| 14 diciembre, 2021
Aunque nadie más informara del delicado estado de la misma.
Es el propio arzobispo quien nos da cuenta de ello y de como gracias a Dios parece que lo está superando.
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Al tiempo que nos hace unas atinadas consideraciones sobre la próxima Navidad;
Mons. Aguer: «¡Feliz Navidad para todos! Agradezco las oraciones por mi salud»
Nos vamos acercando a la Navidad. Y esto que anteriormente era un hecho importante para todos, ha desaparecido en muchos ambientes. Primero fue trasladado por «las fiestas»; ya ni siquiera eso. Hay que retomar su celebración, incluso humanamente. Aunque sea para las «fiestas», la gente se reunía en familia, aunque fuera con poca práctica religiosa, y poca fe; ahora ni siquiera eso.
Ante esto, los católicos no debemos desanimarnos; y seguir anunciando, con pasión, a Jesucristo. Debemos recuperar, con fuerza, las realidades cristianas; y, por lo tanto, humanas. Nadie puede afligirse por ello. Aun en nuestro mundo descristianizado, Navidad será siempre signo de Paz y Reconciliación. Hay que asociarse, entonces, al Hecho Navideño; que es, también, un hecho social y cultural. Si eso desaparece, desaparece todo.
El gran desafío para nosotros, los católicos, es recuperar la frecuencia de los sacramentos. Gran aporte haremos, en nuestras sociedades tan lejos de Dios, si empezamos nosotros, por casa, a vivir y celebrar con coherencia la Navidad. Tomemos como ejemplo a nuestros hermanos cristianos que son minoría, en países y contextos culturales con declarada persecución a la Fe. Ahí no hay lugar para ser tibios. El suyo es un ejemplo admirable de fe, y coraje. Por lo tanto, mucho ánimo, para rehacer, todo lo que podamos; especialmente en nuestro Occidente hostil al Señor, y su Iglesia. Nos servirá para ello, comprender definitivamente que la Navidad no es un fenómeno anual; sino una realidad de cada día. De ello depende, en buena medida, que la Iglesia viva. Debemos ser católicos, en serio, todos los días del año; y no solo intentar serlo en una sola jornada.
En otro orden, quiero agradecerles las oraciones, y los buenos deseos; que, a través de «InfoCatólica», y otros medios, me hicieron llegar creyentes y hombres de buena voluntad, de distintas partes del mundo. Fueron varios días, bien difíciles; con sucesivas intervenciones quirúrgicas. Gracias a Dios, me he sentido muy acompañado por las plegarias de todos; y fui muy bien atendido por las Hijas de San Camilo, su Capellán, y el muy eficiente equipo de médicos, y demás personal de salud. Ofrezco todo por la Iglesia; y, en particular, por los sacerdotes. Dios mediante, según me informan los profesionales, en los próximos días podré regresar al Hogar Sacerdotal.
Con honda gratitud, les dejo mi bendición en el Señor que Viene…
+ Héctor Aguer
Diacono Permanente Carlos Uranga, quiero expresar mi gran alegria por esta noticia tan alagueña de la senseble mejora de salud
del querido Monseñor Hector Aguer.
Y como si eso fuera poco, nos deja esta siempre actual y cada dia mas necesaria reflexion sobre la Navidad.
Oro por su pronta y total recuperacion de su salud.
¡Qué alegría me da leer que Mons. Aguer está mejor…! ¡Gracias sean dadas a Dios!
Agradezco a Dios su recuperaciòn, querido Monseñor Aguer… Habìa leìdo de su mala salud, pero al no tener novedades posteriores, supuse que habìa sido una noticia falsa. Por si acaso igualmente lo encomendè al Señor. Feliz Navidad, querido Padre!
Nos alegramos de su recuperación y destaco porque es lo que he creido siempre que «la Navidad no es un fenómeno anual; sino una realidad de cada día.»
Pues me alegro infinitamente de que esté mejor semejante luminaria de la Iglesia, uno de los mejores prelados del mundo, cuyas palabras se cuentan por aciertos y a quien espero que Nuestro Señor nos lo deje entre nosotros muchísimos años, con esa misma claridad de mente y esa inteligencia.
Quedó Una Rosa Preñada
con el Agua del Rocio;
y
Manó de Ella tal Río
que la Tierra fue anegada.
Y, -como ocurre en Neguev-,
donde tan sólo había yermo,
floreció un jardín eterno;
y nunca más hubo sed…
Pues que El Agua caudalosa
que Salta a la Vida Eterna,
Manó de Aquella Cisterna
que El Rocío Hizo en La Rosa…
La Cual jamás se marchita;
que por siempre Anda Lozana.
Que es tanta el Agua que Mana,
que Da la Vida infinita…
Magnífico !
Muchas gracias,Isaac.Doy por hecho que has sabido captar perfectamente las alusiones bíblicas.
Reza por mí.