29 comentarios en “En la toma de posesión episcopal de Joseba”
Ya puesto, podía haber comentado ud. algo de Jordi Alba.
Los que antes hacían el tonto detrás de un periodista en la calle cuando retransmitía en directo para decir que «han salido en la televisión», hoy meten sus comentarios que no tienen nada que ver en cualquier noticia.
Ahora resulta que todo el mundo quiere usar el alba (vestidura sagrada, por cierto). Eso si, no queremos ser nada clericales no sea que nos riña Francisco. No obstante: para cantar, alba. Para dar la comunión los seglares, alba, para leer, alba. Para pasar la bandeja, alba. Para dirigir el canto, alba. Para dar los avisos parroquiales, alba.
El sacerdote se pone la sotana y……. Pum!!!
Aclaraos !
Pd. La señora cantará como los ángeles pero vaya tela la facha que gasta ! Que en esta vida todo hace
Esta mujer (María y excelente soprano) lleva alba porque es coralista, soprano concretamente, de la Capilla de Música de la Catedral de Bilbao de la que yo fui miembro, y en la Capilla se usan conjuntamente por todos sus miembros, cuando interpretan, diferentes vestimentas.
María interpretó el salmo como miembro de la Capilla. Quien quiera ver otras cosas y tenga la perversa intención de decirse hijo de la Iglesia y criticar por criticar públicamente todo para sacar un titular que se mire, haga examen con humildad y pase por donde es bueno pasar una vez por semana o cada 15 días.
Siguiendo en la línea de los ornamentos litúrgicos, una cosa es basarse en lo que ha sido en la Iglesia la tradición de siglos y otra es la práctica actual. Hoy hay de todo. Pero cada cosa tiene su origen. En el bautismo se pone una vestidura blanca, blanco es alba. Pero el alba talar es lo que es. Hoy la puede usar todo el mundo. Fuera de la misa, para otros sacramentos, el sacerdote se ponía sotana y sobrepelliz, capa en algunas ocasiones. El Alba era para la Santa Misa. Hoy se la ponen para todo. El servicio del altar siempre ha sido propio de varones, ningún ayudante del altar se ponía antes alba, sino sotana y roquete. Para más solemnidad se permitía, a varones seglares, dalmática y hasta capa; pero debajo sotana y sobrepelliz. Hoy cada uno usa lo que cree oportuno, y las mujeres también. Pues bueno es lo que hay. Adelante.
Ese «hoy se la ponen para todo» suena despectivo; sin embargo, es lo que determinan las rúbricas. Para muchas celebraciones sacramentales se puede emplear sotana y sobrepelliz, con estola, o también alba y estola con los actuales libros litúrgicos (por ejemplo, Ritual del Matrimonio, n. 171).
Los ornamentos han evolucionado a lo largo de los siglos. Todos. No son lo mismo las vestiduras de los primeros siglos que las de la Edad Media, y éstas a su vez que las del Barroco o las actuales. Uno del siglo XVI pensaría que las casullas o dalmáticas barrocas son una innovación alejada de «la tradición» que existía hasta el momento. Tampoco en toda la Iglesia y sus ritos eran y son iguales. Los de rito malabar son distintos que los de rito latino. Ni peores ni mejores.
El uso de los ornamentos actuales está regulado y aprobado por los documentos actuales, los que están en vigor, no los de hace quinientos años. Ser fiel es ser fiel a lo que manda ahora la Iglesia, no a lo que mandó hace siglos y ya está derogado. ¿Los antiguos ornamentos son malos? Nada de eso. Simplemente son de una época, y en determinadas circunstancias podrán usarse si está aprobado. ¿Innovaciones? No, si no está aprobado.
Ojalá que los que se quejan de que una mujer se ponga alba, apropiadamente, se quejasen también del uso incorrecto de las dalmáticas en Semana Santa. Sólo podemos usarlas los diáconos y los obispos hacen la vista gorda. En muchas diócesis.
