A él, y a bastantes otros como él, se debe el espectacular vuelco del catolicismo francés. Agonizaba en el progresismo y renace esperanzadoramente con fuerza ya notable. Lo que hay de religión católica en Francia es ya prácticamente tradicional. En sus seminaristas, en sus jóvenes sacerdotes, en la única juventud que llega a la iglesias… Está costando más que la tradición llegue a los obispos pero también se va consiguiendo aunque demasiado lentamente. Y es costoso remover la losa del pasado. Aunque bajo ella sólo esté la muerte. Este resurgir católico en Francia no se debe a una persona sino que ha nacido a la vez en mil lugares. Cierto que monseñor Lefebvre fue bandera de no pocos y seguramente la figura más representativa en su época. Pero a su lado, bajo su dirección o al margen de ella, había unos cuantos más. Que se rebelaban contra el suicidio del catolicismo en Francia. Conocí a unos cuantos seglares, notabilísimos, que se embarcaron en ese combate: Ousset, Madiran, Clement, Penfentenyo, Auphan, Salleron, Thibon… Y con ellos unos cuantos clérigos de notable valía, no pocos seguidores del citado arzobispo francés. Aquella situación esquizofrénica de una Iglesia que se suicidaba y una resistencia al suicidio que era rechazada por esa Iglesia paranoica curiosamente afectó más al clero que al laicado. Éste enseguida supo, en parte considerable, lo que quería y donde lo podía encontrar. Sin guerras suicidas. Me parece verdaderamente encomiable el nivel del catolicismo francés que se buscó la vida como pudo y en general muy bien. En los eclesiásticos, pienso, hubo mucho más desgarro. Desde la excomunión oficial por las consagraciones a mil excomuniones privadas que transformaban a amigos queridísimos en adversarios radicales e irreconciliables. Y que continúan hoy en el clero. Tal vez porque los laicos sólo reclamemos el Cuerpo de Cristo y el perdón de nuestros pecados y los clérigos tengan más ambiciones temporales. En torno a monseñor Lefèbvre se reunieron sacerdotes eminentes no pocos de los cuales terminaron siguiendo otros caminos. Más radicales unos, en abierto cisma, y vueltos a la plena comunión con Roma otros. Entre estos últimos estaba el que hoy recordamos con motivo de su fallecimiento. A todos los que han contribuido al mantenimiento del rescoldo que quedaba del catolicismo francés y que gracias a ellos hoy ya es una llama esperanzadora, mi reconocimiento. En primer lugar a monseñor Lefèbvre, figura notabilísima, aunque no haya compartido todas sus posiciones. También a monseñor Fellay y a buena parte de sus seguidores por quienes rezo todos los días para su pleno regreso a Roma. De lo que pienso están muy cerca. Y por supuesto a todos los que habiendo partido de allí o de posiciones ideológicas próximas aunque nunca en ruptura con Roma han conseguido que una Iglesia agonizante sea hoy, pese a mil dificultades como les pusieron, un signo de esperanza y de vida católica. Los locos, que también los ha habido, hoy en el sedevacantismo proclamado o real, no me interesan nada. No son de los míos. Aunque haya que pedir, y pido, por su conversión. El sacerdote fallecido, en plena comunión eclesial, fue de los que tanto han hecho por la recuperación del catolicismo francés que en buena parte es ya tradicional. Y crece y se multiplica. Dios Nuestro Señor espero que le haya abrazado ya como siervo bueno y fiel. Descanse en paz Denis Coiffet, sacerdote de Jesucristo. http://www.riposte-catholique.fr/summorum-pontificum-blog/divers-summorum/rappel-a-dieu-de-labbe-denis-coiffet
Eso parece estar en razón, Rvd Canali. Porque resulta escandaloso que hasta a Lutero se le preparan fastos conjuntos interconfesionales para dentro de dos años por «pionero» reformista de la Iglesia a tenor de la expresión de Benedicto XVI y sin embargo cuanto es Católico incluida la Doctrina Conciliar Tridentina es declarado, como poco, obsoleto o desfasado cuando no cismático como ha ocurrido en el caso forzado Lefebvre rescatador y asegurador del sacerdocio litúrgico sacramental.
Los llamados interconfesionales ecuménicos que se han alzado con el Poder en la Religión Católica son así de inconsecuentes y desmotivadores. ¿Como es posible que se les exija a los católicos fieles a la ortopraxis y la ortodoxia que se conviertan a la heteropraxis que conlleva la heterodoxia y sin embargo a los heterodoxos objetivamente heréticos se les predique y aconseje mantenerse en sus particulares heterodoxias dentro de la Iglesia, que les acogerá tal cual sin necesidad de conversión ni retractación? ¿Se ha de ser transgresor rupturista para verse considerado ciudadano de la Iglesia con derechos personales a seguir su conciencia?
No se traiciona nada esencial en el sano ejercicio del pluralismo teológico y filosófico, mientras quede a salvo lo que dice el Apóstol: “Unus Dominus, una fides, unum baptisma». escribe usted, Rvdo canali.
Bien,¿ pero qué Señor,qué FE, qué Bautismo?¿Acaso se asume y se vive una mima FE y hay un solo Bautismo común para católicos y las demás confesiones de denominación cristiana? ¿Es el mismo Bautismo en agua y en Espíritu Santo o solo en agua como el que se narra en Hechos?
