EN EL MUNDO DOWN

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EN EL MUNDO DOWN

Como estoy harto del fango y pienso que los argentinos en general pecamos de soberbia, por creernos los mejores, los campeones del mundo en todo, hoy nuestro Dios, uno y trino, nos pasa la factura, porque solo un castigo cósmico puede  entenderse si a la vez tenemos que soportar esa sanción, que se encarna en tres personas: Alberto Fernández y Javier Milei en el campo político y Jorge Bergoglio, el papa Francisco, en el religioso. No voy a referirme a los dos que todavía ejercen el poder, sino a quien ya fue y hoy, es mirado con desprecio por la inmensa mayoría de los argentinos.

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  Alejado del poder, todos los días aparece un nuevo chanchullo de quien era el “decente”, de la tiranía kichnerista, el hombre bondadoso y ecuánime, que durante la plandemia, conducía el triunvirato que nos cuidaba, integrado por el “amigo” Horacio Rodríguez Larrata y el “gaucho” Kicilloff, abrazado al retrato de Juan Manuel de Rosas, entronizado en su despacho platense.

Hoy, el “decente”, aparece metido en negociados turbios y participaciones fraudulentas, el feminista, como golpeador de mujeres, el modelo de hombre reposado y hogareño, como un inexperto y maniático sexual, que no superó la edad del pavo, retratado en el tango “Amores de estudiante” que cantaba Carlos Gardel, con la autoridad que tiene y que quiero nuestro cuervo arzobispo incorpore al armario de la memoria:

“Hoy un juramento, mañana una traición,

amores de estudiante, flores de un día son…

Hay un collar de amores en mi juventud…

Fantasmas del pasado, perfumes de ayer.

una evocación doliente blanqueando mi sien,

bondades de recuerdos de un tiempo querido

lejano y florido que no olvidaré”.

Es seguro, que este gordito canoso, no olvidará sus 21 viajes realizados junto a su entonces pareja, la recepción tan cálida en el  Vaticano por su compañero Bergoglio, ni la comunión sacrílega recibida del obispo Sánchez Sorondo.

 Espero que el pueblo argentino no se bañe en el Leteo, ese mítico río de la antigüedad que mataba a la memoria y recuerde tanto turismo a sus costillas. Pero como todo esto asquea, quiero huir de tanta porquería y refugiarme hoy en el mundo down, a través de las dos puertas que tengo para entrar en él: mi sobrina María José y mi nieta Inés.

María José tiene más de 30 años y trabaja en Mc Donald hace mucho. No tiene demasiado buen carácter, pero sí ideas claras. Cuando era chica, un día en auto que manejaba mi hija Soledad y en broma, porque se vivía en un clima moral más sano, le dije a Sol que estaba de novia con una amiga. Saltó como un resorte mi sobrina down y, me gritó: “¡Loco! Soledad puede tener novio, nunca novia”. Ni siquiera en chiste, podía admitir ese mamarracho que hoy es ley gracias a Cristina, Fernández y tantos cómplices: el putimonio.

Un día, en la empresa, la jefa le ordenó hacer un trabajo que no estaba en su programa y ella se negó. Mi hermana, su madre: le dijo: María estás loca, te van a echar, y ella le contestó: no lo hago porque no corresponde y no lo hizo. Todavía sigue con el trabajo en la misma sucursal. 

Para María José, a quien la llamo Maria Giuseppe, para molestarla, le encanta festejar su cumpleaños. Cuando cumplió 30 años me hice cargo de pagar los festejos, fue muy divertido y su gratitud dura hasta hoy.

Lo mismo con relación a sus padres. Un día, mi hermana se quejaba por tener a sus dos otras hijas mujeres lejos y ella la consoló: “para acompañarte ahora estoy yo”.

María José es una artista y su óleo “Puente sobre el arroyo” luce en el living de mi casa y está dedicado a mi mujer a quien quiere mucho.

María José es mi amiga en facebook que maneja muy bien, recuerda los cumpleaños de la familia, escribe y comenta lo que uno le manda. María José tiene novio, un muchacho formal, respetuoso y correcto. 

Respecto a mi nieta Inés, que tiene 9 años, diré que es una niña feliz y respecto a ella dice su padre, mi hijo Santiago: “Los que se niegan a recibir a estos down no saben lo que se pierden: es como tener un angelito en casa”.

Es efusiva y muy cariñosa. Pronto recibibirá la Primera comunión junto a sus compañeras del colegio al cual concurre, y como dudaba de su preparación, hace unos días le pregunté mientras tomábamos un té: estamos comiendo pan y pronto vas a rercibir otro pan, ¿es el mismo? Me contestó sin dudar: no es el mismo porque ese otro pan es Jesús; con lo cual aprobó el examen según los criterios de san Pío X.

Asiste al colegio con una de sus hermanas, Amparo, muy inteligente y completa, quien dice que cuando se case la llevará a vivir con ella. Amparo es muy discutidora y un día me dijo: es mi amiga, a lo cual le contesté: también es amiga mía; a lo cual retrucó para quedarse con la última palabra: pero nosotras vivimos en la misma casa.

 Mi hijo Santiago, que es muy paciente, al final, harto la amenazaba: “Voy a llamar a la policía”, lo cual generaba un buen comportamiento temporario. Pero un día la amenaza tuvo inesperada respuesta: “Y yo voy a llamar al INADI”, que era el Instituto contra la discriminación y otras yerbas, hoy por fortuna desaparecido. Amparo cambió en forma notoria y para bien al recibir la Primera comunión.

Inés asiste regularmente al Colegio, le cuesta más que a otros, pero progresa en sus estudios, con muchas ayudas, porque gracias a Dios, la medicina, la psicología, la psiquiatría y otras disciplinas han progresado mucho en unos 30 años años para tratarlos.

Más allá de un grave problema cardíaco natal, corregido por una cirugía exitosa, goza de buena salud y vive en un clima sano, en una casa amplia,rodeada de jardines.

Esta es mi experiencia con mis parientes down quienes, como se puede ver, me enseñan muchas cosas buenas.

Buenos Aires, agosto 26 de 2024.     Bernardino Montejano   

 

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