| 27 octubre, 2022
Bastante conocido en Madrid.
Sin comentarios por mi parte.
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“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)
“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)
Bastante conocido en Madrid.
Sin comentarios por mi parte.
Estaba claro que no podíamos echar las campanas al vuelo por la foto de la beatificación.
Puede acabar como el llamado Padre Apeles. Eso sí, convencido de estar evangelizando.
D. Francisco: si no me equivoco él es uno de los que aparecía con riguroso hábito en una fotografía que público hace unos días. Con lo cual se puede deducir y sin que sirva de precedente, que el hábito no hace al monje o que aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
La Orden de los redentoristas está muy mal.
Este tipo no es más que un payaso adulador de sí mismo. Aparece en esos videos cortos que él mismo se hace con un look impecable, siempre de clergyman, aunque él mismo reconoce que solo se lo pone para la realización de dichos videos, con una sonrisa Profiden perfecta, con dientes blanqueados y un corte de pelo y peinado apabullante. En ellos aparece dando imagén de cura guay y moderno, frivolizando con muchos temas y quitando importancia a determinadas conductas inmorales, mostrandose él mismo siempre como el tolerante, el acogedor y el comprensivo. En definitiva, un cretino con balcones a la calle y guirnaldas, como gusta decir a d. Francisco José, el cual resulta más nocivo y mortífero para la Fe Católica que 100 Dioclecianos juntos y que no dudará en aparecer en los medios de cualquier guisa con tal de darse autobombo.
Macaulay: por supuesto que ponerse el hábito para la foto no hace al monje.