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¿Ha escrito eso San José María Escrivá?

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He dicho varias veces que no soy gran conocedor del Opus Dei. Me envían las «tres campanadas» que me dicen escribió el santo, poco antes de su muerte, y si la atribución es verdadera y ese texto es del fundador del Opus Dei, que no lo sé, uno se queda asombrado de la clarividencia del santo y de su valentía al  expresarla.

Supongo que algún lector nos podrá confirmar la autenticidad porque pudiera tratarse de un texto falso. En cuyo caso lo mejor es olvidarse inmediatamente de él. Pero si así lo escribió es como para asombrarse, preocuparse y divulgarlo. Es precisamente el que no sea muy conocido, para mí era totalmente desconocido, lo que me hace sospechar del mismo. Que uno ya es muy mayor, y gallego, para creerse todo lo que por ahí circula. Sean los protocolos de los sabios de Sión, aquella famosa lista de cardenales y obispos masones o los mensajes apocalípticos de cualquier «aparición» mariana que la Iglesia no haya aceptado.

Yo os recomendaría, antes de perder el tiempo con la lectura del texto que os enlazo, esperar a que algún comentario nos lo autentifique. Y en caso de que así fuere, leedlo, porque sería muy importante. Si se tratase de una ingeniosa redacción hecha por alguien que se haya querido atribuir una autoría que le diera autoridad pues lo dicho. No vale la pena perder el tiempo con ello.

http://catholicvs.blogspot.com.es/2016/06/las-tres-campanadas-transcripcion-de.html

 

Comentarios
26 comentarios en “¿Ha escrito eso San José María Escrivá?
  1. BIBO, en tu post has escrito: «De hecho, Benedicto XVI tuvo que tomar cartas en el asunto y corrigir y reprender al Opus Dei, porque, por ejemplo, su método de llevar la dirección espiritual era contrario a las normas de la Iglesia». Desconocía esa intervención de Benedicto XVI. ¿De verdad se produjo? Si tienes datos me encantaría conocerlos o al menos saber cuál es la fuente para acudir a ella.

  2. Por aquella época, concretamente el 29 de junio de 1972 (hace hoy 44 años) el Papa Pablo VI, pronunció la famosa homilía en la que, entre otras cosas, decía:

    «Se diría que a través de alguna grieta ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios. Hay dudas, incertidumbre, problemática, inquietud, insatisfacción, confrontación. Ya no se confía en la Iglesia, se confía más en el primer profeta profano —que nos viene a hablar desde algún periódico o desde algún movimiento social— para seguirle y preguntarle si tiene la fórmula de la verdadera vida; y, por el contrario, no nos damos cuenta de que nosotros ya somos dueños y maestros de ella».

    «También en nosotros, los de la Iglesia, reina este estado de incertidumbre. Se creía que después del Concilio vendría un día de sol para la historia de la Iglesia. Por el contrario, ha venido un día de nubes, de tempestad, de oscuridad, de búsqueda, de incertidumbre y se siente fatiga en dar la alegría de la fe».

    «¿Cómo ha ocurrido todo esto? Nos, os confiaremos nuestro pensamiento: ha habido un poder, un poder adverso. Digamos su nombre: el Demonio. Este misterioso ser que está en la propia carta de San Pedro —que estamos comentando— y al que se hace alusión tantas y cuantas veces en el Evangelio —en los labios de Cristo— vuelve la mención de este enemigo del hombre. Creemos en algo preternatural venido al mundo precisamente para perturbar, para sofocar los frutos del Concilio ecuménico y para impedir que la Iglesia prorrumpiera en el himno de júbilo por tener de nuevo plena conciencia de sí misma».

