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Un excelente artículo en Religión Digital

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Religión Digital

No me duelen prendas decir que entro en ella todos los días. Naturalmente leo los titulares y entro sólo en aquellos que me parecen de algún interés. Y en poquísimos blogueros dada la enorme panoplia de los mismos. Generalmente con discrepancia en pocos casos parcial y normalmente general.

Conozco mucho la casa pues no en vano viví en ella unos cuatros años. Y he dicho muchas veces que con un absoluto respeto por su parte a mi libertad. Y eso no se olvida. Ni en el recuerdo ni en el agradecimiento. Aunque uno fuera, en mención literaria, una isla en el Mar Rojo. Y entendedme lo de rojo como metáfora.

Aquello ha hecho,  posiblemente, un fenómeno tal vez extraño, en nuestros disentimientos, evidentísimos, no hay nombres personales. Ni por ellos ni por mí. Y me parece bien. Hay un rescoldo de afecto personal que permanece por encima de nuestras claras divergencias. A lo largo del año me tropiezo algunas veces con José Manuel Vidal y con Jesús Bastante y siempre hay un saludo cordial y algunas frases amables. Sabiendo los tres, porque tontos no somos ninguno, lo encontrado de nuestras posiciones. Pero no personalizamos nuestras clarísimas disidencias.

Ayer vi una entrada en RD que me tentó a entrar. Seguramente la limitación del tiempo no lo hizo posible. Pero esta mañana lo leí y me pareció un excelente artículo. ¿En la tónica de la página de dar alguna entrada, por minoritaria que sea, a opiniones no coincidentes con la línea habitual? ¿Cómo lo era yo? Es muy posible. Y entra en la línea de un gallego tan gallego como el director de la web. Aunque choque tanto con otro gallego que no lo es menos que él. Ambos de la Galicia más profunda de la que los gallegos periféricos como yo somos meros aprendices. Se decía que los de Vigo éramos, o queríamos ser, ingleses. Si bien jamás tuve yo la menor simpatía por la pérfida Albión.

Y a lo que iba, perdido siempre en los prólogos. El artículo de Santiago Panizo Orallo que os enlazo me parece actualísimo y buenísimo. No tenía ni idea de la existencia de esa persona lo que sin duda se debe a mis tantas ignorancias. Sacerdote de 86 años, doctor en ambos derechos (Comillas y Madrid), con relevantes cargos eclesiales y docentes, ha publicado un artículo que merece ser leído. Os lo enlazo:

http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2017/03/19/un-senor-de-ponferrada-lo-ve-oscuro-religion-iglesia-dios-jesus-papa-francisco-fe-misa-televisada-unidos-podemos-cristianos-persecucion-miedo-defensa.shtml

 

Comentarios
3 comentarios en “Un excelente artículo en Religión Digital
  1. Santiago Panizo es un clásico del Derecho Canónico, y no es infrecuente verlo en San Dámaso dando conferencias, o algún curso que otro, de Derecho Matrimonial Canónico. Es muy respetado, sobretodo, por sus sentencias de sus tiempos de la Rota y sus posiciones doctrinales jurídicas. Dicho lo anterior, es un plasta de narices y con los años se ha vuelto cursi. Aún tengo los últimos apuntes de unas sesiones sobre el proceso breve y son ilegibles por lo pedante que resultan. No obstante, en unos días voy a ir a escucharlo a una conferencia sobre la reforma del Mitis Iudex, que siempre se aprende algo, porque saber…sabe.

  2. ¿Este cura visita enfermos? ¿Les pregunta o se interesa por que reciban o puedan recibir una misa al menos una vez a la semana, y les ofrece distintos medios de acercarse a la Eucaristía, aunque sea en espíritu?… Lo digo porque que este cura desconozca que se hace una misa católica en la 2 o más recientemente en 13TV, me parece cuando menos bastante lamentable. Y, por otra, bastante sintomático del nivel de formación e información del clero español. Aunque cabe la posibilidad de que tan solo sea un recurso retórico para su artículo. Pero vamos… no me ha gustado.

