había cesado en Su ansia de hacer la voluntad de Dios, especialmente desde el anuncio del Arcángel San Gabriel.
    Es poco probable que María también estuviera en Gethsemaní, pero ciertamente estaba allí en espíritu. Y también oró para que se cumpliera la voluntad de Dios, a pesar del costo que implicaba.

    La flagelación en la columna:

    Cuando Jesús fue azotado por los soldados romanos, se cumplió la profecía de Isaías: Et livore Eius sanati sumus -«Sus llagas nos curaron-.» (53, 5). María también conocía estas profecías, pero era horrible contemplar a Su Hijo despojado de Su dignidad y castigado como un malhechor: Inter sceleratos reputatus est.
    Cuando oyó el sonido de los azotes y vio que su sangre fluía, se cumplió otra profecía. Simeón le había dicho en la Presentación: «Una espada de dolor atravesará Tu alma.» (Lc 2, 35). Así como la ardiente caridad de Jesús hizo de Su sangre una ofrenda sagrada a Dios, María también ofreció Su tristeza, transfigurada en amor.

    La coronación de espinas:

    ¿Los soldados se burlaron de Jesús en público o en privado? Si María no vio a Su Hijo revestido con una túnica real y escupido, sí vio la corona de espinas que los soldados trenzaron para Él.
    Dejaron esta corona cuando le quitaron la túnica, deseando que todos vieran lo que pensaban del «Rey de los judíos».
    Pero María sabía la verdad sobre la realeza de Jesús, una verdad que anidaba en Su mente desde el día de la Anunciación: «Dominará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su Reino no tendrá fin» (Lc 1, 33).
    Su fe en esta promesa le dio fuerza para soportar esta hora de oscuridad cuando el mundo negó la realeza de Jesús.

    Baiulatio Crucis: Llevando la cruz

    Ante la insistencia de la multitud, Pilato aprobó Su sentencia. Entonces Jesús tomó sobre Sus hombros el instrumento de Su ejecución e inició el camino hacia nuestra redención.
    Sus Apóstoles lo habían abandonado, todos excepto uno, pero un grupo de mujeres fieles lo acompañó al Calvario. ¡Qué consuelo, el de Jesús, al ver a María mientras cargaba la cruz!
    Ella entendió mejor que nadie la razón por la cual Él la soportó. En la Cruz iba a mostrar la realeza de Su amor.

    La crucifixión y la muerte de Jesús:

    La Crucifixión debió haber sucedido para María a cámara lenta. Cada movimiento rudo de las extremidades de Jesús, cada clavo atravesando Su Cuerpo repercutieron dolorosamente en Ella.
    Pero incluso en esta hora de agonía, María sabía que este sufrimiento era fructífero. Jesús la confió a Juan, y Juan a ella. Ella sabía que sería la Madre de todos los seguidores de su Hijo, todos los miembros de Su cuerpo renacidos a la gracia en el bautismo.

    Jesús, antes de entregar Su Espíritu, pronunció la última Palabra: En Tus manos encomiendo Mi espiritu y todo terminó.
    Cuando a María finalmente se le permitió tocar el Cuerpo de Jesús, lo acunó en Sus brazos.
    El Señor había realizado la obra para la cual había venido, pero María tuvo que esperar que se cumpliera la señal de Jonás, y pasara tres días ​​en el vientre de la tierra.
    Por la fe, Ella sabía que Su resurrección era inminente, pero al presente estaba llena de tristeza. Cuando Jesús fue sepultado en la tumba, yació también en el Corazón de María, y fue cubierto con el amor de la Madre.

    ¡María, Madre Dolorosísima! Ruega para que comprendamos el misterio de la Pasión de tu Hijo! Que podamos por Tu intercesión y nuestra meditación del Santísimo Rosario, ser colmados del mismo espíritu de amor que Te mantuvo fiel a Jesús en Su hora más oscura.