  3. Ya en los años del postconcilio el pueblo católico comentaba: ¡Esta no es nuestra Religión Católica, que nos la han cambiado!. La gente sencilla, de a pie, rutinaria si se quiere en sus devociones pero muy clara y sincera en moral católica y en Liturgia Sacramental. Tanto cambio apresurado que han llevado hasta purgar textos del Nuevo Testamento con algunas traducciones modificadas, absolutamente rechazables, no podían ser menos que sentidas contrarias por el pueblo fiel aunque se le obligara a entrar por el aro como había ocurrido en tiempos del degollador de esposas Enrique VIII de Inglaterra con los católicos ingleses obligados a hacerse anglicanos o persecución y muerte, persecución que fue por cierto espantosa y sistemática aunque no se hable más que de la Inquisición española para distraer el objetivo.
    No hay más que leer las revistas que publicaban años 60 al 80 las instituciones religiosas como Yelda o Misión Abierta de los claretianos de los vigorosos dialécticos Forcano y Sebastián, pongamos por ejemplo. O la clerical Revista Vida Nueva bien maquetada, estética y atractivamente presentada que estaba en todas las bibliotecas de de colegios, noviciados, casas profesas y en las salas de visitas clericales de casas clericales que fue un auténtico caballo de troya en la desacralización y descatolización. Por contra, solamente dos Revistas dirigidas y escritas por seglares ahora llamados laicos resistieron cuanto pudieron, con el esfuerzo personal abandonadas en orfandad defendiéndose a capa y espada con aliento católico apologético: El Cruzado Español en Barcelona y sobre todo la denostadísima por tirios y troyanos Revista Qué Pasa? que en las bibliotecas han quedado como testimonio contra los diablos introducidos en la Iglesia de Dios para demolerla o más bien travarsarla al deísmo nihilista de la interconfesionalidad-interreligiosidad, ahora en trance de convertirse en Onu de las religiones como le ha pedido el político judío Peres a su amigo Francisco recientemente. Dos revistas aquellas, conscientes y resistentes y correosas que resultaron inreíblemente adelantadas para percibir el desastre eclesial que se nos venía encima.
    Hay a quien le saben mal las referencias al Apocalipsis y el acabamiento del mundo que ignoramos cuándo será, pero que será y que además pillará de improviso. Cierto que a través de la Historia hubo generaciones que sintieron próximo el tiempo escatológico, Pero pendiente está de que ocurra. Si acaso tengamos en cuenta que al presente la aberración de la desolación ya está instalada en el NAOS, así llamdo el mismos Altar de Dios o Santa Santorum que en griego se llama Naos que es Nave.
    Y digan ustedes si no ocurre ante nuestros propios ojos la advertencia de Jesucristo de que se apagaría la FE hasta el punto de perderla, hasta donde fuera posible, en los mismos escogidos.Com experimentamos en nosotros mismos ese agovio irrespirable asfixiante de la FE. Nos dejó Jesucristo en advertencia resonando en en el espacio sonoro vibrante esta interrogación: «¿Cuando vuelva le Hijo del Hombre encontrará LA FE sobre la tierra?» Dijo LA FE, no dijo fe creyente de creencia particulares o de grupos.
    Hay quien lo toma a broma, pero eso ya es otro problema de creídos-descreídos.
    El Opus ha tenido de todo en esta tormenta furibunda sobre el Lago, bandazos a izquierda y derecha, pero a pesar de sus trivialidades, superficialidades y señoritismos clasistas frivolidades ha tenido gentes meritísimas que han sostenido LA FE y no se dejaron trasvasar a interconfesionales-interreligiosos hasta no hace mucho. Es de agradecer. También ellos han sido impregnados en parte ya desde los inicios rupturistas, pero además han de andarse con pies de plomo para no verse desposeídos de La Fe y de sus bienes de supervivencia por un pulmazo de lo alto.

  4. Los textos son auténticos. Da la impresión de que Catolicvs no tiene autorización para publicar esos textos. Sin ser secretos, están protegidos por copyright de la Prelatura. Debería retirarlos o podría tener problemas legales.