  3. Pues el de De Prada sublime. JUAN MANUEL DE PRADA – ABC – 18/03/17

    Últimamente, Pablo Iglesias ha emprendido batalla contra la emisión de la misa en la televisión pública, que como todo el mundo sabe es una de las más crueles opresiones que se ejercen contra la «gente». Con Podemos ocurre siempre lo mismo: nos asegura que quiere acabar con los abusos de la plutocracia, pero resulta que a la hora de la verdad sólo quiere acabar con las capillas universitarias; nos hace pensar que viene a dinamitar el sometimiento de la política a la alta finanza, pero a la postre sólo dinamita la letra del padrenuestro; condena la utilización de los medios de comunicación para anestesiar las conciencias, pero se conforma con suprimir la misa televisada. Resulta, en verdad, llamativa esta obsesión antirreligiosa, que por lo demás comparte con todos los progres sistémicos, a izquierda y derecha.
    Hace ya un siglo, Miguel de Unamuno escribía una diatriba contra esta obsesión antirreligiosa arraigada en ámbitos izquierdistas. A Unamuno le resultaba desquiciante que los semanarios socialistas dedicasen a ofender a los católicos «una buena parte de las columnas que deberían dedicar a combatir los abusos del capitalismo burgués». Y denunciaba que en las filas socialistas hubiese «fanáticos que prefieren un país sin religión alguna aunque bajo el más desenfrenado capitalismo y con la mayor desigualdad económica a un país socialista y religioso».
    Frente a esta actitud fanática, Unamuno consideraba que «sólo la religión puede salvar el ideal socialista»; y afirmaba que «un sistema económico que, como el socialismo, exige la mayor abnegación, la supresión de todos los instintos egoístas, el mayor desarrollo del sentido del deber, se destruye a sí mismo si rechaza por principio la creencia en Dios y en la religión. Si efectivamente el socialismo pudiese tomar realidad hasta cierto punto, los hombres tendrían necesidad de ser sostenidos por su fe en Dios, por su fe religiosa».
    Unamuno, en fin, consideraba que el «inextinguible anhelo de una vida trascendente» es el mejor acicate del que dispone el hombre para «dar conciencia y finalidad» a esta vida, para liberarla de las iniquidades de los «agiotistas» (o sea, los usureros y los especuladores). Unamuno concluía (y aquí es donde se mostraba más clarividente) que esta actitud antirreligiosa de los socialistas era consecuencia de la infiltración del «radicalismo internacionalista, el cientifismo pedantesco y el mamonismo».
    Que es, exactamente, lo que ocurre en Podemos, una organización que esconde, bajo el aspaviento y la farfolla anticapitalista, una sumisión absoluta a los postulados de lo que Unamuno denominaba «mamonismo». Hace unos días, las fundaciones presididas por el especulador financiero Georges Soros hacían pública una lista de «aliados fiables» en el continente europeo entre los que, ¡oh sorpresa!, se hallaba Pablo Iglesias. En efecto, el radicalismo internacionalista sabe que el principal escollo para la imposición universal de sus designios es el anhelo de una vida trascendente que dé conciencia y finalidad a esta vida.
    Pablo Iglesias, bajo el disfraz contestatario, vuelve a probarnos que es un lacayo de la infiltración denunciada hace un siglo por Unamuno. Y, como buen lacayo, sabe también que el hueco que deje la misa en la programación televisiva deberán ocuparlo –según acaba de proclamar– «contenidos que defiendan la diversidad y la educación sexual». O sea, exactamente lo mismo que defiende el catecismo mamonista de izquierdas y derechas.
    Iglesias es, en fin, el monaguillo elegido por el mamonismo internacionalista para reconducir el descontento social de los españoles hacia su misa negra.

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