En el caso que nos ocupa, sobre el uso del alba, está requeteaprobado que cualquier cristiano pueda usar alba en un acto litúrgico. No hay objeciones.
La instrucción Redemptionis Sacramentum afirma lo siguiente en el n° 153:
«Además, nunca es lícito a los laicos asumir las funciones o las vestiduras del diácono o del sacerdote, u otras vestiduras similares».
El alba, repito, no es propio del diácono ni del sacerdote. Es de todo cristiano. Casulla, mitra, dalmática, etc, sí es propio de los ministros ordenados. Por eso es indignante ver a laicos llevar dalmática en las procesiones. Eso sí que está reprobado en los documentos eclesiales y ningún obispo dice nada.
Efectivamente: no pueden los laicos revestirse con estolas, con dalmáticas o casullas… ni asumir sus funciones. Pero es que el alba no entra en esa categoría, a tenor de la IGMR: «La vestidura sagrada para todos los ministros ordenados e instituidos, de cualquier grado, es el alba, que debe ser atada a la cintura con el cíngulo, a no ser que esté hecha de tal manera que se adapte al cuerpo aun sin él» (n. 336). Por tanto, no solo los ordenados, sino acólitos y lectores también: «Los acólitos, los lectores y los otros ministros laicos, pueden vestir alba u otra vestidura legítimamente aprobada en cada una de las regiones por la Conferencia de Obispos» (IGMR 339).
Vaya por delante que no estoy de acuerdo en la ordenación de mujeres, pero aquí se están vertiendo opiniones erróneas.
Vamos a ver. El alba es la prenda litúrgica básica de todo cristiano, hombres o mujeres. Sobre el alba los ministros ordenados nos ponemos las vestiduras propias de nuestro grado en el sacramento: estola, casulla, dalmática,… Pero el alba puede usarla cualquier cristiano.
Su color blanco remite al momento del bautismo, en la cual todos recibimos la vestidura blanca como «signo de nuestra condición de cristianos», y se nos anima a «conservarla sin mancha hasta la vida eterna». En el bautismo de adultos es muy normal.
Por tanto, todo cristiano puede llevarla en cualquier momento, en cualquier acto eclesial, y más si es un acto litúrgico y está desempeñando un ministerio, como es el caso. Estrictamente es lo correcto cuando se desempeña una función litúrgica cualquiera: salmista, cantor, lector,…, Es preferible a ir de calle. También en algunos sitios la usan normalmente los niños y niñas en su primera comunión o confirmación, impidiendo el numerito de los trajecitos.
Otra cosa es que no estemos acostumbrados a verlo, y que nos resulte raro en mujeres. Desde hace años están aprobadas las monaguillas y se ve habitualmente en muchas parroquias. Ahora con la incorporación de las mujeres a los ministerios laicales, las veremos más en las celebraciones en mujeres adultas.
Las referencias aquí mencionadas a que el alba es de uso exclusivo de los ministros ordenados son totalmente erróneas. Tampoco a que sólo se usan en la misa. ¿Y en unas exequias, un bautismo o en una exposición del Santísimo por ejemplo?
¿Y antes del Vaticano II, quiénes llevaban alba que es una especie de ropa interior? Hay una norma que dice que concelebrantes pueden en caso de no haber suficientes casullas concelebrar con alba y estola. Otra cosa es el problema de la multiplicación de las concelebraciones. Se suponía que en la anatiguedad eran comunaes, pero eso no es cierto. Creo que lo propio es que se den solo cuando está presente el obispo o celebra una solemnidad en la catedral o en su visita a alguna parroquia o iglesia. A mí personalmente no me gustan porque me molestan los abusos litúrgicas que se cometen en ellas, hasta los curas charlandaen el presbiterio, invenciones de la oración colecta etc., cambio de las plegarias litúrgicas. Si no se realizan como mandan las normas litúrgicas, que no se realicen.
Lo de albas para cualquiera que aparece en el presbiterio, no lo he visto hasta años recientes.