  5. Por supuesto que San Josemaría describía la situación de caos que vivía la Iglesia entonces. Pero que no pensaba que fuera a acabar en tres días, sino que dicha situación tenía todos los visos de aumentar, lo demuestran las propias cartas en sí. Si no, se habría quedado callado hasta que hubiera pasado el temporal. Y en cuanto a «apocalipsis» de los que habla no sé qué comentarista, ¿quién ha hablado de ningún «apocalipsis»? Yo me he limitado a transcribir sus palabras, sin hacer comentario alguno al respecto. ¿Las palabras de San josemaría le parecen apolcalípticas? Pues lo serán o no, pero son suyas, no mías.

    En cuanto al tal Enrique de Diego, ignoro si es «ultraconservador» o «ultradestructor», o si el Opus Dei también le ha obligado a retirar su libro sobre la tercera campanada. Yo sólo he dicho que escribió ese libro. Nada más. Pero, nuevamente, eso prueba que las cartas son auténticas. Si no, ¿iban a obligarle a retirar un libro de ficción?

  6. Asombroso. Me sigo quedando pasmado ante la ignorancia de cómo funcionan las cosas, A PESAR, de que hoy en día hay información más que de sobra accesible a cualquiera que se moleste en buscarla.

    1- San Josemaría es santo. Punto.
    2- El Opus Dei tiene unos pocos documentos públicos, y una ingente mayoría de ellos privados, a los que solo pueden acceder los miembros de la obra en función de su posición dentro de la misma.
    3- Tanto es así, que cuando algunas páginas web como opuslibros los hicieron públicos, el Opus Dei tomó las medidas legales para evitarlo. Hasta entonces, el Opus Dei negaba que hubiera «secretos».
    3- La Santa Sede era desconocedora de esta situación hasta hace pocos años. De hecho, Benedicto XVI tuvo que tomar cartas en el asunto y corrigir y reprender al Opus Dei, porque, por ejemplo, su método de llevar la dirección espiritual era contrario a las normas de la Iglesia. Es necesario recordarlo para aquellos que siguen poniendo al Opus Dei como ejemplo de ortodoxia.
    4- Dentro de estos textos están las cartas del Prelado, y en aquel momento el Fundador. Lo que dicen estas campanadas no reflejan ni más ni menos el ambiente que había por esos años, y no dicen más que lo que dijeron otros muchos desde el Concilio hasta hoy. Ahora bien, eso se dijo de forma privada y otros lo hicieron de forma pública.
    5- Lamentablemente, y como en tantas otras cosas, este tipo de documentos se vienen usando por parte de muchos católicos que se afanan por predicar un ambiente apocalíptico cuyo núcleo consiste en que, en cuestión de meses, el Señor arrasará la faz de la tierra. Es una espantosa mezcla de Medjugorjes y Garabandales, visiones de místicas extrañas, y de profecías inventadas del santo de turno. Todo suma, independientemente de si es verdad o no, de si se está hablando de un tema o de otro. Y como dice el Papa «remalo» Francisco, «viven de eso». Esa es su fe.

  7. En la web oficial del Opus Dei, en el apartado 2, titulado «La tercera campanada», del capítulo XXiV de la biografía del Fundador escrita por Andrés Vázquez de Prada se lee:
    «… El más grave problema en que se encontró inmerso el Fundador en los últimos años de su vida fue la situación de la Iglesia, lo cual, para él, era fuente inagotable de dolor. A este «tiempo de prueba» para todos los cristianos, dedicó las tres últimas cartas a todos sus hijos. Dos de ellas en la primavera de 1973 y la tercera en febrero de 1974…»
    http://opusdei.es/es-es/article/2-la-tercera-campanada/

    En cuanto a la obra de Enrique de Diego titulada «La tercera campanada», Scriptor S.A. obligó a retirarla y destruirla:
    «… En concreto, la sociedad acusa al periodista ultraconservador de realizar un uso indebido de una carta que el 14 de febrero de 1974 emitió el fundador del Opus Dei…»
    http://www.elplural.com/2012/12/03/el-opus-solicita-que-se-destruya-un-libro-que-elogia-a-su-fundador-por-no-respetar-los-derechos-de-autor

