| 20 junio, 2017
Uno tiene enorme confianza en Oriolt así que también me alegro mucho.
http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2017/06/primera-derrota-del-nacional-progresismo.html
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Ayer mismo hablé con dos amigos, uno de Barcelona y otro de Mallorca y los dos me pusieron bien a los nombrados. El de Barcelona a Gordo y el de Mallorca a Vadell.
Creo que se han desvanecido no pocas preocupaciones. Para celebrarlo.
Que un obispo haya estudiado y haya sido ordenado bajo el pontificado de Juan Pablo II no es garantía de nada. Muchos «progres» estudiaron y se ordenaron bajo el pontificado del papa polaco.
Yo digo que el nombramiento de Vadell es obra de Cañizares, probablemente por recomendación de su ahora auxiliar Javier Salinas y de su sufragáneo Jesús Murgui.
La alegría de Oriolt no se debe a la aquilatada fama de santidad de ambos, a su trabajo por los pobres (cuyos padres serán a partir de ahora), por su recia doctrina o por significarse en la lucha contra los lobos que atacan la Iglesia aquí y allá… sino: a) Porque no se han cumplido las quinielas de algunos; b) porque al no cumplirse, se han caído de la carrera por el capelo otros; c) porque el sigilo con el que se ha procedido ha llevado a la sorpresa de tantos; d) porque han estudiado y sido ordenados durante el pontificado de san Juan Pablo II; y e) que al no ser ninguno de los dos catalanes pata negra, han demostrado lo que piensan los electores sobre ese tipo de clero y su formación. Digamos que da por supuestos aquellos méritos de los candidatos precisamente por estos segundos, que no son méritos, sino meras circunstancias ninguna de las cuales es indudable índice de lo anterior. Espero sinceramente que su error lógico y de perspectiva no implique también el de su pronóstico. Porque si al menos Vadell, que es a quien he escuchado, piensa que lo han elegido por sus méritos, y no por lo que puede hacer con la gracia de Dios, aviaos van. Vamos. Y es el futuro del clero mallorquín, como de tantos otros lugares: mucha nueva evangelización pero no ves a nadie por debajo de 75 años en misa en los pueblos, y de 50 en capital. Salvo contadísimas excepciones que no suelen deberse al esfuerzo del clero. El que hay.
Me preocupa que uno de los nuevos obispos proceda del clero mallorquín, que es muy «progre». De hecho, Vadell hizo sus estudios en el Seminario bajo el pontificado de Teodoro Úbeda y supongo fue ordenado sacerdote por él.