No sé cuándo dejará su cargo monseñor Osoropel. Sospecho que, una vez nombrado su sucesor (o incluso antes) sus auxiliares saldrán despedidos (por elevación) para cubrir alguna de las diócesis vacantes. Estoy pensando en Ávila, pero también en otras dos cuyos prelados han presentado su renuncia (Sigüenza y Palencia).
Martínez Camino tiene la mala pata de que entre sus muchas cualidades (honradez intelectual y de la otra, capacidad de trabajo, inteligencia, cultura vastísima y por supuesto una fe que para sí la quisieran muchos de sus hermanos obispos) no está la de la simpatía personal ni la del don de gentes. Me recuerda a mi antiguo párroco (hoy párroco de Algete). Sacerdote entregadísimo, pero de carácter más bien complicado y por ello propenso a ganarse muchos enemigos. En eso se le podría comparar a un tal san Pablo, hace casi dos mil años.
He optado por seguir, en este blog, la costumbre de «profesión cura», de rezar un Ave María. Al menos esto.
No sé cuándo dejará su cargo monseñor Osoropel. Sospecho que, una vez nombrado su sucesor (o incluso antes) sus auxiliares saldrán despedidos (por elevación) para cubrir alguna de las diócesis vacantes. Estoy pensando en Ávila, pero también en otras dos cuyos prelados han presentado su renuncia (Sigüenza y Palencia).
Martínez Camino y Osoro el trepa y falsificador de títulos,un gigante al lado de un pigmeo.
Martínez Camino tiene la mala pata de que entre sus muchas cualidades (honradez intelectual y de la otra, capacidad de trabajo, inteligencia, cultura vastísima y por supuesto una fe que para sí la quisieran muchos de sus hermanos obispos) no está la de la simpatía personal ni la del don de gentes. Me recuerda a mi antiguo párroco (hoy párroco de Algete). Sacerdote entregadísimo, pero de carácter más bien complicado y por ello propenso a ganarse muchos enemigos. En eso se le podría comparar a un tal san Pablo, hace casi dos mil años.
Pues yo hablé una vez con él y estuvo agradable.