  8. Que San José María escribió esas tres cartas a los miembros de la Obra, es completamente cierto, yo ya lo era entonces. No creo, respetado blogger que tengan ningún carácter profético. Simplemente recogen la preocupación pastoral del Fundador por su grey ante la grave crisis eclesial de los años en que se escribieron.
    En absoluto fueron resultado de ningún desencuentro con Pablo VI, que jamás los hubo. Todo lo contrario, como puede constatar cualquier lector, por ejemplo en el libro de Pilar Urbano «El hombre de Villa Tevere», capítulo XVII, donde podemos leer, refiriéndose a los años 70: «El Papa está consternado. El Papa está triste. Intenta parar el proceso de deterioro, de desvirtuación, de anarquía… Es como si la Iglesia se le fuera de las manos. Josemaría Escrivá piensa que éste es el momento de ir a consolar y a confortar al Padre común. El 25 de ese mismo mes de junio, va a visitarle: una audiencia privada que -rompiendo los protocolos de reloj- durará más de hora y cuarto. En cuanto el fundador del Opus Dei ve al Papa, se clava con las dos rodillas sobre el enlosado de mármol. Pablo VI se conmueve ante ese desusado gesto de fe y de sumisión filial. Concentra vigor en sus brazos y tira físicamente de Escrivá hacia arriba, forzándole a levantarse.»
    Debería hacernos reflexionar a todos los católicos, que unos textos que describen retazos de la descomposición de la Iglesia en esos años del siglo pasado, tengan esa sorprendente actualidad. Pero el «Santo de lo ordinario» aplicaba a sí mismo aquello de «No soy profeta ni hijo de profeta» (Amós 7.14).

  9. Son auténticas. Lo he corroborado con miembros de la Prelatura. Son muy VALIENTES! y profetizan de algún modo lo que ocurría y ocurrió en la Iglesia después del C.V II. La Obra no está contra el Concilio, ya que Don Álvaro del Portillo (primer sucesor, ya Beato, de Escrivá) colaboró con algunos documentos.
    Pero, la aplicación de algunas sugerencias pastorales, junto con los traspiés de muchas congregaciones, llevaron a San Josemaría a advertir a los suyos los peligros de un cambio dogmático más que pastoral.
    Son muy buenas para leer, reflexionar, y aplicarlas almomento actual, para ser muy FIELES A JESUCRISTO.

  10. Lo que hoy está pasado en la Iglesia no es nuevo. Ya en los años 70´muchos católicos estaban alarmados, por las nefastas consecuencias del CV II. La situación no ha mejorado, lo que pasa es que muchos católicos, ya se han acostumbrado a esta situación: faltas contínuas de respeto a la Eucaristia, desaparición de la confesión, sermones buenistas, etc. esto en los mejores casos, no siendo extraños los sacrilegios contra la Eucaristia y confesiones comunitarias inválidas. Se han banalizado la mayoría de sacramentos: bautismo, primeras comuniones, confirmaciones y matrimonios, se han convertido en fiestas sociales, con muy poco sentido religioso. Es habitual ver un desprecio o negación, por parte de muchos clérigos, de las enseñanzas de la Iglesia, etc.

    En cuanto a las 3 cartas llamadas campanadas, son ciertas, y ya fueron publicadas hace tiempo por Infocatolica. Y si la Cigueña tiene alguna duda, puede confirmar su existencia y contenido con miembros de Opus Dei. Creo que tienen una oficina de información de Madrid.