Perdone,
Primero: se permite llevar en España a los acólitos dalmática española (con el collarín) por uso antiquísimo y confirmado por Roma numerosas veces por lo que no está reprobado.
Segundo: Los primeros cristianos sólo llevaban una túnica alba la primera semana después del bautismo. La colgaban en la Dominica in albis depositis, que por eso lleva ese nombre.
Tercero: Exceptuando la estola, las demás vestes (casulla, pluvial, dalmática, amito, manípulo, etc.) si las podrían llevar los fieles por su origen. Solo se trata del traje civil de Corte del Bajo Imperio romano.
Está ud.errado. Rotundamente. Ya se abolió hace años con la «Instrucción sobre la colaboración de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes» de 1997. Puede buscarlo por internet. En su artículo 6/2 dice:
«En la misma línea resulta evidente la ilicitud de usar, en las ceremonias litúrgicas, de parte de quien no ha sido ordenado, ornamentos reservados a los sacerdotes o a los diáconos (estola, casulla, dalmática).
Se debe tratar cuidadosamente de evitar hasta la misma apariencia de confusión que puede surgir de comportamientos litúrgicamente anómalos. Como los ministros ordenados son llamados a la obligación de vestir todos los sagrados ornamentos, así los fieles no ordenados no pueden asumir cuanto no es propio de ellos».
Y al final del documento dice:
«Quedan revocadas las leyes particulares y las costumbres vigentes que sean contrarias a estas normas, como asimismo eventuales facultades concedidas ad experimentum por la Santa Sede o por cualquier otra autoridad a ella subordinada.»
Queda bien claro: los laicos NO pueden llevar dalmáticas. Es ornamento propio del diácono. Lo que se hace en las cofradías es una aberración. Roma locuta causa finita.
Acólitos vestidos con tunicela, no con dalmática. Por costumbre inmemorial y continuada. Cánones:
26 Exceptuado el caso de que haya sido especialmente aprobada por el legislador competente, la costumbre contra ley o extralegal sólo alcanza fuerza de ley si se ha observado legítimamente durante treinta años continuos y completos; pero, contra la ley canónica que contenga una cláusula por la que se prohíben futuras costumbres, sólo puede prevalecer una costumbre centenaria o inmemorial.
27 La costumbre es el mejor intérprete de las leyes.
O si prefiere, acólitos asimilados a subdiáconos según el propio proprio Ministeria quaedam:
IV.
Ministeria in tota Ecclesia Latina servanda, hodiernis necessitatibus accommodate, duo sunt, Lectoris nempe et Acolythi. Partes, quae hucusque Subdiacono commissae erant, Lectori et Acolytho concreduntur, ac proinde in Ecclesia Latina ordo maior Subdiaconatus non amplius habetur. Nihil tamen obstat, quominus, ex Conferentiae Episcopalis iudicio, Acolythus alicubi etiam Subdiaconus vocari possit.
Se de muchas parroquias donde las señoras, casadas, madres de hijos, son ministras extraordinarias de la comunión y sirven al altar con alba. No se cual es la novedad ni porque tanto espanto. Seguro que esa señora es acolita tambien y que yo sepa las albas o tunicas no son solo para los niños o jovencitos. De ahi a hablar en diaconisas o presbiteras es un verdadero disparate. Seamos serios!
El alba, en la tradición, es la vestidura propia del sacerdote en la Santa Misa, solamente. Y del diácono y subdiácono en la Santa Misa solemne y de pontifical. Fuera de la Santa Misa no se utiliza.
El lectorado y el acolitado eran Órdenes Menores. Así que los varones usaban no solo alba, sino sotana y otras prendas litúrgicas.
Luego tras la reforma litúrgica desapareció y ese ministerio se dió a los laicos, que en principio han desempeñado varones y mujeres (estas últimas bajo consentimiento tácito), pero como eran laicos desempeñando una función, no necesitaban revestirse. (Aunque muchos lo hacían según qué parroquias).
Solo se ponían siempre el alba los seminaristas cuando llegaban al curso en que se les imponía esos “ministerios” ya no existentes.
