| 09 enero, 2018
No soy yo precisamente un entusiasta de Don Amadeo pero esta pastoral suya me parece buenísima. Deberían todos los obispos españoles reproducirla y los párrocos leerla en sus parroquias como magnífica homilía.
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Ha hecho verdad una vez más aquello de que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Todo está bien en su escrito.
A mí me gustó especialmente, aunque no sea lo más importante, lo que dice de la música si es que a eso se le puede llamar música. Ya somos dos en la campaña contra el tachunda chunda. Bienvenido a ella, Don Amadeo.
En cuanto a la parte «interna» del que comulga o no , que es personal efectivamente, se la debe ayudar por el recogimiento, las posturas, cantos adecuados como indica la pastoral ¿Y los que no pueden comulgar por sus circunstancias personales? Se habla mucho de comunión «espiritual» (también se ha hecho para los divorciados). ¿Qué comunión espiritual se puede dar si no estoy en estado de graciaobjetivo? Cabe la oración del publicano, pedir esa gracia, fuerza para salir de mi estado, reconocerme como pecador» in facto», etc. pero esa unión con Dios no es posible. No confundamos los términos, por favor, porque el lenguaje es importante. Comunión espiritual es la que se hace en una visita al Santísimo, en un momento de fervor, porque no podemos recibir al Señor por haberlo hecho ya, por que no podemos asisitr a Misa e , incluso, porque estando en ella no tenemos cumplidas las normas de ayuno eucarístico, etc. Pero lo primero , para querer unirnos con Dios, es no estar apartado de El por el pecado grave o mortal y ese rezar durante la comunión eucarística podrá alcanzar las gracias y fuerzas para ir al sacramento de la Confesión y así «poder alegrarnos de vivir en paz Contigo».
Hay dos realidades que presenta la pastoral: una externa y otra interna y personal. La externa, la que todos captamos, supone saber qué se hace o con Quién se trata. Este saber hacer le corresponde mucho a los sacerdotes que deben insistir en cómo comportarse, desde no salir a comulgar con «revuelo» hasta que el sacerdote ha sumido el cáliz y ha dicho la antífona, hasta el orden externo. Alguien ha señalado, con mucho acierto, que la educación y las buenas formas es la experesión interna de la caridad pero, si ésta no se diera, sigue siendo forma externa no abandonable. Este orden externo , sin «colarse», querer llegar el primero, entradas laterlaes (que los sacerdotes atienden, por cierto) etc. depende del oficiente o quién delegue, ¿se puede uno suponer que una audiencia ante el rey o ante un dirigente importante de cualquier tipo, la gente, para saludarle, se cuele, haga otra fila paralela, hablen o saluden?. Pues a ser coherentes con lo que se cree, por lo menos por quienes ofician y creemos que , cuando comulgamos estamos delante de Alguien, de un Rey, más importante que todo lo descrito.
En cuanto a la necesidad de confesarse antes de comulgar en el caso de estar en pecado grave, lo que sucede es que el católico español se consdera «impecable». La mayoría de los o más bien «las» que por algún motivo raro suelen decirle al sacerdote que no tienen pecados. Las hay que después de 25 años de no confesarse le diicen algo así como «he dicho palabrotas», y probablemente una lista de cosa «buenas» que según ellas hacen o los vicios del marido. Otra dirán que «no hago daño a nadie». El pobre cura tiene que ponerse a hacerle preguntas en un intento de lograr una confesión válida. Los hay que ni siquiera después de un buen número de preguntas le aseguran que no han cometido ningún pecado. Al cura de la da ganas de decirle «usted ha venido al lugra equivocado» o «usted es un fenóeno úntico» y no necesita de Jesucristo que vino a salvarnos a todos del pecado». El problema es más grave que simpleente ir a confesarse. Como no confiesa nada, no hay sacramento. Les puede dar una bendición.
Estoy completamente de acuerdo con Echenique. Hace poco sabíamos gracias a Infocatólica que en Polonia va a Misa todos los domingos cerca de un 40% de los católicos, pero sólo comulga un 16%. Por el contrario, en España comulga más del 90% de los que van a Misa, mientras los confesonarios, si existen, están cogiendo telarañas, lo cual no parece importarle a la jerarquía.
Excelente documento. Además me parece muy oportuno, tanto para muchos fieles como para algunos sacerdotes que fomentan o permiten algunos de los elementos disruptivos de los que habla Don Amadeo.
Lo siento, pero el gran problema de la comunión hoy día son las comuniones sacrílegas, en pecado mortal. Hay muchísima gente que no se confiesa y comulga en pecado mortal, quizás porque no saben que no se puede comulgar en pecado mortal o incluso ignoran que lo están, porque ni los obispos ni el papa lo recuerdan. Es más, la demoledora Amoris fomenta la comunión en pecado. Yo calculo que un 80% de los que se dicen católicos comulga en pecado mortal porque no se confiesan. El obispo de Jaén, y en esto no es la excepción, ni toca el tema. No se atreve, como no se atreve ninguno. Son unos timoratos que se hacen corresponsables de ese 80% de comuniones sacrílegas. Son pastores que ni siquiera se pastorean a ellos sólos. ¡ Cobardes ! ¡ Se os pedirá cuentas !