Supongo que escala y que Braganza do Pará, diócesis para la que acaba de ser nombrado obispo, es más importante que Cametá, para la que había sido nombrado obispo por Juan Pablo II en el 2000. Si estoy equivocado en mi suposición, ahora no me apetece ver extensión, número de sacerdotes, religiosos y religiosas… pues en vez de escalar, desescala.
Los agustinos recoletos tenían su caladero vocacional en Navarra y provincias aledañas. Hoy me parece que esos caladeros se han agotado y la orden languidece. Por la fotografía que publica Ecclesia parece despechugado. El hábito mendicante creo que no lleva blanca doble o cuello romano. Desaparecido prácticamente el hábito los más observantes se han pasado al clergyman, sobre todo si son obispos. Este parece que prefiere ir cásual.
No creo que tenga la menor importancia informativa que Jesús María Cizaurre, recoleto navarro sea obispo de Braganza do Pará o de Cametá. Hasta es posible que no tenga ninguna importancia que sea obispo. Si lo traigo al Blog es exclusivamente por tratarse de un español que cambia de destino episcopal. Y en un día, hasta el momento, sin noticias más importantes. Mis deseos para él son que lo haga bien. Ya el hacerlo es cosa suya.
El hábito es señal inequívoca de entrega absoluta a Dios y a su Iglesia.Quien no lo lleva, tapa dicha entrega, que debe ser una, entera y total.Debería ser rigurosamente obligatorio.Quien no quiera que lo reconozcan como cura o como monje, que se meta filatélico, vendedor de corbatas, directivo de balonmano, líder sindical o peluquero.
Es tan sólo un obispo mediocre. Continuará haciendo lo que siempre ha hecho, o sea, casi nada con respecto a las necesidades reales de un pueblo sediento de Dios , no de las palabras y de soluciones simplemente humanas .
También es «deshabitación» religiosa el que los clérigos sólo en ocasiones vistan sotana, clergyman …
Esta mañana he visto con bermudas a un fraile franciscano, de unos 75 años, sacerdote, que celebra Misa en su convento de Nuestra Señora de los Ángeles en Valencia.
A mí me causa mal efecto ver a este religioso de esa guisa por la calle e imaginármelo luego en la consagración.
Tanto una como otra diócesis son, como buena parte de las diócesis brasileñas, extensísimas y sin apenas clero para cubrirlas. Aquella a la que le desplazan está bastante más poblada, pero también es mucho más extensa y tiene apenas cuarenta sacerdotes para atender a un millón de fieles y 70000 kilómetros cuadrados (Por comparación, Madrid tiene menos de 4000 kilómetros cuadrados y unos 3000 sacerdotes para una población de unos 3 millones de fieles).
Para los que somos católicos de a pie no deja de sorprender las vestimentas del clero. Resulta que, efectivamente, los obispos suelen optar por el clergyman, pero si se presentan en el Vaticano, en actos oficiales, se ponen la sotana episcopal o cardenalicia. Según eso debería hacer lo mismo el Papa pero ¿quedaría bien o mal?.
Hay cargos que deberían conllevar ciertas cargas, incluídas las externas. Y las formas de vestir no son indiferentes por mas que se diga lo contrario, dan , quitan, dignifican o depravan, dicen sobre la persona y sus preferencias estéticas y eticas, sus grupos de adhesión o a veces hasta su ideología.
En la Iglesia no se da en los trajes reglamentarios todo esto, pero sí que hay connotaciones como en el vestir político: todos descamisados porque es lo que lleva la izquierda que -aunque se diga lo contrario- manda en las modas perceptivas del pueblo, al que no se le ofrece otros modelos alternativos y aceptados. Y ya es conocido que la estética es reflejo de la ética, y ésta no es muy fuerte en la mayoría política. ¿La clase eclesiástica no quiere pasar por «pasada» (¿de qué?) en sus vestimentas?.