Ahora el Papa Francisco ha resucitado esos ministerios, para los laicos. Y no es infrecuente ver “ceremonias” para instituir acólitos y lectores por todas las diócesis.
Y como ya desempeñan un “ministerio” pues pueden vestir esa prenda litúrgica legítimamente.
Podrá preguntarle usted a esa señora si guarda el papel en su casa que le confiere el obispo. No necesitará mostrarlo.
A propósito de Alba, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid -reconozco-, curioso lo de la diócesis italiana de Ales-Terralba, concretado en el «Bolletino» de hoy. El obispo hoy nombrado es… ‘su antecesor inmediato!, trasladado hace unos meses a Oristano y ahora arzobispo de esta y de nuevo obispo de la primera, que tendrá dos pontificados distintos y consecutivos.
Es caso rarísimo, pero nada nuevo bajo el sol. En España ha habido algún caso. El más cercano -salvo error., el del cardenal Zeferino González, arzobispo de Sevilla dos veces consecutivas (un brevísimo pontificado toledano mediante).
La unión de Oristano y Ales-Terralba «in persona episcopi» es la cuarta producida en el último mes y medio. Queda patente el inicio de una política tendente a la degradación y luego supresión de las diócesis más pequeñas. Tomen nota quienes aspiran a su pervivencia, empezando por las españolas que todos imaginamos.
Ya puesto, podía haber comentado ud. algo de Jordi Alba.
Los que antes hacían el tonto detrás de un periodista en la calle cuando retransmitía en directo para decir que «han salido en la televisión», hoy meten sus comentarios que no tienen nada que ver en cualquier noticia.
Días atrás leí en INFOVATICANA que el tal Joseba era un «poquito rojeras y separata». Eso a mi me preocupa y mucho
Ahora resulta que todo el mundo quiere usar el alba (vestidura sagrada, por cierto). Eso si, no queremos ser nada clericales no sea que nos riña Francisco. No obstante: para cantar, alba. Para dar la comunión los seglares, alba, para leer, alba. Para pasar la bandeja, alba. Para dirigir el canto, alba. Para dar los avisos parroquiales, alba.
El sacerdote se pone la sotana y……. Pum!!!
Aclaraos !
Pd. La señora cantará como los ángeles pero vaya tela la facha que gasta ! Que en esta vida todo hace
No es «quiera», es que «puede».
Buenos días.
Esta mujer (María y excelente soprano) lleva alba porque es coralista, soprano concretamente, de la Capilla de Música de la Catedral de Bilbao de la que yo fui miembro, y en la Capilla se usan conjuntamente por todos sus miembros, cuando interpretan, diferentes vestimentas.
María interpretó el salmo como miembro de la Capilla. Quien quiera ver otras cosas y tenga la perversa intención de decirse hijo de la Iglesia y criticar por criticar públicamente todo para sacar un titular que se mire, haga examen con humildad y pase por donde es bueno pasar una vez por semana o cada 15 días.
Siguiendo en la línea de los ornamentos litúrgicos, una cosa es basarse en lo que ha sido en la Iglesia la tradición de siglos y otra es la práctica actual. Hoy hay de todo. Pero cada cosa tiene su origen. En el bautismo se pone una vestidura blanca, blanco es alba. Pero el alba talar es lo que es. Hoy la puede usar todo el mundo. Fuera de la misa, para otros sacramentos, el sacerdote se ponía sotana y sobrepelliz, capa en algunas ocasiones. El Alba era para la Santa Misa. Hoy se la ponen para todo. El servicio del altar siempre ha sido propio de varones, ningún ayudante del altar se ponía antes alba, sino sotana y roquete. Para más solemnidad se permitía, a varones seglares, dalmática y hasta capa; pero debajo sotana y sobrepelliz. Hoy cada uno usa lo que cree oportuno, y las mujeres también. Pues bueno es lo que hay. Adelante.
