EL TIEMPO, LA PUNTUALIDAD Y EL RESPETO
Ayer, viaje a San Serapio de Azul en ómnibus; había sacado el pasaje en la empresa El Cóndor-La Esrella para no repetir la mala experiencia con la empresa Plusmar, pero a la hora de la partida me sorprendió encontrarme con otro ómnibus de Plusmar, con destino Bahía Blanca y parada en Azul, porque parece que estamos ante un nuevo monopolio que no admite competidores. La distancia recorrer era 300 kilómetros, hora de partida: 12, de llegada: 16.30. Llegados a las 17 y 30. Demora una hora, nervios para quien me esperaba, que tuvo que comunicarse con quien me había sacado el pasaje, para verificar los datos.
En la terminal fui al baño. Asqueroso, sin jabón ni papel descartable, las paredes sucias con pintadas groseras… Pensar que el municipo tiene una Secretaría de Turismo y tiene o tuvo hasta hace poco un intendente travesti de la política.
Si el gobierno quiere mejorar las cosas, a través de la Secretaría de Transporte debería controlar los horarios, premiar la puntualidad, castigar las demoras injustificadas, porque en este país en el cual vivimos algún piquete puede cortar la ruta, obligar a desviarse por caminos secundarios y el retraso justificarse, por ser un caso de fuerza mayor, uno de esos líos promovidos desde el Vaticano y ejecutados por compinches locales.
Pero por suerte estoy en San Joaquín donde la bondad de Dios me regala un día magnífico, un poco frío pero con mucho sol y puedo pensar en la importancia del tiempo y de la puntualidad que es signo de respeto por el tiempo de los demás, porque ser puntual significa pensar en el otro o los otros que nos esperan.
Recuerdo hace muchos años, mi participación en la Universidad de Santiago de Compostela, en una mesa redonda en la cual bajo el mando de una vigorosa gallega, participaba junto a una ex rectora de la Universidad de San Pablo, Brasil, y un diputado del Partido Socialista Obrero Español, que nada tiene de obrero y menos de español, que ejerce hoy, en España, un poder sin honor.
El último, tal vez muy ocupado en quehaceres comiteriles, llegó tarde, pero como según el programa yo hablaba al final, le pedí a la presidente que lo respetara y obtuve inmediata respuesta: se seguirá lo programado. El hablar último da una gran ventaja, uno puede aprender, si sabe escuchar, de los que hablan antes y respecto a los errores, preparar con orden la refutación.
La veterana rectora, habló más de lo acordado y previsto y el locuaz diputado, mucho más: el resultado fue que cuando me tocó el turno, el tiempo previsto se había agotado. Había viajado desde un lejano país y no podía hablar, Una injusticia manifiesta.
Aproveché para denunciarlo como falta de respeto y modifiqué el texto preparado, para refutar los errores más graves del aporte socialista, en el que, entre otros, figuró un pedido de perdón por nuestra deuda con la mujer, anticipo del nuevo pecado inventado para el sínodo. Allí todos vieron claro el enfrentamiento de dos escuelas, la del comité y la de la Universidad que llegó a uno de los puntos más salientes cuando le tuve que decir, entre las risas del público: déjese de vaguedades, vaya a lo concreto y tome muestra este panel: somos dos varones y dos mujeres y la manija la tiene una mujer.
Vuelvo al tema del respeto al tiempo de los demás: hace unos días una nieta hizo junto a más de veinte compañeros del colegio, su primera comunión ante una multitud. La prudencia manda en estas circunstancias reducir la ceremonia a lo esencial y al sacerdote encargado de la homilía, seguir el consejo de un viejo cura a un joven cura, quien le había preguntado como predicar: fijate bien como empezás y como acabás; el resto lo más corto posible. Nada de esto sucedió, el predicador no era el padre Benson ni fray Pedro, modelos en la materia, nos aturdieron con la música y sus agregados y la ceremonia agotadora, no respetó el tiempo de los demás, de los sufridos concurrentes, muchos de ellos parados.
Otro ejemplo: se murió un viejo y querido amigo y el entierro fue en Jardín de Paz. El responso no se rezó en la capilla sino junto a la tumba. Todo sentido y elogiable en las palabras del sacerdote y en los textos escogidos de las Sagradas Escrituras, pero en todo el recorrido de la procesión fúnebre, hasta que me fui, al concluir el clérigo, aparecieron tres guitarristas quienes con sus voces y guitarras nos obligaron a padecer a los concurrentes sus canciones, interrumpían al saceredote y eternizaban una ceremonia, que debe ser austera, discreta y piadosa.
Esto también me recuerda el ¿por qué? dejé de concurrir a la misa dominical que reza con fervor y a escuchar y enriquecerme con las homilías, siempre bien preparadas, del padre José Ignacio Ferro Terrén y volví a la Misa solemne de la Capilla del Santo Cristo.
La razón es sencilla y es que de las misas del padre Ferro, se apoderó un individuo influyente ,que nos atrona desde el comienzo hasta el final con su vozarrón de serrucho desafinado, que grita ¡Vengo a adorar a Dios!, lo cual es verdad, como también lo es: ¡No a escucharte a vos! ni a ese conunto de alaridos que alargan la ceremonia, castigan mis fatigados oídos y no respetan mis silencios ni mi tiempo.
Quiero acabar con una frase de Saint-Exopéry que cito de memoria porque estoy en el campo: “Respeto por el hombre! Si inculcáis ese respeto en el corazón de los hombres, pronto surgirán las instituciones que aseguren ese respeto”. Esto incluye el respeto al tiempo de los demas.
Escribo en medio del silencio; no oigo bocinas, ruidos molestos, ni retos; solo escucho los silbidos del viento y el canto de algún pájaro, en un día diáfano de primavera, otro regalo de Dios.
Estancia San Joaquín, septiembre 29 de 2024. Bernardino Montejano
Pues, parece que le ha tocado sufrir con dos empresas de transporte que son la misma, habría que decir que se trata de un monopolio, y que dan la apariencia de competencia, pero son más de lo mismo. Lástima, que debamos sufrir este tipo de circunstancias. Yo cuando se trata de llegar a tiempo, siempre me encomiendo al ángel de la guarda, no falla.
¡Y SE QUEDAN TAN ANCHOS!
Los jesuitas admiten por carta que tuvieron un cura abusador en Madrid: “Esta sombra no anula su entrega al evangelio”
La Compañía admite ante los miembros de un grupo espiritual la “conducta inapropiada” de un jesuita, pide perdón y confirma que se le apartó sin más: “J. nunca ha sabido el origen de las acusaciones, pero mostró una firme voluntad de revisar sus conductas del pasado”
— La “cultura del silencio” permitió los abusos sexuales a menores durante décadas en los jesuitas
https://www.eldiario.es/sociedad/jesuitas-admiten-carta-tuvieron-cura-abusador-madrid-sombra-no-anula-entrega-evangelio_1_11684025.html
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El día en que se destape todo el mal que están haciendo estos […], el día en que las víctimas del brutal terrorismo espiritual -que unos arrpitas malvados y sin escrúpulos están causando intencionadamente sobre muchos de sus dirigidos con el único fin de arrebatar voluntades- hablen, a buen seguro que la tierra temblará bajo sus pies. Y cuando se hayan extinguido ya será demasiado tarde reparar el toto el daño que han hecho a tantas almas inocentes que se les acercaron buscando a Dios y se tropezaron (nunce mejor dicho), con el mismísimo demonio.