  11. Hablando del Opus Dei, hace unos días ha tenido lugar en Torreciudad un Seminario Internacional de Científicos y Religiones sobre la conservación del Medio Ambiente. Todo muy interreligioso y muy «francisquista». Si San Josemaría levantara la cabeza…:

    https://es.zenit.org/articles/espana-cientificos-senalan-en-rol-de-las-religiones-contra-el-cambio-climatico/?utm_medium=email&utm_campaign=Daily%20ZENIT%20%20Espanol&utm_content=Daily%20ZENIT%20%20Espanol+CID_9f031b23fde3eb60aa49e3bd493390ba&utm_source=Email_Newsletter&utm_term=Espaa%20Cientficos%20sealan%20en%20rol%20de%20las%20religiones%20contra%20el%20cambio%20climtico

  12. 1º. Yo leí en su día las tres campanadas, siendo miembro del Opus Dei. Pero la memoria no me da para tanto como para poder asegurar la total exactitud del texto publicado; aunque en mi opinión es este es exacto.
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    2º. Como dice Catholicvs, contienen básicamente dos tipos de recomendaciones: unas se refieren a la fidelidad a la Iglesia Universal y a la doctrina «de siempre» y otras se refieren a la fidelidad a la institución Opus Dei.
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    3º. Estas cartas se guardaban reservadamente y no se daban a leer a todos, sino a aquellos miembros que se consideraba oportuno. Acabado el tiempo de lectura, aunque no se hubiera concluido totalmente, se devolvía a la carta al director correspondiente para ser guardada reservadamente y en su caso se proseguía en la siguiente sesión.
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    4º. Estas cartas nunca se comunicaban a personas extrañas al Opus Dei, bajo ningún concepto.
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    5º. Ignoro si se aportaron al proceso de canonización.
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    6º. Se publicaron en una conocida página web, crítica con el Opus Dei, y éste consiguió una orden judicial para retirarlas.
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    7º. El Opus Dei también procedió judicialmente contra el libro de Enrique de Diego.
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    8º. En mi opinión el motivo por el cual no se quiere que sean publicas está en su doble contenido:
    a) Las críticas a la situación de la Iglesia serían muy mal vistas por todo el clero «progresista» entre los que se encuentran muchos cardenales y muchísimos obispos. En principio se pueden considerar acertadas.
    b) Las críticas a quienes no eran fieles a la institución son, en cambio, muy problemáticas, porque San Josemaría identificaba la perseverancia en el Opus Dei con la salvación eterna y esto es teológicamente un disparate. Una frase que no está en estas cartas, pero que se repetía bastante era «Si no pasáis por mi cabeza, si no pasáis por mi corazón, habéis equivocado el camino, no tenéis a Cristo». Esto es claramente un error.
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    9º. Por estos motivos el Opus Dei se opone por todos los medios a su alcance a la difusión de estas cartas.

  13. Sí, las famosas «campanadas» son completamente ciertas. Pertenecí a la institución muchos años y lo confirmo. Se trata de tres textos diferentes, escritos entre 1973 y 1974, que no son de libre acceso dentro de la Obra sino que están guardados bajo llave en todos los centros. De hecho la segunda carta, probablemente la más dura y más agria de todas, ni siquiera está en los centros normales, porque se mandó recoger poco tiempo después de entrar en circulación, ya que estaba dirigida en respuesta a un sacerdote que abandonó la Obra y que había escrito una carta cantándole las cuarenta a monseñor Escrivá. Hoy día solo se puede leer, convenientemente comentada, en convivencias o cursos de retiro de directores de alto rango.

  14. Es un texto impresionante, por su energía, por su profundidad y por que está claro que San Josemaría amaba a Jesucristo. Gracias por poner el enlace

  15. Pusillos no creo que ha dado suficiente evidencia de que los textos no sean de Monseñor Escrivá. Por otra parte, creo que en estos tiempos parece que resonaran más o que estuviese escrito como una especie de profecía; sin embargo, creo que todo eso ya se vivía en los años 70s y monseñor lo percibía con mayor sensibilidad y que ahora lo vemos así por el caos en el que vivimos en general.