En Efesios 4 esribió San Pablo:»Os ruego, pues, yo el preso en Cristo, a caminar con la dignidad de la llamada a la que fuisteis convocados con toda humildad y mansedumbre, sostenidos mútuamente con el mayor ánimo en caridad, empeñados en mantener la UNIDAD del Espíritu en el vínculo de la paz. UN Cuerpo y UN Espíritu, tal como fuisteis llamados en UNA esperanza de vuestra vocación: UN Señor, UNA fe, UN Bautismo, UN Dios y Padre de todos, sobre todos y por entre todos y en todos. Pues a cada uno de nosotros se nos indujo LA GRACIA según la capacidad del don de Cristo…»
Se comprenderá por lo mismo que entre la Teología de la Doctrina de la Revelación y la teosofía consensuada como teología de la interconfesionalidad ecuménica, hay una diferencia abismal. Tanto como la Liturgia Sacramental de la Gracia Santificante respecto a la antropología inmanentista.
Monseñor Lefebvre ha sido una figura excepcional que se irá agigantando más en el decurso del tiempo.
Escuchando en audio sus conferencias a los seminaristas, se evidencia un hombre dee Dios, un gran teólogo y un apóstol. Con sus lapsus que las circunstancias adversas ayudaron no mucho a materializar, pero que en relación con su vida santa, su doctrina y su proyección a una Iglesia a la que amó con pasión y piedad filial, son meras nimiedades.
Por lo demás -yalgunos buenos sacerdotes de San Pío X- me lo han señalado: La figura irrepetible de Monseñor Lefèbvre no queda devaluada por las interpretaciones simplistas de algún espontáneo del tres al cuatro. Ruego cada día por la regularización de la Fraternidad, pues tras medio siglo, merecen una consideración eclesial superlativa, ganada a pulso, en el trabajo, la plegaria, el silencio y la obediencia.
«Y por supuesto a todos los que habiendo partido de allí o de posiciones ideológicas próximas aunque nunca en ruptura con Roma han conseguido que una Iglesia agonizante sea hoy, pese a mil dificultades como les pusieron, un signo de esperanza y de vida católica».
Que hay posicionamientos teológicos diferentes es histórico. Pero hay algo que siempre me he preguntado: ¿caben las ideologías en el seno de la Iglesia?.
Y no me estoy refiriendo a, por poner contrapuestos, Lefebvre/Boff. Puede haber muchas otras corrientes. ¿Hasta qué punto no se traiciona al Magisterio?
Hace unos días se ha publicado una nueva entrevista a Monseñor Fellay en la que el Superior General de la FSSPX se muestra conciliador y optimista:
http://www.adelantelafe.com/superior-fsspx-francisco-nos-considera-verdaderamente-como-catolicos/
Requiem aeternam dona ei Domine, et lux perpetua luceat ei. Requiescat in pace.
Me gustaría saber cual es la relación de un obispo francés concreto con el catolicismo tradicional: Dominique Rey, si algun comentarista fuera ducho en el tema lo agradecería.
Un comentario ecuánime que no ha solido mantener anteriormente cuando el señor blogger se refería a la persistencia del derecho de los fieles católicos a permanecer solo católicos sin interconfesionalizarse y en consecuencia a no seguir las consignas y empellones hacia la interreligiosidad deísta del conciliarismo.
No estar conformes con Mons. lefebvre en todo no quiere decir que el santo varón Lefebvre no estuviera en lo fundamental dentro mismo de la Catolicidad y en la FE de la Revelación. Otros eran los que se marginaban aunque sean los detentores de la potestad del mando y ordeno desacralizador evidente.
Vendrán los opusinos rieristas a arremetar contra la evidencia, pero los hechos son los que son. Acusan de discrepar del conciliarismo, aunque ellos no tienen el menor empacho, incluso se sienten obligados en conciencia, en mostrar su discrepancia y crítica frente a las disposiciones y fraseología inconsistente si se produce de Francisco. Muy inconsecuentes porque les pueden sus filias y sus fobias de interés y estabilidad personal.
Hay que pedir y pide el señor blogger por la conversión de sedevacantistas y similares.¿ Pero conversión a qué y hacia dónde? Porque resulta curioso que gracias a la resistencia católica confiesa que «todos los que habiendo partido de allí o de posiciones ideológicas próximas aunque nunca en ruptura con Roma han conseguido que una Iglesia agonizante sea hoy, pese a mil dificultades como les pusieron, un signo de esperanza y de vida católica».¿En qué quedamos, decadencia o repristinación?
Por mucho que se quiera rizar el rizo de las contradicciones que nos envuelven la formulación aquella del episcopado francés conciliarista tenía que resultar fatal para la religión Católica:»El SACERDOCIO COMÚN de los fieles» al que hubo de salir al quite Pablo VI con la frase de diferente al sacerdocio ministerial y no solo en grado.
Ahí está la almendra amarga envenenada: el negacionismo del MINISTERIO SACERDOTAL, que no es lo mismo que sacerdocio ministerial aunque parezca un simple juego de palabras. Es lo que ha salvado providencialmente Mons. Lefebvre con independencia de los vaivenes del lefebvrismo y lefebvristas.