Ese «hoy se la ponen para todo» suena despectivo; sin embargo, es lo que determinan las rúbricas. Para muchas celebraciones sacramentales se puede emplear sotana y sobrepelliz, con estola, o también alba y estola con los actuales libros litúrgicos (por ejemplo, Ritual del Matrimonio, n. 171).
Los ornamentos han evolucionado a lo largo de los siglos. Todos. No son lo mismo las vestiduras de los primeros siglos que las de la Edad Media, y éstas a su vez que las del Barroco o las actuales. Uno del siglo XVI pensaría que las casullas o dalmáticas barrocas son una innovación alejada de «la tradición» que existía hasta el momento. Tampoco en toda la Iglesia y sus ritos eran y son iguales. Los de rito malabar son distintos que los de rito latino. Ni peores ni mejores.
El uso de los ornamentos actuales está regulado y aprobado por los documentos actuales, los que están en vigor, no los de hace quinientos años. Ser fiel es ser fiel a lo que manda ahora la Iglesia, no a lo que mandó hace siglos y ya está derogado. ¿Los antiguos ornamentos son malos? Nada de eso. Simplemente son de una época, y en determinadas circunstancias podrán usarse si está aprobado. ¿Innovaciones? No, si no está aprobado.
Ojalá que los que se quejan de que una mujer se ponga alba, apropiadamente, se quejasen también del uso incorrecto de las dalmáticas en Semana Santa. Sólo podemos usarlas los diáconos y los obispos hacen la vista gorda. En muchas diócesis.
En el caso que nos ocupa, sobre el uso del alba, está requeteaprobado que cualquier cristiano pueda usar alba en un acto litúrgico. No hay objeciones.
La instrucción Redemptionis Sacramentum afirma lo siguiente en el n° 153:
«Además, nunca es lícito a los laicos asumir las funciones o las vestiduras del diácono o del sacerdote, u otras vestiduras similares».
El alba, repito, no es propio del diácono ni del sacerdote. Es de todo cristiano. Casulla, mitra, dalmática, etc, sí es propio de los ministros ordenados. Por eso es indignante ver a laicos llevar dalmática en las procesiones. Eso sí que está reprobado en los documentos eclesiales y ningún obispo dice nada.
Efectivamente: no pueden los laicos revestirse con estolas, con dalmáticas o casullas… ni asumir sus funciones. Pero es que el alba no entra en esa categoría, a tenor de la IGMR: «La vestidura sagrada para todos los ministros ordenados e instituidos, de cualquier grado, es el alba, que debe ser atada a la cintura con el cíngulo, a no ser que esté hecha de tal manera que se adapte al cuerpo aun sin él» (n. 336). Por tanto, no solo los ordenados, sino acólitos y lectores también: «Los acólitos, los lectores y los otros ministros laicos, pueden vestir alba u otra vestidura legítimamente aprobada en cada una de las regiones por la Conferencia de Obispos» (IGMR 339).
Vaya por delante que no estoy de acuerdo en la ordenación de mujeres, pero aquí se están vertiendo opiniones erróneas.
Vamos a ver. El alba es la prenda litúrgica básica de todo cristiano, hombres o mujeres. Sobre el alba los ministros ordenados nos ponemos las vestiduras propias de nuestro grado en el sacramento: estola, casulla, dalmática,… Pero el alba puede usarla cualquier cristiano.
Su color blanco remite al momento del bautismo, en la cual todos recibimos la vestidura blanca como «signo de nuestra condición de cristianos», y se nos anima a «conservarla sin mancha hasta la vida eterna». En el bautismo de adultos es muy normal.
Por tanto, todo cristiano puede llevarla en cualquier momento, en cualquier acto eclesial, y más si es un acto litúrgico y está desempeñando un ministerio, como es el caso. Estrictamente es lo correcto cuando se desempeña una función litúrgica cualquiera: salmista, cantor, lector,…, Es preferible a ir de calle. También en algunos sitios la usan normalmente los niños y niñas en su primera comunión o confirmación, impidiendo el numerito de los trajecitos.
