EL TERRORISMO SIEMPRE ES INJUSTO
Hace casi veinte años escribimos en la revista “Verbo” un artículo “La injusticia del terror que empezaba así: el terrorismo se ha globalizado; nadie hoy, a lo largo y a lo ancho del planeta, puede considerarse al margen de esa cuestión. Ante él, que puede sorprendernos en cualquier momento y en cualquier lugar, estamos impotentes e indefensos”.
La repugnancia ante las masacres se siente, y al igual que la compasión por las víctimas inocentes, se vive, se encuentra presente en el corazón de toda persona de bien, en todo hombre que se rige por el gran mandato de la ley natural moral: se debe hacer el bien y evitar el mal, que en lo jurídico se especifica: se debe hacer lo justo y evitar lo injusto.
Esa ordenación es permanente; no está sujeto a ninguna evolución y como el terrorismo siempre es injusto, no existe un terrorismo bueno y un terrorismo malo, el primero justo, el segundo, injusto.
Son tan injustos los “mártires” suicidas del fundamentalismo musulmán, como quienes hace años en nuestro país, secuestraron y asesinaron a inocentes, invocando una “violencia de abajo” como respuesta a otra “de arriba”. Esos que hoy participan y medran desde el poder.
Existen en nuestro tiempo muchas injusticias y miserias, y los palestinos son un caso emblemático. Discriminados, estafados, perseguidos, maltratados por la arrogancia judía, eso engendra dolor y resentimiento, pero eso no genera atenuantes morales para el terrorismo.
Porque las víctimas del terrorismo son por lo general inocentes a quienes se aplican sin causa penas terribles sin haber cometido ningún delito; y si fueran culpables, tendrían derecho a un juicio público, con un tribunal imparcial, que los escuche y que determine la pena correspondiente a la gravedad de los delitos.
Hoy se condena al terrorismo musulmán y se lo compara con el de la Alemania nazi; así lo hace un difundido diario que pretende ser “tribuna de doctrina”, siempre listo para hacer leña con un régimen desaparecido hace muchos años. A estos plumíferos al servicio del Nuevo Orden Mundial, les oponemos la razón de un ilustre judío, Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz, sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz: “los nazis tenían un gobierno y un ejército que implementaban políticas malvadas, pero entonces sabíamos con quienes teníamos que actuar. Los terroristas de hoy, al contrario, son asesinos anónimos, cobardes que se avergüenzan en mostrar el rostro y deambulan encapuchados creyendo así permanecer impunes”.
Bernardino Montejano
Nota de F. de la C.: Yo no dije lo que usted me atribuye. Solo dije que habiéndose ofrecido Pizzaballa a cambiarse por los doscientos secuestrados que los terroristas aceptasen el cambio.
Usted dijo textualmente «Yo encantado. Por los unos y por el otro».
Lo de «por los unos» queda claro. Usted quiere que el cardenal se entregue para que así los niños puedan ser liberados ¿Puede explicar qué significa «por el otro», si no es desearle el mal al cardenal?
«Milei sueña con ganar en primera vuelta y la tensión con el Papa sube varios niveles»
«Por consideración a la religión católica, por respeto a esa religión creo que habría que imitar lo que hizo el presidente (Julio Argentino) Roca: esto es, suspender la relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras en la cabeza del Vaticano prime el espíritu totalitario», dijo Alberto Benegas Lynch (hijo), el único en hablar en al acto, además del propio Milei.
https://www.elmundo.es/internacional/2023/10/19/6531603fe9cf4a4c2d8b4591.html
No sería cotilleo, sino información, para saber quién está en cada frente.
Por eso, cuando se habla en el artículo de «el difundido diario que pretende ser «tribuna de doctrina», creo que se debería indicar de qué periódico se trata. Se evitarían además malas interpretaciones y/o conclusiones. Aunque, evidentemente, el titular del blog tiene toda la libertad para manifestar lo que crea conveniente.
Por lo demás, el artículo es excelente.
Es el pornogr´safico diario «La Nación» que segíun él sera una Tribuna de doctrina, generalmente mala. Gracias por el prdido de concreción.