El románico desconocido

Confieso que me entusiasma el románico. No soy exclusivista. También admiro el visigótico, el mozárabe, el prerrománico, el gótico, el barroco y el modernismo. Gaudí en la Sagrada Familia o Palacios en Panjón o Carballino me parecen geniales. El neoclásico me deja indiferente y el neogótico me espanta.

Los tres primeros son muy escasos y muy desconocidos. A mí no es que me gusten, es más, me emocionan. Ya en el románico, las catedrales, los grandes monasterios, los ha visto más gente. Santiago, una multitud. La catedral vieja de Salamanca o la colegiata de Toro bastante gente. Pero hay muchísimas iglesitas rurales de una belleza extraordinaria y visitarlas, a nada que se tenga un mínimo de sensibilidad estética o religiosa, lo mejor es que coincidan ambas, es un goce para el espíritu. Incluso en el no creyente.

Hoy ABC nos muestra cinco ejemplos del  norte burgalés. Preciosos. Y como ellos, e incluso más bellos hay, y me quedo muy corto, cincuenta más. Burgos, Palencia, Huesca, Orense, el norte catalán, Soria… son para recorrerlas y disfrutarlas. Lástima que la mayoría de ellas sólo puedan contemplarse desde el exterior por estar permanentemente cerradas. Pero se están haciendo esfuerzos por los vecinos y algunas diócesis y organismos civiles para que, al menos en los meses más turísticos, se pueda ver también el interior.

Os recomiendo que entréis en el enlace que os pongo. ABC nos muestra cinco joyitas del románico rural norteburgalés. Y hay más. Muchas más.

http://www.abc.es/viajar/destinos/espana/abci-cinco-iglesias-mas-bellas-y-menos-conocidas-romanico-espanol-201610071206_noticia.html

Y si la Iglesia fuera capaz de que en esas iglesias hubiera alguna persona capaz de un mínimo nivel de catequesis se encontraría con  un terreno abonado. No se necesitan licenciaturas basta un elemental sensus fidei. Recuerdo a un laico que nos dejó asombrados a mi mujer y a mí en la magnífica iglesia románica de Santiago en La Coruña por su saber, su amabilidad y su afán catequético. Discretísimo este último por otra parte pero muy eficaz. O a la señora que últimamente nos enseñó esa maravilla burgalesa que es Sasamón. O a una monja en San Andréss de Arroyo. O a otra señora en Santa María del Campo. O…

Claro que también te encuentras a algún sabidillo o sabidilla, hasta es posible que con licenciatura, Que mejor que no existieran. Recientemente tuve que pararle los pies a una, no voy a decir donde, era un monasterio femenino, que, ante una vitrina con Jesusitos, nos explicó que las monjas jugaban con ellos a los muñecos, los vestían y ante el voto de celibato tenían en esas imágenes el niño que no podían tener. Después de decirle que las monjas, que además debían seguramente pagarle su sueldo, no eran tan imbéciles como nos las presentaba, no pude dejar de pensar en un hermoso Jesusito que está en la iglesia de Melide, antiguo templo de franciscanos expulsados por la Desamortización, y no fui capaz de imaginarme a los franciscos de entonces jugando a las muñecas con ese Niño Jesús y viendo en él al hijo que sus votos le impedían tener. Esa chica, que en todo el resto de la visita guiada demostró notables conocimientos, con esa estupidez hizo bueno aquello de la cagaste Burt Lancaster.

A ver si va a resultar que los mantos y las vestiduras de la Vírgenes no se deben al amor de sus cofrades que quieren presentarlas lo más bellas posibles sino a que todos son unos modistos frustrados que quieren jugar a las muñecas. Y la Virgen es una Mariquita Pérez o una Barbie.