Otra cosa es que no estemos acostumbrados a verlo, y que nos resulte raro en mujeres. Desde hace años están aprobadas las monaguillas y se ve habitualmente en muchas parroquias. Ahora con la incorporación de las mujeres a los ministerios laicales, las veremos más en las celebraciones en mujeres adultas.
Las referencias aquí mencionadas a que el alba es de uso exclusivo de los ministros ordenados son totalmente erróneas. Tampoco a que sólo se usan en la misa. ¿Y en unas exequias, un bautismo o en una exposición del Santísimo por ejemplo?
Por fin un comentario sensato y fundamentado.
¿Y antes del Vaticano II, quiénes llevaban alba que es una especie de ropa interior? Hay una norma que dice que concelebrantes pueden en caso de no haber suficientes casullas concelebrar con alba y estola. Otra cosa es el problema de la multiplicación de las concelebraciones. Se suponía que en la anatiguedad eran comunaes, pero eso no es cierto. Creo que lo propio es que se den solo cuando está presente el obispo o celebra una solemnidad en la catedral o en su visita a alguna parroquia o iglesia. A mí personalmente no me gustan porque me molestan los abusos litúrgicas que se cometen en ellas, hasta los curas charlandaen el presbiterio, invenciones de la oración colecta etc., cambio de las plegarias litúrgicas. Si no se realizan como mandan las normas litúrgicas, que no se realicen.
Lo de albas para cualquiera que aparece en el presbiterio, no lo he visto hasta años recientes.
Porque está aprobado en años recientes.
Perdone,
Primero: se permite llevar en España a los acólitos dalmática española (con el collarín) por uso antiquísimo y confirmado por Roma numerosas veces por lo que no está reprobado.
Segundo: Los primeros cristianos sólo llevaban una túnica alba la primera semana después del bautismo. La colgaban en la Dominica in albis depositis, que por eso lleva ese nombre.
Tercero: Exceptuando la estola, las demás vestes (casulla, pluvial, dalmática, amito, manípulo, etc.) si las podrían llevar los fieles por su origen. Solo se trata del traje civil de Corte del Bajo Imperio romano.
Está ud.errado. Rotundamente. Ya se abolió hace años con la «Instrucción sobre la colaboración de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes» de 1997. Puede buscarlo por internet. En su artículo 6/2 dice:
«En la misma línea resulta evidente la ilicitud de usar, en las ceremonias litúrgicas, de parte de quien no ha sido ordenado, ornamentos reservados a los sacerdotes o a los diáconos (estola, casulla, dalmática).
Se debe tratar cuidadosamente de evitar hasta la misma apariencia de confusión que puede surgir de comportamientos litúrgicamente anómalos. Como los ministros ordenados son llamados a la obligación de vestir todos los sagrados ornamentos, así los fieles no ordenados no pueden asumir cuanto no es propio de ellos».
Y al final del documento dice:
«Quedan revocadas las leyes particulares y las costumbres vigentes que sean contrarias a estas normas, como asimismo eventuales facultades concedidas ad experimentum por la Santa Sede o por cualquier otra autoridad a ella subordinada.»
Queda bien claro: los laicos NO pueden llevar dalmáticas. Es ornamento propio del diácono. Lo que se hace en las cofradías es una aberración. Roma locuta causa finita.
Acólitos vestidos con tunicela, no con dalmática. Por costumbre inmemorial y continuada. Cánones:
26 Exceptuado el caso de que haya sido especialmente aprobada por el legislador competente, la costumbre contra ley o extralegal sólo alcanza fuerza de ley si se ha observado legítimamente durante treinta años continuos y completos; pero, contra la ley canónica que contenga una cláusula por la que se prohíben futuras costumbres, sólo puede prevalecer una costumbre centenaria o inmemorial.
27 La costumbre es el mejor intérprete de las leyes.
O si prefiere, acólitos asimilados a subdiáconos según el propio proprio Ministeria quaedam:
IV.