  6. Si Don Francisco, algunos lo asemejaban a Mozart, desde muy temprana edad daba conciertos y el Cardenal Bueno Monreal , al faltar su padre muy joven y ver los dotes que tenia lo amparó mucho, le costeo la carrera sacerdotal y se lo trajo desde Jaca hasta Sevilla. El se hizo sevillano de pro. Un sevillano de adopción. Tenia como hijos a sus dos extraordinarios órganos de la Seo Hispalense. Todos los días muy temprano celebraba misa en una capilla catedralicia y luego al coro a llevar el oficio litúrgico coral con sus instrumentos musicales. Un Gran sacerdote , alto, de imponente figura, de voz muy grave y siempre vestido de sacerdote . imponía cuando vestía el habito coral sevillano….. Una perdida irreparable para sevilla. Se va un hombre bueno, culto, un sacerdote santo y muy amante de la tradición y de las tradiciones y el modo antiguo de las celebraciones catedralicias.

  7. Si Don Francisco, algunos lo asemejaban a Mozart, desde muy temprana edad daba conciertos y el Cardenal Bueno Monreal , al faltar su padre muy joven y ver los dotes que tenia no amparo mucho, le costeo la carrera sacerdotal y se lo trajo desde Jaca hasta Sevilla. El se hizo sevillano de pro. Un sevillano de adopción. Tenia como hijos a sus dos extraordinarios órganos de la Seo Hispalense. Todos los días muy temprano celebraba misa en una capilla catedralicia y luego al coro a llevar el oficio litúrgico coral con sus instrumentos musicales. Un Gran sacerdote , alto, de imponente figura, de voz muy grave y siempre vestido de sacerdote . imponía cuando vestía el habito coral sevillano….. Una perdida irreparable para sevilla. Se va un hombre bueno, culto, un sacerdote santo y muy amante de la tradición y de las tradiciones y el modo antiguo de las celebraciones catedralicias.

  8. AÑO LITURGICO DOMINICANO

    Porqué hacer las estaciones del Viacrucis

    Monjas Dominicas del Monasterio de San Judas USA
    25 de Marzo de 2018

    ¿Por qué rezar las Estaciones de la Cruz durante la Cuaresma? ¿Porqué hacerlas en cualquier momento?
    Como miembros de la Orden de Predicadores hemos heredado la intensa devoción a la Pasión de Jesús que abrasó el corazón de Nuestro Santo Padre Domingo.
    Una forma aparentemente insignificante, pero muy poderosa, de conmemorarlo, es hacer las Estaciones de la Cruz.
    Las Estaciones de la Cruz o Viacrucis a menudo se hacen los viernes de Cuaresma en las Parroquias.
    Las hacemos comunitariamente en el monasterio el Viernes Santo, pero durante el resto del año cada Monja dedica un tiempo para unirse a Nuestro Señor en Su doloroso camino hacia el Calvario. Aunque esto está profundamente arraigado en nuestro carisma dominicano, hoy buscamos algunas ideas sobre el valor de esta antigua devoción cristiana, en el Beato Columba Marmion, Abad benedictino de Maredsous en Bélgica.

    Semana Santa, la Liturgia y las Estaciones del Viacrucis.
    Escribe Dom Marmion:

    La Pasión constituye el «Sancta sanctorum» del misterio de Jesús. Es el punto culminante de Su vida pública, la cumbre de su misión en este más acá, la obra en la que converge todo lo demás, o de la cual obtiene todo su valor.

    Cada año, durante la Semana Santa, la Iglesia conmemora en detalle sus diferentes fases. Todos los días, en el Sacrificio de la Misa, nos renueva el memorial y la realidad del mismo, para aplicarnos sus frutos.

    A este acto central de la liturgia se agrega una práctica piadosa [las estaciones del Viacrucis] que, a pesar de no formar parte del culto público oficial organizado por la Esposa de Cristo, se ha convertido en una devoción muy querida a las almas, debido a las abundantes gracias de las que es fuente. . . .

    La Virgen María y los primeros cristianos deben, más de una vez, haber retomado devotamente ese camino que Él corrió, regando con sus lágrimas los lugares santificados por los sufrimientos del Dios-hombre.

