| 25 abril, 2015
La habilidad de Catapulta para encontrar fotografías gloriosas no tiene parangón. Esta sin duda lo es. ¿Y él es quien parece?. El tejadillo piloso, cada vez más chuchurrío, como el algodón, no engaña. Nunca un Despropósito había llegado a más ni la Compañía a menos. El único consuelo es que le queda poco más de medio año. Y aprés soi, le déluge.
Este no es el resultado de haber intervenido al arrupismo. Es el resultado de no haber permitido que los jesuitas ignacianos que pretendían tener sus casas propias y noviciados fueran frenados y no autorizados a última hora por el papa montini cuando estaba dispuesto a concederles su visto bueno y que una intervención de su amigo el arzobispo Cirarda, a la vez amigo también de Arrupe quien le encomendó la gestión, frenó la intención de Pablo VI.
Ni el papa Montini ni el papa Wojtyla entraron en serio a restaurar y rescatarla del arrupismo a la Compañía de Jesús que otro Papa disolvió de un plumazo de Breve pontificio de Clemente XIV, precisamente un Papa clementísimo que ahora se dice misericordioso.
Esto escribió el rey Carlos III : Te doy la gustosa e importante noticia para nuestra santa religión y para toda nuestra familia de haberme enviado el Papa la minuta de la bula de la extinción de los jesuítas… Demos muy de veras gracias a Dios, pues con esto nos da mucha quietud en nuestros Reinos, y la seguridad de nuestras personas, que no podía haber sin esto.
Debe producir mucha tranquilidad en nuestros Estados y extinguir el espíritu de partido».
Verificada ya la extinción, volvió a escribir al rey de Francia; le decía que no tenía personalmente animadversión contra los jesuitas como individuos, pero que como cuerpo fomentaban la división en los Estados y sostenían máximas muy dañosas a los soberanos y a la tranquilidad de sus pueblos». Antonio Domíguez Ortiz concluye que «lo que Carlos III temía de la Compañía de Jesús coincide con lo que sus ministros, singularmente Campomanes, le habían representado a raíz del Motín de Esquilache: que eran los responsables de las inquietudes, y que mientras permanecieran no habría paz. Motivos, pues, puramente políticos, en los que se percibe el profundo trauma que en el monarca produjo el motín; tan profundo, que nunca le abandonó el temor a un atentado contra él o los suyos.
Extinción que supuso premio para los comprometidos:Como el primer enviado a Roma por Carlos III, el arzobispo de Valencia Tomás Azpuro sólo consiguió resultados parciales —el papa se negaba a la supresión—, lo sustituyó por José Moñino que llegó a Roma en junio de 1772 con instrucciones muy precisas y amplios poderes. Moñino, «con buenas maneras al principio, y más tarde con expresiones duras y amenazas de represalias acosó al Papa» y finalmente consiguió su objetivo, por lo que Carlos III le otorgó el título de conde de Floridablanca y lo convirtió en su ministro de confianza. Además Carlos III concedió «mercedes a don José Nicolás de Azara, procurador general de la Corte en Roma, al cardenal Zelada, al confesor del papa y a otras personas que habían colaborado en la extinción. ¡Cardenal por medio!
Se puede leer en Wikipedia. Ahora se extinguen solos como institución CATÓLICA pasada a ecuménica interconfesional de los nicolaitas, oh casualidad profética, también con premio intramundano para sus enterradores. Están a partir un piñón precisamente con las ideoligías discretas que llevaron a los jesuitas auténticos a sufrir lo que no está en los escritos. ¡Estos que presumen de misericordiosos y fraternos excepto con los suyos ignacianos!.
La Compañía de Jesús fue intervenida durante el pontificado de Juan Pablo II. Este es el resultado.
Esperemos que el sucesor de los Despropósitos que fueron un día ignacianos y hoy estos campos, ¡ay dolor! mustio collado, como sucesor digo sea nombrado y elevado el también ricoeuriano MASIÁ, el sintético budo-cristiano de la interreligiosidad.
El conciliarismo resultante, necesariamente mefítico y mefistofélico.
Masiá en uno de los comentarios en su blog de RD dejó escrito que la elección de Adolfo no le había sorprendido porque llevaban dos años de herr-campaña en su favor discretamente pero con la efectividad de los discretos.
Dijo que Nicolás era un ricoeuriano, así como el propio Masiá y en parte también el papa Ratzinger entonces reinante. Pues hoy por ti, mañana por mi. Sería la coronación de la debacle de la Compañía de Jesús. Francisco no se iba a oponer coincidiendo con la apoteosisi de la rehabilitación y puesta en el canon de justos sobre la tierra en el 500 Aniversario Luterano y su ilustración herético-cismática que ahora viene a ser la renovación conciliarista recuperada.
De un solo golpe todos profanos, que es tanto como decir vuelta a la paganía. ¿Exageración? ¿Es que va a parar la paganización el Novus Ordo que da lugar a ceremoniales episcopales como aquí mismo en esta La Torre de la Cigüeña se nos muestra con el prelado haciendo juegos de manos con palmitas ?
Cuando se pierde el oremus todo es posible. Consecuencias de haber mixtificado y eventrado el concepto mismo de Liturgia Sacramental.
Aprês soi? …
De dos o tres décadas nada: en 2020 serán la mitad que hoy, y la mayoría ancianos en silla de ruedas, con pañales y potitos de bebé como único alimento.Las muertes de jesuitas aumentarán de modo geométrico en los próximos años y, en 2025, la agonía será ya insalvable.
Estoy de acuerdo con Hermenegildo. Es muy probable que llegue alguien peor.
La Compañía morirá en dos o tres décadas si no es intervenida en un futuro por un papa al que no le tiemble la mano y quiera salvar lo poco que queda de salvable.
Lo peor es que dentro de medio año puede perfectamente llegar otro que haga bueno a Nicolás.
Pues Nicolás parece un impecable dandy, en un congreso de agentes de seguros, al lado de otro que aparece en la página de Catapulta con una estola, que le llega a la tibia, sobre una camiseta, unos vaqueros y unas chanclas. Y el «altar» y el «celebrante», de premio fin de carrera. Todos encantados de haberse conocido. Ya queda menos, gracias a Dios.