  16. En mi grupo de católicos de Facebook, Católicos fieles a Cristo y María, hace años que de vez en cuando algún miembro/a publica esta profecía, más o menos resumida. Yo tampoco lo había leído dividido así con las TRES CAMPANADAS, hasta ayer. Pero el texto se viene compartiendo en las redes sociales hace años y personas cercanas al OPUS aseguran que lo han leído en sus grupos.

  17. Pues la primera vez que alguien me facilitó el texto de las tres campanadas fue en un disquete y era un sacerdote de la Obra. Con eso está dicho todo, aunque usted, don Francisco José no entienda la referencia, pues a menudo confiesa ser un ignaro informático.

    Y no se pase (o, lo que es peor, no presuma de pasarse) de mayor y de gallego, a ver si «mayor» va a acabar resultando «ignorante por escasez», y «gallego» «ignorante por excesivamente desconfiado». Que de todo eso también hay en la vida.

    Porque los protocolos de los sabios de Sión ni los escribirían sabios, ni de Sión, pero haga usted un poco de empatía histórica e intente entender cómo alguien en 1907 pudo trazar una hoja de ruta (al detalle y sin desviarse lo más mínimo) del cambio sociocultural exacto que iba a suponer el siglo XX, marcado, patrocinado, diseñado y dirigido por las élites gobernantes. Medite brevemente eso sin pensar en sabios ni Sión ni implicaciones políticas y luego hablamos de credulidad o desconfianza. El dedo y la luna.

    Y la famosa lista de cardenales y obispos forma parte de un sumario por asesinato. Sí, ya sé….

    Y distinga, por favor, y sin meter todo en el mismo saco, «apariciones» marianas que la Iglesia ha prohibido o negado, «apariciones» marianas que la Iglesia no ha aceptado…. TODAVÍA y «apariciones» marianas que la Iglesia sin admitir (aún, por razones canónicas y prácticas), recomienda por sus frutos y sus mensajes. Que no es lo mismo, pero lo mete en el mismo saco.
    Y si se queda con el componente apocalíptico de «apariciones» marianas, sin escuchar los mensajes de oración, penitencia, amor a la Eucaristía, respeto a los mandatos de la Iglesia, difusión del Evangelio….. es usted igual que los que ven Cuarto Milenio.

    Discreción. Que no es sólo no contar secretos. Por favor

  18. Además de por su notable interés en lo que a la vida de la Iglesia católica se refiere, también lo he publicado por coincidir con la festividad litúrgica de San Josemaría Escrivá de Balaguer, que se celebraba ayer, 26 de junio. También me gustaría aclarar varias cosas:

    1) Yo no he publicado el texto completo, sino sólo fragmentos.
    2) Sólo he dado cuenta de algunas partes referidas a la Iglesia universal y que nos afectan a todos los católicos, no sólo a los miembros de la Prelatura del Opus Dei. Es igual que transcribir parte de las cartas de Santa Teresa de Jesús, por ejemplo, aunque los Carmelitas tengan los derechos para publicarlas -o no hacerlo- en su totalidad -hecho que no cuestiono, aunque el pensamiento o palabras de cualquier santo sean patrimonio de toda la Iglesia y del interés de todos los católicos-.
    3) He omitido cualquier referencia a recomendaciones efectuadas por San Josemaría Escrivá a miembros del Opus Dei o a asuntos internos de la Prelatura.
    4) Desde que se hizo pública la sentencia, que data de finales de enero de 2013, el texto está ampliamente difundido en Internet, pudiendo encontrarlo y descargarlo cualquier internauta en muchas páginas web y blogs con sólo utilizar un buscador.
    5) Yo no he tenido acceso al documento original ni, por tanto, soy sospechoso de haberlo filtrado en Internet -como quizás sea el caso de la web demandada-.
    6) No tengo ninguna animadversión hacia la Prelatura del Opus Dei -nada sospechosa de heterodoxia doctrinal-, ni mucho menos hacia su Fundador, santo de todos los católicos.
    7) No me mueve ningún ánimo de lucro: mi blog sólo tiene como fin la mayor gloria de Dios y provecho de las almas.