Ministeria in tota Ecclesia Latina servanda, hodiernis necessitatibus accommodate, duo sunt, Lectoris nempe et Acolythi. Partes, quae hucusque Subdiacono commissae erant, Lectori et Acolytho concreduntur, ac proinde in Ecclesia Latina ordo maior Subdiaconatus non amplius habetur. Nihil tamen obstat, quominus, ex Conferentiae Episcopalis iudicio, Acolythus alicubi etiam Subdiaconus vocari possit.
Se de muchas parroquias donde las señoras, casadas, madres de hijos, son ministras extraordinarias de la comunión y sirven al altar con alba. No se cual es la novedad ni porque tanto espanto. Seguro que esa señora es acolita tambien y que yo sepa las albas o tunicas no son solo para los niños o jovencitos. De ahi a hablar en diaconisas o presbiteras es un verdadero disparate. Seamos serios!
El alba, en la tradición, es la vestidura propia del sacerdote en la Santa Misa, solamente. Y del diácono y subdiácono en la Santa Misa solemne y de pontifical. Fuera de la Santa Misa no se utiliza.
Próxima estación: diaconisas.
Me encanta el tinte morado: de Podemos?
De Santurtzi o de San Pedro. Aupa ur kirolak.
No sabía que, cuando se instituían solo a varones como lectores, estos usaban alba.
O es que no la usaban, y ahora se aprovecha como bandera. Veo que se afirma que esta señora es lectora instituida. ¿Alguna prueba?
Por curiosidad, para poder medir el rigor de los comentaristas.
Sr. Galván,
El lectorado y el acolitado eran Órdenes Menores. Así que los varones usaban no solo alba, sino sotana y otras prendas litúrgicas.
Luego tras la reforma litúrgica desapareció y ese ministerio se dió a los laicos, que en principio han desempeñado varones y mujeres (estas últimas bajo consentimiento tácito), pero como eran laicos desempeñando una función, no necesitaban revestirse. (Aunque muchos lo hacían según qué parroquias).
Solo se ponían siempre el alba los seminaristas cuando llegaban al curso en que se les imponía esos “ministerios” ya no existentes.
Ahora el Papa Francisco ha resucitado esos ministerios, para los laicos. Y no es infrecuente ver “ceremonias” para instituir acólitos y lectores por todas las diócesis.
Y como ya desempeñan un “ministerio” pues pueden vestir esa prenda litúrgica legítimamente.
Podrá preguntarle usted a esa señora si guarda el papel en su casa que le confiere el obispo. No necesitará mostrarlo.
Un saludo,
A propósito de Alba, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid -reconozco-, curioso lo de la diócesis italiana de Ales-Terralba, concretado en el «Bolletino» de hoy. El obispo hoy nombrado es… ‘su antecesor inmediato!, trasladado hace unos meses a Oristano y ahora arzobispo de esta y de nuevo obispo de la primera, que tendrá dos pontificados distintos y consecutivos.
Es caso rarísimo, pero nada nuevo bajo el sol. En España ha habido algún caso. El más cercano -salvo error., el del cardenal Zeferino González, arzobispo de Sevilla dos veces consecutivas (un brevísimo pontificado toledano mediante).
La unión de Oristano y Ales-Terralba «in persona episcopi» es la cuarta producida en el último mes y medio. Queda patente el inicio de una política tendente a la degradación y luego supresión de las diócesis más pequeñas. Tomen nota quienes aspiran a su pervivencia, empezando por las españolas que todos imaginamos.
Si no lo recuerda se ha instituido hace no mucho el ministerio del lectorado y acolitado para laicos (hombres y mujeres) . Por tanto visten para ello.
Mucha representación cardenalicia; Omella, Osoro, Aquilino Bocos, Blázquez…
El Papa Francisco ha permitido que se confiera el ministerio laicales del electorado a las mujeres, ¿por qué no iban a ponerse alba?
Por cierto, no es la ordenación episcopal de Joseba, sino su toma de posesión.