El especialista en el arte del beso, doctorado más bien impropio en un arzobispo, elevado por Francisco a cotas inverosímiles dada sus mediocridades, y que algunos piensan que serán superadas, la cotas porque las mediocridades parece ya imposible, se ha despachado contra Viganò. Francisco debería prescindir de estos defensores. Maradiaga, Trucho…, que en su mendicidad manchan cuanto tocan. Es algo así como si Belén Esteban saliera en defensa de la tesis de Pedro Sánchez asegurando que es extraordinaria. Y considero a la Esteban bastante por encima de estos lameculos del Papa. Siendo por otra parte escasísimo el nivel de nuestra «princesa del pueblo».
El Trucho es una vergüenza en sí mismo, en el cargo y como relevo de quien lo ocupaba. Y el Papa Francisco no ha quedado bien ni por sus «besos», por el besado y por el iter del beso. Que a Aguer, tan precipitada y malamente desalojado, le sustituya el Trucho es algo así como si a Miss Universo, mutatis mutandi, la sucediera la vicepresidenta del Gobierno de España. O Celia Villalobos para que no digan que tengo preferencias políticas.
Una truchada más del Trucho, en mi opinión, que es mía y no tiene que compartirse, basura episcopal y pontificia. Tampoco voy a abrir en el Blog una encuesta que nos dé los porcentajes de quienes piensan que el Trucho es una… m…, el Papa ha dicho, creo, porque no le suelo leer, según titulares, la palabra caca, que dejó in albis a los traductores, y quienes lo consideran una gloria de la Iglesia. Lo que hemos caído si alguno, hasta mintiendo, se atreve a considerar gloria a este semoviente.
Con el testimonio de Viganò lo que hay que hacer es investigarlo, no creerlo sin más a pies juntillas. Pero mariconadas truchas, con besos o sin ellos, no le hacen el menor favor a Francisco. Y al Trucho no digamos. Indignísimo arzobispo de La Plata. Nombrado además muy indignamente.
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=33145
Me parece claro que están preparando el terreno para el asesinato de Viganó. Lo habitual es que a la violencia física preceda la violencia verbal, como la proferida por el Trucho contra el ex-nuncio.
Sin embargo, si hay alguien que no se le debería morir al partido de Bergoglio, ese es Viganó. Porque son absolutamente responsables de su seguridad personal.
Indigna la madre, indigna la hija e indigna la manta que las cobija.
el trucho fernandez, además de su indigencia intelectual y moral, comete el mismo error de los lacayos aduladores de bergoglio de creer que denigrando a monseñor viganó logran invalidar su devastador testimonio, por ende eso de intentar matar al mensajero para matar el mensaje ya no funciona.
Viganò tiene defensores de mucha más categoría que Tucho:
https://infovaticana.com/2018/09/18/george-weigel-tengo-la-prueba-de-la-honestidad-de-vigano/
el trucho fernandez demostrando, una vez más, que es un indigente intelectual y moral. vaya basura bergogliana!
Tucho no Trucho, aunque esto último también le queda según la jerga en Argentina.
Don Paco, lo remito a mi comentario sobre este indigno títere hecho en el artículo reciente de «Crisis, what crisis?» en este mismo blog.
Saludos.
Daniel de Argentina
En la gran aportación intelectual sobre el ósculo de este obispo, supongo que hay un capítulo sobre el besaculo
Agustín: ¡Las ganas que tienes de que te lo besen! ¡No te descubras!
¡Qué asco!
La verdad que llevo un día muy divertido.
Primero, la propia noticia de que el Trucho llame «megalómano» a Viganò. Jajajaja. No me negarán que tiene gracia la cosa.
Luego, el artículo de la Cigüeña. Todavía me dura la risa:
«El especialista en el arte del beso, (…), elevado por Francisco a cotas inverosímiles dada sus mediocridades, y que algunos piensan que serán superadas, la cotas porque las mediocridades parece ya imposible» Jajajaja
Pena da que algunos le otorguen a este señor la mínima credibilidad. Que, con ese lenguaje, haya llegado al episcopado sólo es una muestra del nuevo gobierno, que no pastoreo, de la Iglesia. La falta de caridad en la palabra, en la nueva dinámica eclesial, como modelo desde la más altas instancias, contrasta con la educación que los «críticos» expresan en sus intervenciones. El quien soy yo para juzgar ha degenerado en una descalificación permanente, sin argumentos, plena de insultos. No señor, no hay campaña contra Francisco. Simplemente, se piden intervenciones y respuestas que, por ningún lado, aparecen.
El arzobispo Fernández lo único que ha hecho es decir en voz alta lo que pensamos muchísimos católicos.
Es lógico que ustedes piensen distinto.
A fin de cuentas forman parte de la campaña contra Francisco.
Yo no estoy en ninguna campaña. Hubiera pasado o no lo de McCarrick, seguiría pensando lo que pensaba de Francisco.
Pero después de que salte un testimonio internamente coherente con los hechos, de alguien que ha sido porta importante en la política vaticana, creo que como mínimo nos merecemos una respuesta. Máxime cuando es evidente que, a pesar de ser un depredador sexual, este cardenal hacía y deshacía lo que quería en el Vaticano. Creo que los fieles nos merecemos una respuesta, y no silencios y ataques personales al ex-nuncio, que hacen que la Iglesia se parezca más a un Sálvame Deluxe que a una institución respetable.
muchísimos católicos que solo existen en la imaginación de algunos despistados.
Es que este señor solo entiende de los besos de su boca, y tan empeño en ello tiene que descarrila por la comisura. Desde luego, tal personaje no sería el indicado para investigar las verdades de Mons Viganò, pues como dicen: «son asuntos privados» que no deben salir a la palestra; lo de menos son las víctimas, las vidas rotas, irreparables la mayoría, lo importante es que «no se denuncie públicamente» para que así sigan acampando a sus anchas los depredadores de inocentes. ¡Cómo han mancillado a tu Iglesia-Esposa, Señor! Actúa, por favor, vuelve a coger el látigo y expúlsalos Señor de tu Templo, pues el celo de tu casa nos devora.
El perro de su amo