    Que las cartas son auténticas, lo prueba el hecho de que el Opus Dei demandara a esa página web por publicarlas íntegramente, así como que una juez reconociera los derechos de autor de la Prelatura y que dictara sentencia condenatoria hacia la mencionada página web, obligando además a ésta a retirar las citadas cartas y a publicar la sentencia; lo cual sería absurdo si fueran falsas.

    Aclarado todo esto, que cada cual saque sus propias conclusiones.

  19. No hay nada de «secreto» ¡qué manía de hablar de secreto! Se trata simplemente de Cartas Pastorales dirigidas a los fieles de la Obra por el que era su Fundador y su Pastor nombrado por la Santa Sede. En el Opus Dei se han leído, meditado y comentado por todos los miembros. Todos sabíamos que eran un tesoro; que formaban parte de la catequesis y de la formación que el Fundador daba a toda la Obra. Son Cartas -como tantas otras- que describen con gran profundidad y acierto (las escribió una persona muy inteligente, muy informada y muy Santa) la situación del mundo y de la Iglesia, haciendo una llamada a vivir la vida cristiana con hondura. Cartas Pastorales normales, pero que pertenecen al Opus Dei. Jaime Sánchez.

  20. Y por si a alguien le queda aún alguna duda, la página web que publicaba el texto completo -a la que ya he mencionado-, da los datos judiciales por los que les han obligado a retirarlo, a los que acompaña una copia facsímil de la sentencia en documento PDF:

    «Tras la demanda de la prelatura del Opus Dei y de Scriptor S.A., alegando derechos de autor, esta obra se ha retirado en cumplimiento de la sentencia de la magistrada Doña Olga Martín Alonso, del Juzgado nº 10 de lo Mercantil de Madrid»

  21. Estimado D. Francisco José:
    Si vd. confía en nuestro más que estimado Luis Fernando Pérez Bustamante verá que, ya en diciembre de 2014, publicó extensos extractos de esas Campanadas en dos artículos titulados «¿Cuántos de vosotros sabíais que san Josemaría era profeta además de santo?».

    No dejo los enlaces porque no los acepta el espacio destinado a nuestros comentarios. Pero si en cualquier buscador se teclea «Infocatólica Campanadas Opus Dei» aparecen en el primer lugar.

    http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1412141032-icuantos-de-vosotros-sabiais

  22. Pues como el enlace que pone es a la última entrada de mi blog, que es donde he publicado parcialmente el texto de estas cartas de San Josemaría Escrivá, por alusiones le aclaro: el texto es totalmente auténtico. ¿La prueba? Conseguí el texto completo -yo no lo publico entero- hace varios años de una conocida página de «rebotados» del Opus Dei -imagino que muchos lectores la conocerán; yo no voy a hacerles publicidad-. Pues cuál no sería mi sorpresa cuando, recientemente, vi en esa misma página una nota aclarando que por decisión judicial habían tenido que retirar el texto de su web, porque el Opus Dei se había querellado contra ellos y el juez reconoció que los derechos de autor o de reproducción les pertenecía, al ser un documento «interno» destinado a fieles y sacerdotes de la Prelatura. Ése es el motivo por el que yo no he puesto todo el texto -paso de que me lo hagan retirar por orden judicial-. Así, me he limitado a trancribir sólo algunos fragmentos del texto, que pueden encontrarse fácilmente en Internet. También Enrique de Diego publicó en 2012 el libro «La tercera campanada», de la editorial Rambla -puede encontrarse fácilmente en La Casa del Libro y otras librerías-. Y, por último, la web oficial del Opus Dei habla de «las tres campanadas» -aunque no publica su texto-. Espero habérselo aclarado.

  23. Hace años leí dos de las tres campanadas. Miembros de la Obra me ratificaron su autenticidad, pero no supieron explicarme las razones por las que las mantienen tan en secreto. tras su lectura me quedé con la sensación que las redactó tras algún encontronazo con Pablo VI

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