    ¡Qué hermoso es pensar que Nuestra Señora fue la primera en rezar esta devoción!
    Incluso cerca de la santa Casa de Éfeso, donde María vivió con San Juan Evangelista antes de Su Asunción, se encontró un Viacrucis.

    Tres razones por las que las Estaciones de la Cruz son especialmente fructíferas espiritualmente
    Continúa Dom Marmion:

    Esta contemplación de los sufrimientos de Jesús es muy fructífera. Estoy convencido de que fuera de los sacramentos y de los actos litúrgicos, no hay práctica más útil para nuestras almas que el Via Crucis hecho con devoción. [Y como miembros de la Orden de Predicadores agregamos: «¡Junto al Rosario, por supuesto!»] Es de soberana eficacia supernatural. ¿Y eso porqué?

    1) Primero, porque la Pasión de Jesús es Su obra por excelencia: casi todos sus detalles fueron profetizados. No hay otro misterio de Jesús cuyas circunstancias fueran tan cuidadosamente predichas por el salmista y los profetas.
    El Padre está complacido con todo lo que ha hecho Jesús.
    ¿Y cuál es el motivo de esto? Jesús durante Su Pasión honra y glorifica a Su Padre en una medida infinita, no sólo porque es el Hijo de Dios, sino también porque Se abandona a Sí mismo en la justicia y el amor que le pide Su Padre.

    2) También debemos amar y meditar la Pasión porque allí Cristo hace brillar también Sus virtudes. Él posee todas las virtudes en Su alma, pero la ocasión de manifestarlas se terció especialmente en Su Pasión. . . . Cuando contemplamos a Jesús en Su Pasión, vemos el ejemplo de nuestra vida, el modelo admirable y al mismo tiempo accesible de esas virtudes de compunción, abnegación y mansedumbre, que debemos practicar para llegar a ser como nuestra divina Cabeza: «Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame».

    3) Hay un tercer aspecto que con demasiada frecuencia olvidamos, pero que sin embargo es de extrema importancia. Cuando contemplamos los sufrimientos de Jesús, se nos concede, según la medida de nuestra fe, la gracia de poder practicar las virtudes que Él manifestó durante esas horas sagradas. ¿Cómo es eso?

    Cuando Cristo vivió en la tierra, emanó de Su Persona divina una fuerza todopoderosa que curó los cuerpos, iluminó las mentes y dio vida a las almas: «Un poder salió de Él y los sanó a todos».

    Algo análogo sucede cuando nos ponemos en contacto con Jesús por la fe. Ciertamente Cristo otorgó gracias especiales a aquéllos que, con amor, lo siguieron en el camino del Gólgota o estuvieron presentes en Su inmolación.
    Todavía mantiene ese poder. Y cuando, con espíritu de fe, compartiendo con Él Sus sufrimientos e imitándolo, lo seguimos desde el Pretorio hasta el Calvario y ocupamos nuestro sitio al pie de la cruz, Él nos da esas mismas gracias, y nos hace partícipes de los mismos favores.
    No olvides nunca que Cristo Jesús no es un modelo muerto e inerte. Viviendo siempre produce de manera sobrenatural, en aquéllos que se acercan a Él con las disposiciones requeridas, la perfección que contemplan en Su persona.

    Finalmente, el Beato Columba Marmion enfatiza cuán espiritualmente enriquecedor sea hacer personalmente el Vía Crucis durante todo el año, sin limitarse a los viernes de Cuaresma:

    Por eso, si suspendes tu trabajo durante varios momentos cada día, y abandonas tus preocupaciones, silenciando en tu corazón el ruido de todo lo creado, y acompañas al Dios-hombre en el camino al Calvario con fe, humildad y amor, con un deseo real de imitar las virtudes que manifiesta en su Pasión, ten la seguridad de que tu alma recibirá gracias selectas que la transformarán poco a poco a semejanza de Jesús crucificado. He aquí el resumen de la santidad.

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