Explicaciones de González Guadalix

Soy testigo de que no había nada censurable en los artículos que han hecho retirar a Don Jorge Gonzalez.
Al contrario, rezuman sensatez, cordura, sentido común y sobre todo catolicismo, pero de el de verdad.
Me imagino que en su covichuela el nuevo obispo le habrá dicho al vicario correspondiente que hablase con Don Jorge para que retirara esos artículos (esas cosas mejor a traves de interpuestos, que dar la cara). El interpuesto habra preguntado en la covichuela que con que argumento, pues no habia realmente nada censurable. La mirada del obispo de debió de volver torva, y le dijo, el de autoridad.
Y supongo que el interfecto, llamó a Don Jorge (estas cosas mejor a distancia que cara a cara), y le dijo que por autoridad tenía que retirar los artículos.
Don Jorge diría que que si pero que porque exactamente.
Como el auxiliar desauxiliado no sabria que decir, preguntaría: Tu tienes voto de obedicencia? Si, respondería D. J. Incluso aunque el obispo se equivoque? Si. Y tu te equivocas obedeciendo al obispo aunque este se equivoque? Depende.
El auxiliar, ya sin argumentos y cabreado le diría, tu quitas esos articulos porque un simple cura de pueblo no puede joder el capelo cardenalicio a su obispo, que lo tiene a tiro de piedra. Entendido? y si no lo haces te voy a hacer la vida imposible, a ti, a tus parroquias y a las monjas esas con las que montas campamentos. Ok, ok, los retiro, pero por las monjas.

Esta frase del cardenal portugués es de traca: «La JMJ es un gran e inolvidable evento ya que conecta a más de un millón de jóvenes (…) para mostrarle al mundo que la guerra y la dictadura de la indiferencia y la desigualdad entre los seres humanos no son inevitables».
Parece que pretende remedar a Ratzinger y lo que dice no es más que un sinsentido y un disparate. Ratzinger denunció la «dictadura del relativismo» en una homilía histórica. Este otro incalificable se pone solemne y denuncia la «dictadura de la indiferencia y la desigualdad entre los seres humanos».
Pero es que resulta que la dictadura del relativismo está ahí. El relativismo se nos impone por activa y por pasiva a través de todas las instancias de producción cultural (literatura, filosofía, divulgación científica, prensa, radio, televisión, videojuegos, cine…) En cambio la dictadura de la indiferencia y la desigualdad son entelequias absurdas que se ha inventado este señor.
La dictadura de la indiferencia no existe. Ahora mismo no hay ninguna ideología que imponga la indiferencia como pauta de comportamiento. A menos, claro está, que el cardenal se esté refiriendo al budismo para señalarlo como enemigo, cosa que dudo mucho. La indiferencia o pasotismo le sale a uno de dentro, es consecuencia de la pereza, y no está implantada como dictadura en ningún sitio salvo quizás en los regímenes totalitarios de izquierda, como China o Corea del Norte, donde preocuparte por el vecino puede acabar contigo en la cárcel o en el patíbulo.
En cuanto a la supuesta «dictadura de la desigualdad entre los seres humanos», tres cuartas partes de lo mismo. Una frase que no pinta nada en un contexto de anuncio de la Palabra de Dios a los jóvenes. Y que sobre todo es absurda, porque la desigualdad no es una dictadura sino un estado de cosas. Por no decir que la verdadera dictadura que padecemos no es la de la desigualdad, sino la del igualitarismo plebeyo de la masa.
Si los jóvenes se han reunido en Lisboa para mostrarle al mundo eso que dice el cardenal, la verdad es que podían haberse ahorrado el viaje.