FRANCISCO Y SUS VISITAS ARGENTINAS
El papa Francisco es constante en su insistencia en lo pastoral, aunque deje de lado lo doctrinario. Así fue cuando un día a un sacerdote muy estudioso, le ordenó: ¡basta de clases y cátedras! ¡ocúpate de la pastoral! Como si el estudio fuera inútil para iluminar la pastoral.
Tuvo en los años de pontificado muchas visitas de compatriotas; algunos fueron calurosamente recibidos; otros tuvieron que soportar cara de vinagre o de bragueta.
Desde el abrazo a Maradona hasta el beso al pornógrafo Tinelli, desde Milagro Sala hasta el “Caballo” Suárez, desde Cristina Kirchner hasta Alberto Fernández, desde Eugenio Zaffaroni hasta Estela Carlotto, desde Mauricio Macri hasta María Eugenia Vidal, de Guillermo Moreno hasta la escribana Cascales, entre muchos otros.
Pero ¿cuál fue la actitud del Pastor respecto a sus ovejas? ¿fue un pastor con olor a oveja? ¿se interesó por el estado del alma de sus visitantes y por su salvación eterna? ¿aprovechó la ocasión para confesar a alguno, perdonar en nombre de Dios sus pecados y decirle como Cristo a la adúltera: no te condeno, vete y no peques más.
O desaprovechó todas esas oportunidades pastorales para limitarse a la faz pública y política de la visita y poner entre paréntesis toda reflexión acerca de la vida espiritual personal, que tal vez podía producir una metanoia.
No podemos entrar en el interior de tantos visitantes, pero sí comprobar por su conducta personal, que nada cambió después de las visitas.
Los enemigos de Dios que no observan los tres primeros mandamientos de la Ley mosaica, siguen en lo mismo actuando como si Él no existiera o no se ocupase de los asuntos humanos.
Los que no cumplen los deberes hacia los padres y la patria, materia del cuarto, continúan burlándose de los principios inmediatos de ser y de gobierno, destruyendo el matrimonio y la familia y corrompiendo a la niñez y a la juventud con la enseñanza inspirada en la ideología de género y la educación sexual integral.
Quienes promocionaron y sancionaros la ley del aborto, siguen asesinando a muchísimos inocentes, potenciales argentinos. Son los mismos responsables de la inseguridad que todos los días se cobra víctimas en nuestras calles, rutas, plazas o viviendas, comercios, Bancos, etcétera. En los hechos, es la burla del quinto mandamiento.
Los fornicadores siguen haciéndolo, los adúlteros continúan adulterando ¿cuántas visitas fueron inducidas a respetar el sexto mandamiento?
El séptimo ordena no hurtar. El robo, el hurto, la malversación de caudales públicos, ha continuado y las visitas han dejado exhausta a la economía argentina.
El octavo manda no mentir. Y en la Argentina soportamos entre muchas mentiras, una inmensa, que fue el dibujo de la inflación que por obra de Guillermo Moreno quien engañó, al falsificar los índices, a millones de argentinos. Para colmo, su pareja fue designada por Francisco administradora de los fondos de una jornada de caridad, hecho denunciado por el Instituto de Filosofía Práctica (“Doce años de declaraciones que no necesitan aclaraciones”, 2017, p. 307 y ss.).
El noveno y el décimo mandamiento se refieren a deseos y codicias. Ojalá que alguna visita, movida por las exhortaciones de Francisco, hubiera rechazado los malos pensamientos. Pero este campo es interior y no podemos meternos.
Lo que sí podemos afirmar es que el papa argentino tiene una buena cuota de responsabilidad en las desgracias argentinas.
Buenos Aires, enero 31 de 2024.
Bernardino Montejano
Recuerdo cuando puntualizaba: «A España no; iré a Santiago» Un papa acomplejado, sectario, indocumentado es un papa en bancarrota. Uno que ejerce de tercermundista no es apto para pilotar la barca de Pedro. Se vuelve loco por entrevistarse con la escoria de la sociedad (las yolis y compañía) y luego vive con los complejos típicos de quienes no saben interpretar la historia sino de forma sectaria. Válgame el cielo.
Dime con quien andas y te diré quién eres.